Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

viernes, 22 de mayo de 2020

EL BARRIO ABANDONADO

EL BARRIO ABANDONADO

Triste barrio sombrío
de miserables y desiertas casas,
de sórdidas viviendas
amarillas y chatas,
que ni siquiera tienes
para adornar tu condición precaria,
la sonrisa de un árbol en tu calle
ó el beso de un clavel en tus ventanas...

Triste barrio maldito por los hombres
y por el tiempo; rama
donde anidó la chusma delincuente:
¡mi vieja pena te saluda, hermana
de todos los dolores olvidados,
cuyas visiones líricas y amargas
florecen bajo el duelo de las noches
como rosas que sangran!
Triste barrio sombrío, triste barrio
de miserables y desiertas casas...

Por tu calleja obscura
y grave, como un alma solitaria,
yo no sé qué infinito desconsuelo
de muerte, gime y canta;
canta y gime á la vez, en los violines
de la noche enlutada.
Yo no sé qué misterio, viejo barrio,
tienen tus mudas, tus antiguas casas
de ruinosas techumbres desolantes
y de puertas cerradas...
Yo no sé qué saudades tus faroles,
á cuya lumbre aciaga,
nocturnos Aladinos, mil siluetas
de brujas quieren descubrir. Extraña
y honda es la pena que en tu infértil seno,
viejo barrio, me guardas...

Dime, sorda calleja,
triste y maldita por los hombres; habla:
¿Qué espíritu maligno
dejó en tí la errabunda caravana?
¿Cuántos ocultos crímenes
se maquinaron en la negra entraña
de tu absurda calleja, viejo barrio?
¿Qué pavorosos dramas
tiñeron con su sangre los paisajes
negros de aquellas almas
que en tí ocultaron su locura, ó fueron
víctimas de una fiebre visionaria?

Viejo barrio maldito,
de miserables y desiertas casas:
¡lo que diera esta noche
por oirte llorar! ¡Saber la anciana
y angustiosa novela de tu vida,
bajo el beso de plata
que la luna te ofrece
pensativa y romántica!
¡Lo que diera el poeta, viejo barrio,
por hablar un instante con tu alma!
Pero, no; tú estás mudo.
¡Si no tienes dolor no tienes nada!

Suena lejos, muy lejos, la congoja
de una errante guitarra...
¿Qué dices, viejo barrio,
de míseras viviendas solitarias?
¿No cantaban las gentes que vivieron
en tus antiguas, lúgubres moradas?
¡Ah, viejo barrio triste
que no tienes dolor; tal vez no amaban
los hombres en tu sórdida calleja,
tal vez la chusma ingrata
que en tí vivió escondida
sólo supo de angustia y de venganza!

Por eso tienes este
mal aspecto de cárcel despoblada;
viejo barrio sombrío,
que ya olvidas el alma
de la errabunda chusma que abrigaste,
de la prole gitana
dolida del vivir, que no quería
ser sumisa ni esclava.
Por eso tienes esta
fisonomía singular y amarga
de villorrio embrujado...
Ya no recuerdas nada
de la siniestra gente que hace poco
te abandonó, y al emprender la marcha,
bien decía en los ojos y en la frente
que al presidio emigraba,
ó al maternal refugio
donde terminan las dolientes ansias...
Allá... Bajo el azote
de una lluvia de invierno, despiadada;
bajo una hosca noche inolvidable
en que la capital estaba trágica,
lo mismo que la imagen del delito,
y, como tú, la población, sin alma...

¡Viejo barrio sombrío, que no tienes
ni un tiesto de clavel en tus ventanas!

de José de Maturana,
en Nuestro Parnaso - Colección de Poesías Argentinas (Cuarto Volumen), Ernesto Mario Barreda/Ediciones M. Gleizer, 1914.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario