Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

jueves, 14 de marzo de 2024

VALOR

VALOR

Sabemos bien que entramos en el juego
y que esto ocurre hoy día.
Marca nuestro reloj la hora valiente
y el valor no podrá más alejarse.
Morir bajo las balas ya no asusta
ni ya lloramos por perder la casa.
Pero te guardaremos, lengua rusa,
alta palabra rusa.
Así te llevaremos pura y libre
a entregarte a los nietos
para todos los siglos
de los siglos de todo cautiverio rescatada.

de Anna Ajmatova,
en Antología de la Poesía Soviética (Alexander Nakarov), Biblioteca Jucar, 1974.
Versión de Rafael Alberti y María Teresa León

miércoles, 13 de marzo de 2024

los rayos de sol...

los rayos de sol
escapan a las nubes
se filtran
pero ya no importa
es el ocaso

por Félix Sánchez Durán,
en poesía forense, 2024.

martes, 12 de marzo de 2024

Lamento

Lamento

El ser no nos ha sido dado. Somos un río solo
Y dócilmente en toda forma confluimos:
Tanto la noche como el día, catedral o caverna,
Todo lo atravesamos, pues nos arrastra la sed por existir.

Así llenamos forma tras forma sin descanso,
Y ninguna llega a ser patria, ni dicha, ni necesidad,
Siempre de viaje, huéspedes para siempre,
No nos llaman el campo ni el arado, tampoco crece el pan para nosotros.

Desconocemos lo que Dios piensa de los hombres.
Él juega con nosotros, somos arcilla entre sus manos,
Enmudecida y maleable, ni ríe ni solloza,
Es realmente dúctil, pero tampoco se calcinará.

¡Ser convertido en piedra alguna vez!
Siempre viva por ello está nuestra nostalgia,
Mas también queda siempre un temeroso escalofrío
Y nunca se hace pausa en nuestro sendero.

de Hermann Hesse,
en https://trianarts.com/herman-hesse-lamento/#sthash.RES363lT.dpbs (11/2/24).

domingo, 10 de marzo de 2024

Sólo una cosa hace la poesía...

Sólo una cosa hace la poesía.
A susurros grita que todo
todo está relacionado con todo.
Con hilo de palabras, ella
va remendando los agujeros.

de Ana Pérez Cañamares,
en Viento Sur, n°140, junio, 2015.

viernes, 8 de marzo de 2024

si has de atravesar...

a MRL

si has de atravesar
un campo de cardos
pisa donde ya han pisado

por Félix Sánchez Durán,
en poesía forense, 2024.

jueves, 7 de marzo de 2024

ALGO SIGNIFICATIVO

ALGO SIGNIFICATIVO

Antaño, en que eran los clérigos
Quienes leían los libros,
Las iglesias, elevándose
Sobre el poblachón hundido,
Sus torres sobresacaban
Del colonial rancherío;
Mas hoy cualquier ciudadano
Devora cientos de libros,
Y hoy la casa en que cualquiera,
Allá en el décimo piso
Se pasa en claro la noche
Y estudia meditativo;
Sobresale de la cúpula
Del campanario más risco.
Lo cual no deja de ser
Algo significativo.

de Álvaro Yunque,
en Versos de la calle, Editorial Claridad, 1924.
http://www.alvaroyunque.com.ar/ (7/5/20).

miércoles, 6 de marzo de 2024

PARA QUE YO ME LLAME ÁNGEL GONZÁLEZ

PARA QUE YO ME LLAME ÁNGEL GONZÁLEZ

Para que yo me llame Ángel González,
para que mi ser pese sobre el suelo,
fue necesario un ancho espacio
y un largo tiempo:
hombres de todo mar y toda tierra,
fértiles vientres de mujer, y cuerpos
y más cuerpos, fundiéndose incesantes
en otro cuerpo nuevo.
Solsticios y equinoccios alumbraron
con su cambiante luz, su vario cielo,
el viaje milenario de mi carne
trepando por los siglos y los huesos.
De su pasaje lento y doloroso
de su huida hasta el fin, sobreviviendo
naufragios, aferrándose
al último suspiro de los muertos,
yo no soy más que el resultado, el fruto,
lo que queda, podrido, entre los restos;
esto que veis aquí,
tan sólo esto:
un escombro tenaz, que se resiste
a su ruina, que lucha contra el viento,
que avanza por caminos que no llevan
a ningún sitio. El éxito
de todos los fracasos. La enloquecida
fuerza del desaliento...

de Ángel González,
en Una mano tomó la otra - Poemas para construir sueños (selección de Pedro Hilario Silva y otros), Comunidad de Madrid, 2004.

martes, 5 de marzo de 2024

bajo la lluvia...

bajo la lluvia
el sediento
sigue buscando
qué beber

por Félix Sánchez Durán,
en poesía forense, 2024.

lunes, 4 de marzo de 2024

ODA A LOS NIÑOS DE MADRID MUERTOS POR LA METRALLA

ODA A LOS NIÑOS DE MADRID MUERTOS POR LA METRALLA

Se ven pobres mujeres que corren en las calles
como bultos o espanto entre la niebla.
Las casas contraídas,
las casas rotas, salpicadas de sangre:
las habitaciones donde un grito quedó temblando,
donde la nada estalló de repente,
polvo lívido de paredes flotantes,
asoman su fantasma pasado por la muerte.
Son las oscuras casas donde murieron niños.
Miradlas. Como gajos
se abrieron en la noche bajo la luz terrible.
Niños dormían, blancos en su oscuro.
Niños nacidos con rumor a vida.
Niños o blandos cuerpos ofrecidos
que, callados los vientos, descansaban.
Las mujeres corrieron.
Por las ventanas salpicó la sangre.
¿Quién vio, quién vio un bracito
salir roto en la noche
con la luz de sangre o estrella apuñalada?
¿Quién vio la sangre niña
en mil gotas gritando:
¡crimen, crimen!,
alzada hasta los cielos
como un puñito inmenso, clamoroso?
Rostros pequeños, las mejillas, los pechos,
el inocente vientre que respira:
la metralla los busca,
la metralla, la súbita serpiente,
muerte estrellada para su martirio.
Ríos de niños muertos van buscando
un destino final, un mundo alto.
Bajo la luz de la luna se vieron
las hediondas aves de la muerte;
aviones, motores, buitres oscuros cuyo plumaje encierra
la destrucción de la carne que late,
la horrible muerte a pedazos que palpitan
y esta voz de las víctimas
rota por las gargantas, que irrumpe en la ciudad como un gemido.
Todos la oímos.
Los niños han gritado.
Su voz está sonando.
¿No oís? Suena en lo oscuro.
Suena en la luz. Suena en las calles.
Todas las casas gritan.
Pasáis, y de esa ventana rota sale un grito de muerte.
Seguís. De ese hueco sin puerta
sale una sangre y grita.
Las ventanas, las puertas, las torres, los tejados
gritan, gritan. Son niños que murieron.
Por la ciudad, gritando,
un río pasa: un río clamoroso de dolor que no acaba.
No lo miréis; sentidlo.
Pequeños corazones, pechos difuntos, caritas destrozadas.
No los miréis; oídlos.
Por la ciudad un río de dolor grita y convoca.
Sube y sube y nos llama.
La ciudad anegada se alza por los tejados y alza un brazo terrible.
Un solo brazo. Mutilación heroica de la ciudad o su pecho.
Un puño clamoroso, rojo de sangre libre,
que la ciudad esgrime, iracunda y dispara.

(Mundo Obrero)

de Vicente Aleixandre,
en Poesía como un arma (Mariano Garrido Selección), Ocean Sur, 2008.

domingo, 3 de marzo de 2024

En mi patio está creciendo una hiedra...

En mi patio está creciendo una hiedra
que le arranqué a la Casa de Campo.

Quizá sobre esa hiedra –o muy cerca-
cayó el tío Manuel bajo las balas.

Ahora mi tío brota en abril
cuando le llevo agua hasta los labios.

de Ana Pérez Cañamares,
en Viento Sur, n°140, junio, 2015.

sábado, 2 de marzo de 2024

Balada de los señores de antaño

Balada de los señores de antaño

¿Dónde está Calixto Tercero,
que papa fue por cuatro años,
último muerto de ese nombre?
¿Y el muy gracioso Borbón Carlos,
Arturo, el duque de Bretaña,
Alfonso en Aragón reinando
y Carlos Séptimo triunfante?
Mas ¿dónde el bravo Carlomagno?

¿Y el rey de Escocia, que tenía
una mejilla -se ha contado-
color sangre desde la frente
hasta debajo de los labios?
¿Y el valeroso rey de España
cuyo nombre se me ha olvidado?
¿Y el muy famoso rey de Chipre?
Mas ¿dónde el bravo Carlomagno?

Renuncio a hablar de glorias idas:
el mundo es sólo un sueño vano.
Nadie triunfa sobre la muerte,
no la detienen los palacios.
Una pregunta aun formulo:
aquel rey de Bohemia, Lazlo
¿dónde está, dónde está su abuelo?
Mas ¿dónde el bravo Carlomagno?

¿Dónde el conde delfín de Auvernia?
¿Dónde el astuto y buen Bernaldo?
¿Dónde el difunto Juan Primero?
Mas ¿dónde el bravo Carlomagno?

de François Villón,
en https://ciudadseva.com/texto/balada-de-las-contra-verdades/ (28/1/24).

viernes, 1 de marzo de 2024

pocas personas siguen sus propias huellas...

pocas personas siguen sus propias huellas
las desorientadas
las locas
las narcisistas
todas acaban mal

por Félix Sánchez Durán,
en poesía forense, 2024.

jueves, 29 de febrero de 2024

En la niebla

En la niebla

¡Qué extraño es vagar en la niebla!
En soledad piedras y sotos.
No ve el árbol los otros árboles.
Cada uno está solo.

Lleno estaba el mundo de amigos
cuando aún mi cielo era hermoso.
Al caer ahora la niebla
los ha borrado a todos.

¡Qué extraño es vagar en la niebla!
Ningún hombre conoce al otro.
Vida y soledad se confunden.
Cada uno está solo.

de Hermann Hesse,
en https://www.zendalibros.com/5-poemas-hermann-hesse/ (11/2/24).

miércoles, 28 de febrero de 2024

martes, 27 de febrero de 2024

LOS DOCE

LOS DOCE

1

Véspero negro.
Blanca nieve.
¡Viento, viento!
Un hombre no puede de pie sostenerse.
¡Viento, viento
que va por el mundo de Dios todo entero!
Remolina el viento
la blanca nieve.
Hay hielo debajo de la nieve leve.
Resbalón. Un grito.
Quien a andar se atreve
resbala en la calle... ¡Ay, qué pobrecito!
Entre dos casas frente a frente,
tendido hay un cordel;
en el cordel, un cartel:
“¡Todo el poder para las Constituyentes!”
Lagrimea una vieja y no replica.
No comprende lo que eso significa.
¿Para qué tan gran cartel?
¡Qué enorme tela!
¡Cuántos peales se puede hacer con él!
Y los pies a los niños se les hielan...
La vieja, asustadísima,
cruza un montón de nieve cual gallina que acecha.
—¡Ay, Virgen Santísima!
—¡Ay, esos bolcheviques al ataúd nos echan!
Viento que corta como dalles.
Frío al compás de todo aquello.
Un burgués en cruce de calles,
mete la nariz en el cuello.
¿Y quién es éste? Melenas largas.
Su voz se aletarga:
—¡Traidores! ¡Qué horror!
—¡Ha muerto Rusia, sin decoro!
Probablemente un escritor,
un pico de oro.
Y he aquí, un hombre que de faldas viste,
se esconde en la nieve que le hace de tope.
¿Por qué hoy estás triste,
camarada pope?
¿Te acuerdas cómo antes
ibas con la panza como adelantada,
y, la cruz encima, se hacía brillante
la panza abultada?
Una dama con astracán caracolado
se acerca a otra, apenada.
—Cuánto hemos llorado, llorado...
Se cae resbalada,
y —¡pum!— se queda tumbada.
¡Ay! ¡Ay!
Dadle la mano, ¡caray!
El alegre viento
se alegra cruel.
Mueve el faldamento,
siega al que transita.
Rasga, estruja, agita
ese gran cartel:
“¡Todo el poder para las Constituyentes!"
y estas frases grita:
También se reunieron nuestras gentes...
en el local de enfrente...
Discutimos,
resolvimos:
Por un rato, diez rublos; por dormida, veinte pedir.
Y de nadie menos recibir...
...Vamos a dormir...

La tarde cayendo.
La gente se acoge.
Sólo un vagabundo
los hombros encoge.
Silbidos del viento...
—¡Eh, pobretón, trotamundo!
Ven a mi casa,
nos abrazaremos...
¡Pan!
¿Qué espera el que se atrasa?
¡Pasa!
Negros, negros los cielos están.
Rabia, triste rabia, enojos.
El pecho se abrasa.
Rabia negra, santa rabia, enojos.
¡Camarada, vigila sin tasa
con los cuatro ojos!

2

Pasea el viento, la nieve vuela.
Los doce hombres marchan en vela.
Negras correas de los fusiles,
y en torno a ellos hay luces miles.
Entre los dientes, un cigarrillo;
marca merecen llevar los pillos.
Libertad, libertad.
¡Ay, ay, sin cruz al pecho van!
¡Tra-ta-ta!
¡Frío hace, camarada, frío ya!
—Con Katka está Vañka en un tabernucho.
—Dinero en la media lleva en un cartucho.
—Vaniushka ya es rico, lo había soñado,
—¡Era de los nuestros, se ha hecho ahora soldado.
—¡Ay, Vañka, burgués, ay, hijo de perra,
si a mi Katka besas, el golpe no yerra!
Libertad, libertad.
¡Ay, ay, sin cruz al pecho van!
Katka con Vañka ocupada está
¡En qué mi querida ocupada estará!...
¡Tra-ta-ta!
Y alrededor hay luces miles...
En los hombros, correas de fusiles...
¡Más fuerte tu paso revolucionario,
que está el enemigo cerca y temerario!
Sostén, camarada, tu fusil sin miedo.
A la Santa Rusia una bala lancemos,
a la del pasado,
a la de las isbas, a esa que llamamos
del trasero pesado.
¡Ay, ay, sin cruz al pecho van!

3

Así se fueron nuestros muchachos
a servir en la guardia roja,
a servir en la guardia roja,
y perder sus cabezas locas.
¡Ay, tú, pena en cadena,
dulce vida que saco;
desgarrada guerrera,
fusil austríaco!
Para que los burgueses puedan todos penar,
el fuego del mundo vamos a soplar,
incendio del mundo que en sangre nació.
¡Danos, Señor, tu bendición!

4

Remolinos de nieve, grita el cochero,
Vañka con Katka vuela en trineo.
Y llevan los varales
farolillo eléctrico.
¡Eh, arre, arre!
Lleva un capotito roto de soldado,
su cara es de tonto, tonto redomado.
Se atusa, se atusa su negro bigote;
se atusa y recrea,
bromea.
He aquí a Vañka, el de hombros de carga.
He aquí a Vañka, el de charlas largas,
Abraza a su Katka, la muy pasmadota,
la engaña...
Ella la cabeza hacia atrás va a ponerla,
y sus dientecillos brillan como perlas...
¡Ay, Katia, Katia mía,
caragordita!

5

Todavía en tu cuello, Katia,
tienes de una navaja el cuño.
Debajo de tu pecho, Katia,
aún reciente tienes un rasguño.
¡Ea, ea, baila bien!
¡Qué bonitos son tus pies!
Ropitas de encaje llevabas:
¡llévalas ahora que yo te vea!
Con oficiales pendoneabas;
¡pendonea ahora, pendones!
¡Ea, ea, pendonea!
De sobresalto, el corazón voltea.
¿Te acuerdas del oficial aquél?
Nada hubo que le salvara...
¿No te acuerdas, mala peste, de él?
¿O no está tu memoria clara?
¡Ea, ea, hazla más clara!
¡Acuéstate con él, juntad la cara!
Llevabas polainas y aretes,
zampabas chocolate afamado.
Ibas a pasear con los cadetes.
¿Ahora paseas con los soldados?
¡Ea, ea, peca sin calma,
será un alivio para tu alma!

6

...Volando, se acerca el cochero en la delantera.
Vuela, aúlla, vocifera...
¡Alto! ¡Alto! Andruja, ayuda, no te borres.
¡Por detrás, Petruja, corre!
¡Tra-ta-ta-ta-ta!...
Polvillo de nieve hacia el cielo va.
Vañka quiere escapar con el cochero...
¡Alza una vez más tu gatillo ligero!...
¡Tra-ta-ta-ta! Te vamos a enseñar nosotros
a qué conduce juerguearse con la chica de otros...
¡Se escapó el canalla! Ya verás, te digo,
cómo mañana acabaré contigo.
¿Dónde está Katia? Muerta, muerta la ha dejado.
¡Su cabeza una bala ha atravesado!
¿Contenta, Katia? ¡Chit, chit, nada se mueve!...
¡Queda como carroña, aquí, sobre la nieve!...
¡Más fuerte tu paso revolucionario,
que está el enemigo cerca y temerario!

7

De nuevo van los doce.
Sobre los hombros llevan fusilitos.
Y sólo al asesino desgraciado
no se le ve la cara de contrito.
Más rápido el resuello,
los pasos acelera al alejarse.
Un pañuelo se lía por el cuello.
No puede sosegarse.
—¿Por qué estas, camarada, así afligido?
—¿Por qué, amiguito, el miedo te condena?
—¿Por qué, Petruja, andas alicaído?
—¿Es que Katka te da lástima o pena?
—¡Mis buenos camaradas de estas horas!
Yo a esta chica quería...
Noches embriagadoras
he pasado con ella en otros días...
Por la fuerza arrogante de sus ojos
como de fuego hechos;
por aquel lunar rojo
junto a su hombro derecho,
yo he matado, hombre flojo;
la perdí en un instante de despecho;
—¡Cómo nos da la lata este maldito!
¿Es que tú, Petia, eres una mujer?
—¿Es que quieres sacar tu alma en un grito
para dejarla ver?
—¡Tu fachenda mantén de soldadito!
—¡Y dominarte, eso debes hacer!
—¡No, no es ésta, hora
de mimos de niñera,
porque una carga ahora
más grande, camarada, nos espera!
Y ya Petruja lleva más lentos sus pasos...
La cabecita eleva, y de nuevo se alegra...
¡Ea, ea,
no es pecado mortal si se juerguea!
¡Cerrad las casas,
que hoy habrá saqueos sin tasa!
¡Abrid las bodegas,
hoy juerguea la gente andariega!

8

¡Ay, tú, pena en cadena,
asco tenebroso
de muerte!
¡Oh, qué bien el tiempecito
pasaré, pasaré yo!...
¡Oh, qué bien la coronilla
me rascaré, me rascaré yo!...
¡Oh, qué bien del girasol la cascarilla
escupiré, escupiré yo!...
¡Oh, qué bien con la navaja
rasgaré, rasgaré yo!...
¡Vuela tu, burgués, como un gorrioncito!
Beberé sangrecita,
por esa amiguita
de cejas negritas...
Requies cant in pace, al alma, Señor, de tu sierva...
¡Qué asco!

9

No se oye ruido alguno en la ciudad.
Sobre el Nevá un silencio grave advino.
Ningún guardia hay ya.
¡Juergueaos, muchachos, y sin vino!
En un cruce de calle está el burgués;
su nariz en el cuello ha escondido.
Un perro se le mete entre los pies,
sarnoso, sucio, con el rabo caído.
El burgués, indeciso y silencioso,
igual que el perro hambriento allí se está,
y el viejo mundo, como perro sarnoso,
con el rabo caído está detrás.

10

La nevisca se pone furiosa.
¡Ay, tú, nevisca, nevisca!
A cuatro pasos no se ven las cosas,
se hacen ariscas.
La nieve gira en forma de garganta.
La nieve en columnita se levanta.
—¡Oh, Dios mío, qué fuerte es la nevasca!
—¡Petka, en qué tonterías te atascas!
¿De qué te ha salvado
el altar dorado?
Qué poco sentido también;
piensa, míralo bien,
¿es que sangre no tienes en las manos frías
por amor que tú a Katka tenías?
¡Más firme tu paso revolucionario,
que está el enemigo cerca y temerario!
¡Adelante, adelante, adelante el fragor,
pueblo trabajador!

11

... Y sin Dios ni santos, de este modo,
los doce alejan sus pisadas.
Dispuestos están para todo,
no tienen lástima de nada...
Van sus fusilitos de acero
contra enemigos que no ves,
por callejas sin derrotero
donde la nieve cae al través,
y en hoyos de plumón ligero
no se pueden sacar los pies...
Les cubre de abrigo
la bandera roja.
Sus pasos amigos
producen congoja,
que ya el enemigo
despierta y se arroja.
Y la nieve en los ojos caía
noches y días,
sin interrupción...
¡Adelante, adelante el fragor,
pueblo trabajador!

12

...Y van adelante con seguro paso...
—¿Hay alguien ahí? ¡Que se nos presente!
No, sólo es el viento que juega en el raso
de la roja enseña que les da en la frente...
Delante se eleva un montón de nieve.
—¿Hay alguien en él? ¡Que se nos presente!
Sólo un can mendigo y hambriento se atreve
a ir, renqueando, detrás de la gente...
—Detrás no nos sigas, perrito sarnoso,
con la bayoneta reír voy a hacerte.
¡Y tú, viejo mundo, perrazo piojoso,
húndete, o yo mismo voy a deshacerte!
... Enseña los dientes como lobo hambriento;
no quiere dejamos, el rabo caído,
perro vagabundo, perro friolento.
—¡Eh, responde pronto! ¿Quién va? ¿Lo has oído?
—¿Quién mueve delante la bandera roja?
—Mira entre las sombras, seguro alguien pasa.
—¿Quién va que los pasos, al cruzar, afloja
y quiere ocultarse detrás de las casas?
—Da igual lo que haya, que voy a atraparlo.
—Mejor que te rindáis, ya veremos luego.
—¡Eh, eh, camarada, anal vas a pasarlo;
sal o comenzamos contra ti a hacer fuego!
¡Tra-ta-ta-ta-ta! Sólo, sólo el eco
resuena en las casas y ligero va...
Sólo la tormenta con aullido seco
por entre la nieve, carcajadas da.
¡Tra-ta-ta-ta,
tra-ta-ta-ta!...
Con paso seguro así van sin congoja.
Siguiendo sus huellas, un peñazo listo.
Y delante de ellos con bandera roja,
invisible en nieve de albores de alas,
inmune a las balas,
andando en el aire con un paso leve,
llevando un tesoro de perlas de nieve,
corona de rosas, que jamás se ha visto,
delante de ellos, marcha Jesucristo...

Enero, 1918

de Alexander Blok,
en Antología de la Poesía Soviética (Alexander Nakarov), Biblioteca Jucar, 1974.
Versión de Fiódor Kelin y César M. Arconada