Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

viernes, 14 de mayo de 2021

Rincón de haikus - 4

4

por si las moscas
hay profetas que callan
su profecía

de Mario Benedetti,
en Rincón de haikus, Biblioteca Mario Benedetti, epublibre / Cal y canto, 1999.

jueves, 13 de mayo de 2021

El hambre

El hambre

Esta es el hambre. Un animal
todo colmillo y ojo.
Nadie lo engaña ni distrae.
No se harta en una mesa.
No se contenta
con un almuerzo o una cena.
Anuncia siempre sangre.
Ruge como león, aprieta como boa,
piensa como persona.

El ejemplar que aquí se ofrece
fue cazado en la India (Suburbios de Bombay),
pero existe en estado más o menos salvaje
en otras muchas partes.

No acercarse.

de Nicolás Guillén,
en Poesía social y revolucionaria del siglo XX (selección de Jorge Brega), Editorial Agora, 2012.

miércoles, 12 de mayo de 2021

Un español habla de su tierra

Un español habla de su tierra

Las playas, parameras
al rubio sol durmiendo,
los oteros, las vegas
en paz, a solas, lejos;
los castillos, ermitas,
cortijos y conventos,
la vida con la historia,
tan dulces al recuerdo,
ellos, los vencedores
caínes sempiternos,
de todo me arrancaron.
Me dejan el destierro.
Una mano divina
tu tierra alzó en mi cuerpo
y allí la voz dispuso
que hablase tu silencio.
Contigo solo estaba,
en ti sola creyendo;
pensar tu nombre ahora
envenena mis sueños.
Amargos son los días
de la vida, viviendo
sólo una larga espera
a fuerza de recuerdos.
Un día, tú ya libre
de la mentira de ellos,
me buscarás. Entonces
¿Qué ha de decir un muerto?

de Luis Cernuda,
en Poesía social y revolucionaria del siglo XX (selección de Jorge Brega), Editorial Agora, 2012.

martes, 11 de mayo de 2021

Canto de los Hijos en Marcha

 Canto de los Hijos en Marcha

Madre, si me matan,
que no venga el hombre de las sillas negras;
que no vengan todos a pasar la noche
rumiando pesares, mientras tú me lloras;
que no esté la sala con los cuatro cirios
y yo en una urna, mirando hacia arriba;
que no estén las mesas llenas de remedios,
que no esté el pañuelo cubriéndome el rostro,
que no venga el mozo con la tarjetera,
ni cuelguen las flores de los candelabros
ni estén mis hermanas llorando en la sala,
ni estés tú sentada, con tu ropa nueva.
Madre, si me matan,
que no venga el hombre de las sillas negras.

Lléname la casa de hombres y mujeres
que cuenten el último amor de su vida;
que ardan en la sala flores impetuosas,
que en dos grandes copas quemen melaleuca,
que toquen violines el sueño de Schuman;
los frascos rebosen de vino y perfumes;
que me miren todos, que se digan todos
que tengo una cara de soldado muerto.

Lléname la casa
de flores regaladas, como en una selva.
Déjame en tu cuarto, cerca de tu cama;
con mis cuatro hermanas, hagamos consejo;
tenme de la mano, tenme de los labios,
como aquella noche de mi padre muerto,
y al cabo, dormidos iremos quedando,
uno con su muerte y otro con su sueño.

Madre, si me matan,
que no venga el coche para los entierros,
con sus dos caballos gordos y pesados,
como de levita, como del Gobierno.

Que si traen caballos, traigan dos potrillos
finos de cabeza, delgados de remos,
que vayan saltando con claros relinchos,
como si apostaran cuál llega primero.
Que parezca, madre,
que voy a salirme de la caja negra
y a saltar al lomo del mejor caballo
y a volver al fuego.
Madre, si me matan,
que no venga el coche para los entierros.

Madres, si me matan,
y muero en los bosques o en mitad del llano,
pide a los soldados que te den tu muerto;
que los labradores y las labradoras
y tú y mis hermanas, derramando flores,
hasta un pueblo manso se lleven mi cuerpo;
que con unos juncos hagan angarillas,
que pongan mastranto y hojas y cayenas
y que así me lleven hasta un cementerio
con cerca de alambres y enredaderas.
Y cuando pasen los años
tráeme a mi pedazo, junto al padre muerto
y allí, que me pongan donde a ti te pongan,
en tu misma fosa y a tu lado izquierdo.
Madre, si me matan,
pide a los soldados que te den tu muerto.

Madre, si me matan, no me entierres todo,
de la herida abierta sácame una gota,
de la honda melena sácame una trenza;
cuando tengas frío, quémate en mi brasa;
cuando no respires, suelta mi tormenta.
Madre, si me matan, no me entierres todo.

Madre, si me matan,
ábreme la herida, ciérrame los ojos
y tráeme un pobre hombre de algún pobre pueblo
y esa pobre mano por la que me matan,
pónmela en la herida por la que me muero.

Llora en un pañuelo que no tenga encajes;
ponme tu pañuelo
bajo la cabeza, triste todavía
por las despedida del último sueño,
bajo la cabeza como casa sola,
densa de un perfume de inquilino muerto.

Si vienen mujeres, diles, sin sollozos:
-¡Si hablara, qué lindas cosas te diría!
Ábreme la herida, ciérrame los ojos...

Y una palabra: JUSTICIA
escriban sobre la tumba
Y un domingo, con sol afuera,
vengan la Madre y las Hermanas
y sonrían a la hermosa tumba
con nardos, violetas y helechos de agua
y hombres y mujeres del pueblo cercano
que digan mi nombre como de su casa
y alcen a los cielos cantos de victoria,
Madre, si me matan.
(Mayo de 1929)

de Andrés Eloy Blanco,
en El autor de la semana - Andrés Eloy Blanco - Selección de Poesía, Universidad de Chile, 2001. 

lunes, 10 de mayo de 2021

COPLAS

COPLAS


de Marciano Amboso,
en La Literatura Social en la Argentina (Álvaro Yunque), Editorial Claridad, 1941.

domingo, 9 de mayo de 2021

AYER Y HOY

AYER Y HOY

Allá en los claros días de mi infancia lejana, 
en el muelle sosiego de la vida aldeana 
mi alegría era mía y era mío mi nombre; 
creía que la bestia se distinguía del hombre 
e ignoraba la angustia del incierto mañana. 

Hogaño en el estrépito de la ciudad hirviente, 
mi oscura vida añora la claridad ausente, 
debo entregar mi dicha y enmascarar mi nombre, 
complacer a la bestia que se transforma en hombre 
y padecer mi pena desoladoramente.

de César Tiempo,
en Clara Beter - Versos de una..., Editorial Rescate, 1977.

sábado, 8 de mayo de 2021

ÓMNIBUS

ÓMNIBUS

Ómnibus democrático: eres el automóvil
de los que no tenemos automóvil. Tú existes
como una cosa más que contribuye
a darnos la ilusión de que somos felices.

Subidos sobre ti vamos sonrientes
mientras sobre tus gomas echado te deslizas;
y nosotros, seguros de ir en auto,
no vemos que viajamos en tranvía...

de Gustavo Riccio,
en http://literaturarioplatense.blogspot.com/2009/06/gustavo-angel-ricci-de-un-poeta-en-la.html (10/1/21).

viernes, 7 de mayo de 2021

Me levanto temprano

Me levanto temprano

Me levanto temprano y leo el diario;
alguna vez, también leí a Homero, a Virgilio.
No trabajo, no hago gimnasia, tampoco tengo metafísica.
¿Para qué sirve esa cosa a la hora de cruzar la calle?
 Todo Heidegger es nada frente a la arremetida del 307.

Poco me inquieta el yo poético (hace mucho
que las teorías literarias se me cayeron de la gorra);
me preocupa, en cambio, mi propio yo,
que acaba de contraer angina,
y el yo de los que pernoctan bajo los puentes.

Soy escéptico a fuerza de entrenamiento: ¿A quién
debo dar fe?, me pregunto. ¿A la historia, suprema ficción,
o a los historiadores, supremos mentirosos?
Descreo de los Libros Sagrados y sus predicciones;
para mí el fin del mundo tuvo lugar en el pasado.

Hablo poco, evito los amontonamientos.
No fumo, no me drogo, no ultrajo mi cuerpo con agujas.
Vengo de ningún sitio y voy hacia ninguna parte.
Todo lo que deseo en la vida
es una lata de cerveza cuando tengo sed.

De César Cantoni,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.112, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2018.

jueves, 6 de mayo de 2021

es la ley...

es la ley
dicen de la esclavitud
es la ley
dicen de la dominación
es la ley
dicen de la misoginia
es la ley
dicen de la realeza
es la ley
dicen de la explotación
es la ley
dicen del poder
es la ley
dicen de la ley
es la ley

por Félix Sánchez Durán.

Si fuéramos infinitos...

Si fuéramos infinitos
todo cambiaría,
pero, ni hablar, somos finitos
y muchas cosas permanecen sin cambio.

de Bertolt Brecht,
en https://periodicodepoesia.unam.mx/texto/ustedes-jovenes-de-los-tiempos-venideros/ (20/12/20).
Versión de Gerardo Piña

miércoles, 5 de mayo de 2021

LA CUERDA DORADA

LA CUERDA DORADA


de Hilde Domin,
en Canciones para dar aliento (Trad. Geraldine Gutiérrez Wienken), Editorial Llantén, 2018.

martes, 4 de mayo de 2021

ENCUESTA

ENCUESTA

Quiero encontrar, ando buscando la causa del sufrimiento,
del sufrimiento a secas,
la causa a secas del sufrimiento a veces
mojado en sangre, en lágrimas, y en seco
muchas más... La causa de las causas de las cosas
horribles que nos pasan a los hombres.
No a Juan de Yepes, a Blas de Otero, a César Vallejo,
a León
Bloy, qué va, no busco eso,
ando buscando únicamente
la causa del sufrimiento,
del sufrimiento a secas,
la causa a secas del sufrimiento a veces...
Y siempre vuelta a empezar.

Me pregunto quién goza con que suframos los
nombres.
Quién se afeita a favor del viento de la angustia.
Qué sucede en la sección de Inmortalidad
cuando, según todas las pruebas, nos morimos
para siempre.

Sabemos poco en materia de sufrimiento.
Estamos muy orgullosos con nuestro orgullo,
pero si yo les arguyo con el sufrimiento no saben
qué decirme.
Mire usted en la guía telefónica,
o en la Biblia, es fácil que allí encuentre algo.

Y agarro la biblia telefónica,
y agarro
con las dos manos la Guía de Pecadores...,
y se caen al suelo todos los platos.
¡Desde los siete años
oyendo lo mismo a todas horas, cielo santo,
santo, santo, como de Dios al fin obra maestra!

Pero, del sufrimiento, como el primer día:
mudos y flagelados a doble columna. Es horrible.

de Blas de Otero,
en Poesía Religiosa - Antología (Leopoldo de Luis), Alfaguara, 1969.

lunes, 3 de mayo de 2021

BARATO, SE LIQUIDA

BARATO, SE LIQUIDA

A ti, mujer que pasas y te busco,
o a ti, transeúnte, a quien miro simplemente.
Todos pasáis temerosos apretando los bolsillos.
¡Ridículos!
¡A los pobres,
qué pueden robarles!
Pasarán los años,
lo sabrán ustedes,
tal vez, yo,
candidato a dos metros de la morgue municipal,
soy infinitamente más rico
que cualquier Pierpont Morgan.

Al cabo de muchos años,
ya no viviré,
moriré de hambre
o un tiro me pegaré.
A mí,
al de fuego,
me estudiarán los profesores,
hasta los puntos y las comas,
y hablarán de dónde y cómo,
y cuándo vivió y nació...
Y desde la cátedra,
un idiota de frente saliente,
recordará a Dios o al demonio.
Se inclinará la muchedumbre,
adorándome inquieta,
y no me reconocerán.
Dibujarán una cabeza colgante,
con cuerpos o con aureola.
Y todas las estudiantes,
antes de dormirse,
soñarán acostadas sobre mis versos.

Soy pesimista -dicen-
¡Ya lo sé!
¡Siempre habrá aprendices en la tierra!
Pero al fin,
escuchadme.
Todo lo que posee mi alma,
todo,
¿a ver quién se atreve a medir esta hondura?
Toda la maravilla,
que en la eternidad adornará mi paso,
y aun mi propia inmortalidad,
que tronando por todos los siglos,
juntará a mis admiradores de rodillas,
en el mundo y siempre.
¿Todo eso, quieren?
Lo doy en seguida
por una sola palabra,
cariñosa,
humana.
¡Gente!
¡Venid, levantando polvo por las avenidas,
aplastando cuerpos, pisando rostros.
Venid de toda la tierra,
hoy,
en San Petersburgo,
en la calle Nadiezda
por menos de un kopek
se liquida una valiosísima corona,
por una palabra humana.
¿Barato, verdad?
¡Anda,
prueba encontrarla!

de Vladimir Mayacovski,
en La flauta espinazo y otros poemas, elaleph.com, 2000.
[TRAD. LILA GUERRERO]

domingo, 2 de mayo de 2021

YA HAY QUIEN

YA HAY QUIEN, como amigo,
empieza a decirme que esto no es poesía.
Poesía burguesa
de esa que atesta los libros
desde luego que no.
Tampoco es “...poesía necesaria, poesía para el pobre...”,
los pobres están demasiado ocupados
trabajando para que los burgueses
puedan escribir poesía.
Viéndolo así
a lo mejor mi amigo tiene razón
y esto no es poesía.
Tampoco lo es el salario mínimo interprofesional,
un gobierno elegido por los trabajadores contra los trabajadores,
una patera llena de miseria ahogada
en busca de un sueño que es pesadilla, o simple letargo
para los que ya lo dormimos
de otra forma, desde luego, a aquellos tres albañiles
que en 1970 asesinó a tiros la policía por manifestarse
pidiendo diez duros de aumento de sueldo.
-el crimen también fue en Granada,
aunque no tengan Casa de Cultura con su nombre-
Los mismos tres albañiles que siguen cayendo
todos los días de un andamio
para que las constructoras sigan siendo igual de rentables
en democracia que en la dictadura.
Sí, puede que mi poesía ya no sea poesía
porque llega un momento en el que ya no se puede seguir siendo
por más tiempo un cómplice, silencioso,
de lo que R E A L M E N T E pasa.

de Antonio Orihuela Uzal,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.14, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

sábado, 1 de mayo de 2021

PRIMERO DE MAYO DE 1937

PRIMERO DE MAYO DE 1937

No sé qué sepultada artillería
dispara desde abajo los claveles,
ni qué caballería
cruza tronando y hace que huelan los laureles.

Sementales corceles,
toros emocionados,
como una fundición de bronce y hierro,
surgen tras una crin de todos lados,
tras un rendido y pálido cencerro.

Mayo los animales pone airados:
la guerra más se aíra,
y detrás de las armas los arados
braman, hierven las flores, el sol gira.

Hasta el cadáver secular delira.

Los trabajos de mayo:
escala su cenit la agricultura.

Aparece la hoz igual que un rayo
inacabable en una mano oscura.

A pesar de la guerra delirante,
no amordazan los picos sus canciones,
y el rosal da su olor emocionante
porque el rosal no teme a los cañones.

Mayo es hoy más colérico y potente:
lo alimenta la sangre derramada,
la juventud que convirtió en torrente
su ejecución de lumbre entrelazada.

Deseo a España un mayo ejecutivo,
vestido con la enterna plenitud de la era.
El primer árbol es su abierto olivo
y no va a ser su sangre la postrera.

La España que hoy no se ara, se arará toda entera.

de Miguel Hernández,
 en Viento del pueblo, Socorro Rojo del P.O.U.M., 1937.