Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

martes, 26 de mayo de 2020

La Huelga

La Huelga

Hay iras, hay volcanes de venganzas
En esos pechos ¡piedras de martirio!
Hay odio y sed, hay hambre y hay rencores
Acumulados desde muchos siglos:
Es sombra y es dolor, luz y amargura
De cien generaciones de vencidos.

Eso sale a los rostros, eso emerge,
Cual luz roja, del fondo de un abismo,
En esos ojos que irritó la máquina
Que debió ser la redención del siglo.

¡Esclavos! Si el progreso es el tirano,
Caiga el progreso. El bárbaro enemigo
Es máquina de muerte; dónde impera
La razón, el fusil es crucifijo.

¡Caiga el fusil, la cruz, los que la plantan!
¡Sea nuestro dolor riego atrevido!
¡La semilla fecunda del futuro 
Es sangre y luz de todos los martirios!

de Alberto Ghiraldo,
en Poesía anarquista en Mendoza para la Revolución Social (1918-1930) (María Cristina Saltari), XIV Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia. Departamento de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras. Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, 2013.

lunes, 25 de mayo de 2020

HAY UN DEBER

HAY UN DEBER

Amas la vida? Entonces ¿por qué no luchas? ¡Ea!
A vindicarla para dignificarnos, para
Que nuestras pobres hijos no oficien en el ara
De tanto vicio malo, de tanta cosa fea!

Ser hombre es ser soldado y aquel que no lo sea
Tampoco será hombre. Yo lucho, cara á cara
Contra lo que me ofende: altar ó cruz ó tiara.
Contra lo que me ahoga : ley ó fundo ó ralea.

Hay el deber sagrado de la lucha. Confío
No en mis amores, en mis odios! Por esto
Ganó Satán un reino... ¡Que tal vez era el mío!

Ni la lid te acobarde ni la altura te asombre:
El amor es un gesto, el odio es otro gesto!...
¡Y el más hermoso gesto de la vida es el hombre!

de Federico Gutiérrez,
en Nuestro Parnaso - Colección de Poesías Argentinas (Cuarto Volumen), Ernesto Mario Barreda/Ediciones M. Gleizer, 1914.

Revolución

Revolución

Gran Chusma que no conoce el miedo—
¡Salta al ruedo!
y alza tu mano
contra el tirano
de acero y oro y hierro,

El rico,
que vendió y compró como un perro
A ti—
A cada uno—
durante mil años y pico.

Salta al ruedo,
Gran chusma que no conoce el miedo,
y átalo y déjalo sin resuello,
escupe en su dorado cuello
de oreja a oreja,
y acábalo por siempre sin una queja,
ahora—
Este año—
Salta al ruedo,
Gran chusma que no conoce el miedo.

de Langston Hughes,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.77, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2014.

domingo, 24 de mayo de 2020

Las banderas separan

Las banderas separan

Al aire,
al aire puro
no le gusta acariciar banderas.

Todas las banderas
huelen a proyectiles,
a heridas

Todas las banderas huelen a sangre
de hombre joven.

El aire puro de mala gana las ondea
Hasta que con todas las banderas (como dije)
los países hagan una soga larga
multicolor gigantesca,
entonces el huracán
se convertirá en suave céfiro
que acariciará la única bandera del mundo
gustoso.

de Gloria Fuertes,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.5, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2012.

sábado, 23 de mayo de 2020

Fábula trunca

Fábula trunca
(del pequeño pájaro y del árbol)

Aquellos seres agraciados
Con la esclavitud de los otros
Aquellos que todo lo tienen
Y hacen gala del despojo y del esfuerzo
Aquellos son como el pájaro pequeño
Que posado en la rama
Cree estar sosteniendo todo el árbol

Lo grandioso es también
Que el pájaro pequeño
Ha convencido al árbol
De aquello
Y teme el árbol
Que el pequeño pájaro
Se vaya volando

Por Félix Sánchez Durán.

viernes, 22 de mayo de 2020

EL BARRIO ABANDONADO

EL BARRIO ABANDONADO

Triste barrio sombrío
de miserables y desiertas casas,
de sórdidas viviendas
amarillas y chatas,
que ni siquiera tienes
para adornar tu condición precaria,
la sonrisa de un árbol en tu calle
ó el beso de un clavel en tus ventanas...

Triste barrio maldito por los hombres
y por el tiempo; rama
donde anidó la chusma delincuente:
¡mi vieja pena te saluda, hermana
de todos los dolores olvidados,
cuyas visiones líricas y amargas
florecen bajo el duelo de las noches
como rosas que sangran!
Triste barrio sombrío, triste barrio
de miserables y desiertas casas...

Por tu calleja obscura
y grave, como un alma solitaria,
yo no sé qué infinito desconsuelo
de muerte, gime y canta;
canta y gime á la vez, en los violines
de la noche enlutada.
Yo no sé qué misterio, viejo barrio,
tienen tus mudas, tus antiguas casas
de ruinosas techumbres desolantes
y de puertas cerradas...
Yo no sé qué saudades tus faroles,
á cuya lumbre aciaga,
nocturnos Aladinos, mil siluetas
de brujas quieren descubrir. Extraña
y honda es la pena que en tu infértil seno,
viejo barrio, me guardas...

Dime, sorda calleja,
triste y maldita por los hombres; habla:
¿Qué espíritu maligno
dejó en tí la errabunda caravana?
¿Cuántos ocultos crímenes
se maquinaron en la negra entraña
de tu absurda calleja, viejo barrio?
¿Qué pavorosos dramas
tiñeron con su sangre los paisajes
negros de aquellas almas
que en tí ocultaron su locura, ó fueron
víctimas de una fiebre visionaria?

Viejo barrio maldito,
de miserables y desiertas casas:
¡lo que diera esta noche
por oirte llorar! ¡Saber la anciana
y angustiosa novela de tu vida,
bajo el beso de plata
que la luna te ofrece
pensativa y romántica!
¡Lo que diera el poeta, viejo barrio,
por hablar un instante con tu alma!
Pero, no; tú estás mudo.
¡Si no tienes dolor no tienes nada!

Suena lejos, muy lejos, la congoja
de una errante guitarra...
¿Qué dices, viejo barrio,
de míseras viviendas solitarias?
¿No cantaban las gentes que vivieron
en tus antiguas, lúgubres moradas?
¡Ah, viejo barrio triste
que no tienes dolor; tal vez no amaban
los hombres en tu sórdida calleja,
tal vez la chusma ingrata
que en tí vivió escondida
sólo supo de angustia y de venganza!

Por eso tienes este
mal aspecto de cárcel despoblada;
viejo barrio sombrío,
que ya olvidas el alma
de la errabunda chusma que abrigaste,
de la prole gitana
dolida del vivir, que no quería
ser sumisa ni esclava.
Por eso tienes esta
fisonomía singular y amarga
de villorrio embrujado...
Ya no recuerdas nada
de la siniestra gente que hace poco
te abandonó, y al emprender la marcha,
bien decía en los ojos y en la frente
que al presidio emigraba,
ó al maternal refugio
donde terminan las dolientes ansias...
Allá... Bajo el azote
de una lluvia de invierno, despiadada;
bajo una hosca noche inolvidable
en que la capital estaba trágica,
lo mismo que la imagen del delito,
y, como tú, la población, sin alma...

¡Viejo barrio sombrío, que no tienes
ni un tiesto de clavel en tus ventanas!

de José de Maturana,
en Nuestro Parnaso - Colección de Poesías Argentinas (Cuarto Volumen), Ernesto Mario Barreda/Ediciones M. Gleizer, 1914.

jueves, 21 de mayo de 2020

La única certeza

La única certeza

Para siempre las dudas,
dudas que darán vueltas en tu cama,
que irán contigo en bus,
que fregarán tus platos
y que se sentarán en la otra silla
del comedor a verte
mirar por la ventana.
Para siempre las dudas,
para siempre esperar y preguntarte:
¿Realmente murió?
¿Lo mataron sin más?, ¿cómo es posible?
¿Lo mataron así, como se mata
a un perro o a una bestia?
¿Mataron a tu hijo, al hijo que llevabas de la mano
para cruzar la calle?,
¿al niño al que dejabas
encendida la luz en el pasillo?

Para siempre las dudas. ¿Tuvo miedo?
¿Sabía (de algún modo) que de pronto
tu mano estaba lejos
para hacerle volver de nuevo a casa?,
¿tembló en la noche oscura
como tiembla una luz cuando se agota?
Si se acordó de ti, ¿qué pensamiento último
atravesó su mente con la bala?

Para siempre las dudas
y una sola certeza.
Donde pongas tus pies, desde ese día,
podría estar la tumba de tu hijo.

De Inma Pellegrín,
en Los 43 - Poetas por Ayotzinapa, Ana Matías Rendón Edición, 2015.

miércoles, 20 de mayo de 2020

TAMBIÉN ESTÁ BIEN

TAMBIÉN ESTÁ BIEN

También está bien morir en nuestra cama
sobre una almohada limpia
y entre amigos.

Está bien morir, una vez,
con las manos cruzadas sobre el pecho
vacíos y pálidos
sin arañazos, sin cadenas, sin banderas,
y sin pedir nada.

Está bien tener una muerte sin polvo,
sin agujeros en la camisa,
sin marcas en las costillas.

Está bien morir
con una almohada blanca, no la acera, bajo las mejillas,
las manos descansando en las de los que amamos
rodeados de médicos y enfermeras desesperados,
sin nada pendiente salvo una elegante despedida,
sin prestar atención a la historia,
dejando el mundo tal como es,
esperando que, algún día, algún otro
lo cambie.

(A Small Sun, 2003, trad. Mª Soledad Sánchez Gómez)

de Mourid Barghouti,
en http://www.poesiasolidariadelmundo.com/2012/05/tambien-esta-bien.html (18/2/20).

martes, 19 de mayo de 2020

IN MEMORIAM

IN MEMORIAM

Sobre el mismo crimen

La noche flota ingrávida
sobre el campo vacía;
coronado de estrellas
diciembre puro y frío.

Ojos de ciego plomo
buscan veinte y una puertas,
a golpes de culata
veinte y una son abiertas.

Veinte y una vidas salen,
veinte y una vidas fuertes,
mañana por la mañana
serán veinte y una muertes.

En el bate y sin luces,
junto al central dormido,
de sangre, sangre, sangre
el suelo está teñido.

Y penden cuerpos lívidos
en el horror campestre;
cada uno es como un péndulo
de un gran reloj silvestre.

Pasa una sombra suave,
serena y grave iba;
en cada boca muerta
dejó una rosa viva.

de Nicolás Guillen,
en Poesía armada, Agermanament, 1976.

lunes, 18 de mayo de 2020

Mayar XIV

Mayar XIV

Padre,
las cigüeñas se han muerto,
lo ruiseñores
y las grullas agoreras
también se han muerto;
en estos ríos cargados de misterio
sólo pasan pájaros negros.
Qué quieres,
la memoria se ha ido a los océanos,
somos piedras mordidas por el viento,
y un sueño nos arranca la esperanza
cuando queremos resucitar recuerdos.

de Francisco Azuela,
en La palabra ardiente, Centro Cultural Internacional El Cóndor de los Andes - Águila Azteca, A.C., 2002.

domingo, 17 de mayo de 2020

CANCIÓN DE LOS NIÑOS POBRES

CANCIÓN DE LOS NIÑOS POBRES

Hemos venido sin querer
Y sin saber vamos andando.
Tal como el viento ignora cuándo
Y dónde se ha de detener.

¿Quién ha mecido nuestra cuna?
Fué* el Amor ó* fué la Tristeza?
Somos el mal de la Pobreza?
Somos el mal de la Fortuna?

Hemos nacido inmaculados?
Venimos de la multitud?
Es nuestra madre una virtud
Que nos dejara abandonados?

Hemos venido sin querer
Y sin saber vamos andando,
Tal como el viento ignora cuándo
Y dónde se ha de detener.

Sean benditos los portales
Que han amparado nuestros gritos
En la noche invernal. ¡Benditos
Sean también los Hospitales!

Hoy, para damos alegría
La sociedad sentimental
Abre un paréntesis cabal
Que ha de durar tan solo un día.

Y nuestro día es todo el año!
Y es un mismo año nuestra vida,
Vamos por una oscurecida
Senda de rudo desengaño.

La irónica beneficencia
Hoy lucirá sedas y alhajas,
Para arrojarnos las migajas
De su esplendor y su opulencia.

Caridad llegada á* deshora
Para salvar la Humanidad!
Fuera como dar claridad
Con una lámpara á la aurora!

Hemos venido sin querer
Y sin saber vamos andando.
Tal como el viento ignora cuándo
Y dónde se ha de detener.

Nuestros padres nunca han tenido
Seguramente un día tal.
Y han fallecido en un portal,
Cual nosotros hemos nacido.

Ellos han sido acaso buenos.
No nos pudieron ver sufrir,
Y nos lanzaron á vivir...
Pero á vivir la vida al menos!

¿Quién ha mecido nuestra cuna?
Fué el Amor ó fué la Tristeza?
Somos el mal de la Pobreza?
Somos el mal de la Fortuna?

Sí, pues, no somos responsables,
Ante la honesta sociedad,
De no tener paternidad
Y ser los niños miserables!

Hemos venido sin querer
Y sin saber vamos andando,
Tal como el viento ignora cuándo
Y dónde se ha de detener.

de Mario Bravo,
en Nuestro Parnaso - Colección de Poesías Argentinas (Cuarto Volumen), Ernesto Mario Barreda/Ediciones M. Gleizer, 1914.
*Del original.

sábado, 16 de mayo de 2020

Costumbre (cuarentena III)

Costumbre (cuarentena III)

estando en cuarentena
todos los días trabajo un poco
todos los días limpio mucho
todos los días cocino
todos los días leo algo
todos los días escucho la radio
todos los días...
pero sólo el sábado
disfruto lo que hago

Por Félix Sánchez Durán.

viernes, 15 de mayo de 2020

PUNTO FINAL

PUNTO FINAL

Nunca sé si acabaré

el verso que te escribo.

Una tarde
                                           quedará suspensa
la palabra
                                                   que nos cierra el punto,
y serán sus letras
                                   sólo tinta fría.
Pero tú
comprenderás mi amor
aún en el verso
                                 que no diga.

de Mauricio Rosencof,
en De puño y letra (Antología), Txalaparta, 1998.

jueves, 14 de mayo de 2020

Muñeca Barbie

Muñeca Barbie

Esta nena nació como se suele nacer,
le ofrecieron muñecas que hacían pipí,
planchas, cocinas BGH en miniatura y
lápices labiales diminutos de color caramelo de cereza.
Después, en la magia de la pubertad, una compañera dijo:
Tenés la nariz muy grande y las piernas gordas.

Ella era sana, probadamente inteligente,
tenía espalda y brazos fuertes,
abundante instinto sexual y destreza manual.
Anduvo de acá para allá pidiendo disculpas.
Todos veían una nariz grande sobre dos piernas gordas.

Le aconsejaron que se hiciera la tímida,
la exhortaron a volverse simpática,
a hacer ejercicio y dieta, a sonreír y engatusar.
Como la correa de un ventilador, así
se le gastó el buen humor.
Entonces se cortó la nariz y las piernas
y se las ofreció.

La exhibieron en un féretro forrado de seda
maquillada con cosméticos funerarios,
una naricita respingada,
un camisón rosa y blanco.
¿No está preciosa?, dijeron todos.
¡La consumación, era hora!

A toda mujer le llega su final feliz.

de Marge Piercy,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.125, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2018.
Versión en castellano: Sandra Toro.

miércoles, 13 de mayo de 2020

DISTANCIAS

DISTANCIAS

Distancias.
En la vida hay distancias.

El hombre emite su aliento,
el limpio cristal se empaña.

El hombre acerca sus labios
al espejo...,
pero se le hiela el alma.

(... Pero se le hiela el alma.)

Distancias.
En la vida hay distancias.

de Juan José Domenchina,
en Una mano tomó la otra - Poemas para construir sueños (selección de Pedro Hilario Silva y otros), Comunidad de Madrid, 2004.