Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

sábado, 7 de octubre de 2023

MEMORIA DE UNA NOCHE DE OCTUBRE

MEMORIA DE UNA NOCHE DE OCTUBRE

OS ACUSA el espacio,
la tierra, el trigo y la agonía
y ese lento dolor que nace cada hora
y ese lento morir sin sangre y sin espina
y ese llanto de sombra encarcelada
y esa mano caída sobre tiernos carbones apagados.

Os acusa sin miedo
el temblor desprendido de ese sueño intranquilo
y esa espalda mordida por canes transparentes.

Os acusa en la noche
ese niño espantado que llama a vuestras puertas,
que grita encanecido buscando alguna estrella,
que bebe lentamente
esa espuma de sangre y ese crimen
esa cárcel que ata la muerte y la alegría.

Os acusan ahora
esos trenes vencidos
por un puente de sangre y escayola,
y esas manos tendidas,
y ese árbol caído que busca inútilmente
la tierna puñalada
y ese oscuro partir a la locura.

Os acusa ese llanto que suena todavía
y ese verde costado y ese látigo
y esos blandos canales de sangre enloquecida
y esa arena en los ojos
y esas sienes abiertas
y ese sol perseguido.

Os acusan sin miedo.

de Adolfo Sánchez Vázquez
en Poesía, Fondo de Cultura Económica, 2013.

viernes, 6 de octubre de 2023

En el nuevo país

En el nuevo país

El dolor ha sido reto 
y el porvenir esperanza, 
construimos como escribiendo un poema 
creando, borrando y volviendo a escribir. 

de Vidaluz Meneses,
en https://www.revistaagrafos.com/cantos-de-vida (28/7/23).

jueves, 5 de octubre de 2023

EN AGRADECIMIENTO A MARI HOLD EL 5 DE OCTUBRE DE 1934

EN AGRADECIMIENTO A MARI HOLD EL 5 DE
OCTUBRE DE 1934

DESDE el sur, de casa de mi padre
tras los castaños de la Bleichstrasse
donde tu hermana ya había trabajado, viniste
a cuidarme en la gran ciudad.
¿Hace ya cuántos años?
¡Cómo ha pasado el tiempo!

Te hiciste cargo de mi pequeña vivienda.
Hablando bávaro, la lengua de mi juventud
mantenías todo en orden, con decisión, pero
discretamente. Cuando volvía a casa por la noche
siempre encontraba mi estudio (que había dejado manga por hombro)
tan limpio como si lo acabaran de instalar. El humo
se había disipado. Los papeles
aparecían ordenados en montones y cada uno en su sitio.
En todos aquellos años
nunca se perdió una ficha. Ninguna taza
quedaba a la noche sin lavar ni tampoco
ropa sucia en el armario.

El día empezaba
cuando de madrugaba entrabas con los periódicos
en el pequeño dormitorio y subías las cortinas:
también estaba ya el horno encendido; y el té preparado
cuando yo pasaba a mi estudio
y los copos de avena que sólo tú sabes cocinar.

Como eres una guapa muchacha
me encantaba verte a mi alrededor y todos
los huéspedes te elogiaban y preguntaban: ¿quién
es esta linda muchacha? Y yo les decía: es de Baviera
que es también mi tierra.

Con amabilidad siempre
hacías lo que había que hacer
guardándote tu opinión, aunque
la tuvieras: no había más que mirarte para saber
lo que no te parecía bien. Sin embargo, también servías el té
y los saludables panes a los huéspedes no deseados.
Y tenías una amable sonrisa
hasta para Dudow.

¡Cuánta paciencia mostrabas! Sólo cuando la barba del clásico
ya se estaba pareciendo a la del ladrón a la izquierda de Cristo
trajiste discretamente el agua de afeitar.

También cuidabas de los otros niños. Todas las tardes
te acercabas a la otra casa, sin cansarte
de las nuevas perrerías del pequeño Esteban
ni de la charlatana de Barbarita. Cuando llegaste de Augsburgo
se te escapó una vez temblando que odiabas a los niños, pero
al aparecer Barbarita no tenías ojos más que para ella y pronto
te convertiste en su segunda madre.

La última vez que nos alejamos en coche
(el coche azul de motor suavemente cantarín
que nos ha robado el pintor de brocha gorda; ¡que la vergüenza
siga cayendo sobre él!) de la ciudad de Berlín
nos dijimos: por aquí
nos vamos a volver de momento. Ya
las sombras de los crímenes planeaban sobre la ciudad
que ellos iban a devastar.

Cuando después, lejos de la ciudad que aguza las inteligencias,
compramos una casa
en medio de un parque con un estanque de peces
(el pintor de brocha gorda nos echó de ella; ¡que la vergüenza
siga cayendo sobre él!) te separaste un tiempo de nosotros, pero
al cruzar la frontera hacia lo desconocido, nos seguiste,
ayudándonos a poner la segunda casa, la que era baja y tenía
un remo en el techo de bálago.

Allí
conociste al hombre que te llevó a vivir con él. Ahora
te ocupas de tu propia casa.

QUIEN ES ÚTIL SIEMPRE CORRE EL PELIGRO
DE QUE DEMASIADO LO NECESITEN.
DICHOSO EL QUE EVITA ESE PELIGRO
SIN DEJAR DE SER ÚTIL.


de Bertolt Brecht,
en Poemas del lugar y la circunstancia, Pre-textos, 2003.
Editor digital Titivillus (epulibre), 2022.
Traducción de José Muñoz Millanes.

miércoles, 4 de octubre de 2023

martes, 3 de octubre de 2023

No me hablen de nada...

No me hablen de nada.
Esta noche no estoy para palabras
ni discursos
sobre los acuerdos de paz en ningún lado.
Qué paz acordaron en mi nombre?
Quién les dio permiso para hacerlo?
Ninguno de esta lista interminable
que lIevo entre las manos
dijo
adelante, firmen este convenio.
A mí no me pidieron opinión cuando los grandes
decidieron que una guerra
si se enfriaba
podía jugarse mejor en patio ajeno.
Soltaron su veneno,
se sentaron a contar ganancias
y a competir por escupir la Luna.

Mientras tanto
aquí, como si nada, se acumularon muertos
y desaparecidos
y exiliados y odios.
Cuarenta años duró el juego.
A mí no me fue mal, aún estoy viva.
Pero esta lista, esta lista que me hace lIorar cuando la leo
es la factura final de aquel convenio.
No me vengan con sellos a estampar un cancelado.
Aquí no se cancelan los afectos
ni los lIantos, ni la sangre derramada
ni la memoria de los muertos.

de Ana María Rodas,
en Para conjurar el sueño - Poetas guatemaltecas del siglo XX (A. Acevedo / A. Toledo), abrapalabra, 1998.

lunes, 2 de octubre de 2023

Estadísticas para economistas y otros calculadores que desprecian la retórica

Estadísticas para economistas y otros
calculadores que desprecian la retórica

El medio ambiente no es
el 50% del ambiente.
Es mitad nada más -para entendernos-
de una relación que no tiene mitades:
la vida.

Ni el hombre medio
es medio hombre, como creen
los que multiplican por él sus beneficios.

Y la renta per cápita -sinécdoque en latín-,
no son los beneficios que reciben
los propietarios de las guillotinas.

(Aunque, en el fondo, si se piensa bien...)

De Jesús López Pacheco,
en Entre los poetas míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.23, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

domingo, 1 de octubre de 2023

Primero de Octubre

Primero de Octubre

Si digo 1º de Octubre, digo Resistencia,
Guerra Popular contra el fascismo,
la cota más alta de consecuencia
en la lucha en pos del Socialismo.

Si digo 1º de Octubre, digo guerrilleros,
soldados del Ejército Popular,
si digo 1º de Octubre, digo obreros
que en armas se fueron a levantar.

Si digo 1º de Octubre, digo nuevo hombre,
digo clandestinidad y lucha armada,
digo jugarse el pellejo en nombre
de conquistar la libertad arrebatada.

Si digo 1º de Octubre, digo nueva mujer,
digo sacrificio y digo guerrilla urbana,
de quienes se alzan para morir o vencer
por una España Popular y Republicana.

Estoy diciendo “hasta la victoria siempre”,
nunca cautivos, tampoco desarmados,
porque tras el veintisiete de Septiembre
viene el 1º de Octubre del proletariado.

“1º de Octubre, de un año cualquiera,
surge la respuesta de la clase obrera.”
Núcleo Terco

de Aitor Cuervo Taboada,
en Bombas, poemas y otras necesidades, Aitor Cuervo Taboada, 2013.

sábado, 30 de septiembre de 2023

Deseo rural

Deseo rural

Cuando se va el sol
los hombres se suben a sus camiones.
Al encender la radio escuchan voces de otros mundos
que no son este. Con las pestugas golpean al animal
para que entienda.

Los hombres dijeron: «hasta aquí será el valle».
Y recogieron luego frutos con sus manos duras
y con sus pantalones mojados
de sudor.

El niño que siente deseo hacia esas formas
es un pequeño animal.
Recibirá el golpe para que lo entienda.

de Pink Chadora,
en https://www.zendalibros.com/5-poemas-de-todo-era-campo-de-pink-chadora/ (28/7/23).

viernes, 29 de septiembre de 2023

Postal teresiana a una amiga sobre las redes sociales

Postal teresiana a una amiga
sobre las redes sociales

Para B.R.M.

Que la avalancha de fotos
de gentes que postean 
sólo bellezas
no te turbe

Que no te espante comparar
tu vida con sus vidas
plenas y exitosas
tu familia con sus familias
de las que tantas maravillas
cuentan

El afán de mostrar al mundo
los triunfos propios y de sus vástagos
es en vano

Que te baste ser vos misma

Quien a sí misma se tiene
nada le falta 

Pues, al final, todo se pasa

Porque la muerte no se muda
y su paciencia
todo lo alcanza

de Daisy Zamora,
en https://www.caratula.net/poemas/ (27/6/23) // Poemas, Carátula.

miércoles, 27 de septiembre de 2023

Romance de Juan Carlos Vallejo

 Romance de Juan Carlos Vallejo

A Zulema Silva, su madre

¡Mirad a mi hijo,
miradle a la cara,
la flor de mi vida,
la luz de mi casa!
¡Mirad a mi hijo,
se mató en la fábrica!
Juan Carlos Vallejo,
así se llamaba,
sólo veinte años,
¡miradle a la cara!,
veinte amaneceres
y ya con mortaja.
Era otro emigrante
de los que aquí andan,
otro ecuatoriano
venido con ganas
de abrirse a la vida
con fe y esperanza.
¡Ay, hijo querido,
mi hijo del alma,
aunque sin papeles,
qué bien trabajabas!
¡Mi hijo querido,
tan frío en la fábrica!
Y aquellos patronos
de negras entrañas,
aquellos malditos
sin ley ni palabra,
que todo temían
(¡miradle a la cara!)
salvo la mentira
y la canallada,
salvo la justicia
divina y humana,
aquellos malditos,
no respetan nada.
Tan pronto mi hijo
cayó y se mataba,
¡ay, Virgen María,
las carnes me sangran!,
el mono le quitan
y le desnudaban,
ladrón le decían
(¡miradle a la cara!),
ladrón le decían
y él se desangraba.
¡Ay, hijo querido,
mi hijo del alma,
nadie te defiende,
cuando te difaman!
Y a aquellos malditos,
de tan negra entraña,
la gente de orden
hasta los alaba
y como a unos santos
les pone peana.
Vergüenza no tienen
ni tienen agallas.
Esta muerte negra,
¡ay, hijo de mi alma!,
te alcanzó en La Rioja,
sea vil su fama,
en Baños del Tobías,
arda entre las llamas,
pues su gente dice
que allí no hay morralla.

Este romance tiene su origen en el suceso
ocurrido en el año 2003 en el pueblo riojano
de Baños de Río Tobías, en donde el
trabajador ecuatoriano Juan Carlos Vallejo
perdió la vida en un “accidente” laboral.
Cuando un hijo del dueño del almacén donde
trabajaba descubrió el cadáver del joven, le
despojó de su ropa de trabajo y dijo luego a
la policía que seguramente se trataría de un
ladrón que había ido a robar. Condenados
posteriormente los dueños del almacén,
autoridades locales y regionales pedían el
indulto para el empresario. Zulema, la madre
de la víctima, recorrió Madrid recogiendo
firmas para exigir que se hiciera justicia.

de Conrado Santamaría Bastida,
en Cancionero de escombros con hoguera, Biblioteca Omegalfa, S/F.

lunes, 25 de septiembre de 2023

CRÓNICA DE CHAPI, 1965

CRÓNICA DE CHAPI, 1965

Lengua sin manos: ¿cómo osas hablar?
Mío Cid

Oronqoy. Aquí es dura la tierra. Nada en ella
se mueve, nada cambia, ni el bicho más pequeño.
Por las dudosas huellas del angana
—media jornada sobre una mula vieja—
bien recuerdo
a los 200 muertos estrujados
y sin embargo frescos como un recién nacido.
Oronqoy.
La tierra permanece repetida, blanca y repetida
hasta las últimas montañas.
Detrás de ellas
el aire pesa más que un ahogado.
Y abajo,
entre las ramas barbudas y calientes:
Héctor. Ciro. Daniel, experto en huellas.
Edgardo El Viejo. El Que Dudó 3 Días.
Samuel, llamado El Burro. Y Mariano. Y Ramiro.
El callado Marcial. Todos los duros. Los de la rabia
entera.
(Samuel afloja sus botines.) Fuman, Conversan.
Y abren latas, de atún bajo el chillido
de un pájaro picudo.
“Siempre este bosque
que me recuerda al mar, con sus colinas,
sus inmóviles olas y su luz
diferente a la de todos los soles conocidos.
Aún ignoro
las costumbres del viento y de las aguas.
Es verdad,
ya nada se parece al país que dejamos y sin embargo
es todavía el mismo.”

Cenizas casi verdes,
restos de su fogata ardiendo entre la nuestra:
estuvieron muy cerca los soldados.
Su capitán,
el de la baba inmensa, el de las púas
—casi a tiro de piedra lo recuerdo—
en pocos días ametralló
a los 200 hombres
y eso fue en noviembre
(no indagues, caminante, por las pruebas:
para los siervos muertos no hay túmulo o señal)
y esa noche,
en los campos de Chapi,
hasta que el viento arrastró la Cruz del Sur,
se oyeron los chillidos de las viejas,
ayataki,
el canto de los muertos,
pesado como lluvia
sobre las anchas hojas de los plátanos,
duro como tambores.
Y el halcón de tierras altas
sombra fue sobre sus cuerpos maduros y perfectos.

(En Chapi, distrito de La Mar, donde en setiembre,
don Gonzalo Canillo —quien gustaba
moler a sus peones en un trapiche viejo—
fue juzgado y muerto por los muertos.)

Al principio, sólo una herida en la pierna derecha
después
las moscas verdes invadieron tus miembros.
Y eras duro, todavía.
Pero tus pómulos no resistieron más
—fue la Uta, el hambriento animal de 1000 barrigas—
y tuvimos, amigo, que ofrecerte
como a los bravos marinos que mueren sobre el mar.

Ese jueves, desde el Cerro Morado se acercaban.
Eran más de 40.
El capitán —según pude saber—
sólo temía al tiempo de las lluvias
y a las enfermedades que provocan
las hembras de los indios.
Sus soldados
temían a la muerte.
Sin referirme a Tambo —5000 habitantes y naranjas—
12 pueblos del río hicieron leña tras su filudo andar.

Fueron harto botín hombres y bestias.
Se acercaban
Junto a las barbas de la ortiga gigante
cayeron un teniente y el cabo fusilero.
(El capitán
se había levantado de prisa, bien de mañana
para combatir a los rebeldes.
Y sin saber que había una emboscada,
marchó con la jauría hasta un lugar tenido por
seguro
y discreto.
Y Héctor tendió la mano, y sus hombres se alzaron con presteza.)
Y así,
cuando escaparon, carne enlatada y armas recogimos.
El capitán huía sobre sus propios muertos
abandonados al mordisco de las moscas.
No tuvimos heridos.
Los guerrilleros entierran sus latas de pescado,
recogen su fusil, callan, caminan.
Sin más bienes
que sus huesos y las armas, y a veces la duda como
grieta
en un campo de arcilla. También el miedo.
Y las negras raíces
y las buenas, y los hongos que engordan y aquellos
que dan muerte
ofreciéndose iguales.
Y la yerba y las arenas y el pantano
más altos cada vez en la ruta del Este, y los días
más largos cada vez
(y eso fue poco antes de las lluvias).
Y así lo hicieron 3 noches con sus días.
Y llegados al río
decidieron esperar la mañana antes de atravesarlo.

“Wauqechay, hermanito, wauqechay, es tu cansancio
largo como este día, wauqechay.
Verde arverjita verde,
wauqechay,
descansa en mi cocina,
verde arverjita verde,
wauqechay,
descansa en mi frazada y en mi sombra.

Daniel, Ciro, Mariano, Edgardo El Viejo,
El Que Dudó 3 Días, Samuel llamado El Burro,
Héctor, Marcial, Ramiro,
qué angosto corazón, qué reino habitan.

Y ya; ninguno pregunte sobre el peso y la medida de
los hermanos muertos,
y ya nadie les guarde repugnancia o temor.

de Antonio Cisneros,
en Un pulso que golpea las tinieblas, Partido de la Revolución Democrática (PRD-DF)/Para Leer en Libertad A.C., 2012.

domingo, 24 de septiembre de 2023

La tierra recobrada

La tierra recobrada
 
Esta es la tierra recobrada
donde ahora entonamos nuevos cantos.
Me despierta una lluvia nocturna
que habla de renovaciones,
de la nueva hierba que crece
verde, dándole fondo de esperanza
a cada gota que cae.
 
Esta es la nueva canción
que he querido que entonemos juntos.
 
Raudo es el vuelo, sí,
y enterrar la muerte
ha sido rescatar la vida
darle su nuevo colorido.

de Vidaluz Meneses,
en https://www.revistaagrafos.com/cantos-de-vida (28/7/23).

sábado, 23 de septiembre de 2023

nos podrían dar alas...

nos podrían dar alas
y seguiríamos llenando el cielo de humo
nos podrían dar branquias
y seguiríamos contaminando el agua
nos podrían dar vida eterna
y seguiríamos hipotecando el futuro

Por Félix Sánchez Durán.

viernes, 22 de septiembre de 2023

Mujeres con guitarra

Mujeres con guitarra

Hay muchas mujeres lapidadas a lo largo
de la historia.
Su vida fue de jaurías y de toros rabiosos
de sangre alzada
de mordeduras largas.

Mujeres que le devolvieron al mundo
la embestida,
que se inmolaron o tuvieron que matar
para seguir viviendo,
esas que en la hora más oscura
roturaron el campo con sus uñas
para que vos y yo pasemos.

Hondas mujeres que quizás una lenta madrugada
marcharon al fuego o a la horca
por cosas tales como desordenar
el orden público
por inventar una nueva manera de descifrar
la vida
por tener voz
o por infieles
o ateas.

Ellas ya no están. Sus cabezas reposan
sobre un siglo o dos. Sus ojos
ya no existen.

Pero de ellas perdura una hebra sutil
un hilo ciego que sin saberlo
nos hace crecer y despertarnos en la noche
con unas ganas inmensas de vivir
de derribar todos los muros
de desafiar todas las hogueras
así como de amar y de pulsar todas
toditas las guitarras de la tierra.

de Ana Ilce Gómez,
en https://www.caratula.net/un-poema-de-ana-ilce-gomez/ (28/7/23).

jueves, 21 de septiembre de 2023

PRIMAVERA 1938

PRIMAVERA 1938

1
Hoy domingo de Pascua, temprano
una repentina tormenta de nieve barrió la isla.
Entre los setos verdeantes la nieve había cuajado. Mi joven hijo
me llevó hasta un pequeño albaricoquero apoyado a la pared de la casa
arrancándome de un poema en el que señalaba con el dedo
a los que están preparando una guerra
que puede borrar del mapa el continente, esta isla,
a mi pueblo, mi familia y a mí mismo. Sin decir una palabra
cubrimos con un saco
el árbol arrecido.

2
Sobre el estrecho cuelgan nubes de lluvia, pero el sol
todavía dora el jardín. Los perales
tienen ya hojas verdes, aunque no flor; en cambio los cerezos, que aún
no han echado hojas, lucen floree. Los blancos racimos
parecen brotar directamente de las ramas secas.
Por las aguas rizadas del estrecho
se desliza un barquito con la vela remendada.
Al gorjeo de los estorninos
se mezcla el trueno lejano
de los cañones de las maniobras navales
del Tercer Reich.

3
En estas noches de primavera
se oye a menudo cantar el cárabo
en los sauces que bordean el estrecho.
Los supersticiosos de los campesinos creen que
el cárabo anuncia a los hombres
que no les queda mucho de vida. A mí
que soy consciente de haber dicho la verdad
de los que nos gobiernan, el pájaro fúnebre no necesita
ni siquiera anunciármelo.

de Bertolt Brecht,
en Poemas del lugar y la circunstancia, Pre-textos, 2003.
Editor digital Titivillus (epulibre), 2022.
Traducción de José Muñoz Millanes.