Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

viernes, 25 de diciembre de 2020

NAVIDAD NEGRA

NAVIDAD NEGRA

Sobre la estera de palma
ha nacido un niño negro.
La carne blanda, y la piel
como una noche de invierno.

Cerrad esa risa loca,
apagad la luz y el jazz,
que no le quiten la piel
que le van a hacer llorar.

La madre es negra, y los dientes
blancos como los luceros,
el padre, un negro robusto,
sin corbata ni sombrero,
con la cara ensangrentada
y con los puños abiertos.

Cerrad esa risa loca...

Sobre un pesebre de paja
ha nacido un niño negro.
La virgen negra, y los dientes
blancos, como los corderos.

San José un negro robusto
lleva el dolor al destierro...

Cerrad ese llanto amargo
que Herodes lo va a encontrar,
que no le quiten la piel
que le van a hacer llorar.

La nieve es negra en Arkansas
y los pastores son negros.

Los reyes traen de Arabia
en un navio negrero
siguiendo una estrella negra
dólares y cocos frescos.

Cerrad esa risa loca,
apagad la luz del jazz,
que no le quiten la piel
que le van a hacer llorar,
que le van a hacer llorar...

de Víctor Manuel Arbeloa,
en Poesía Religiosa - Antología (Leopoldo de Luis), Alfaguara, 1969.

jueves, 24 de diciembre de 2020

SALMO

SALMO

Una planicie larga
Bajo la luz del sol. El infinito
Pesa en el corazón como una carga. . .
¡Cuán grande fué nuestro delito!

Fatigado, errabundo,
Así como bazofia mal oliente
Que despreciara un can, solo en el mundo.
Nos encontramos, frente á frente.

La veste inmaculada,
Crisol de sus ensueños, ya no era
Sino una roña vil, harapo, nada...
Menos que triunfo, ni bandera.

Aparté sus cabellos
Para reconocerle, poco á poco,
Y un perfume de nardo brotó de ellos...
Jesús de Nazareth, el loco.

—¡Señor!... ¡Señor!... —le dije
¿Adónde vas?... Extático, siniestro
¡Ah, yo no sé qué rebelión maldije
Sobre la cara del Maestro!

Pronuncié con cariño
Su bello, triste, suspirado nombre,
Como lo pronunciaba cuando niño...
—En pos de la verdad, el hombre.

Y, corrido un instante,
En un postrer esfuerzo, con la mano
Me señaló la inmensidad delante...
¡El llano siempre, siempre el llano!

Iba á Jerusalém.

Como en un sueño.
Cruzaba por mi mente la odisea;
En el pesebre luz, sombra en el leño...
Jesús de Galilea.

Un manto y una caña...
Este es aquel demoledor, que un día
Tronara su gran verbo en la montaña...
¡Dios te salve, María !...

Verbo de amores santo,
El de las madres débiles y buenas...
¡Lástima que su amor no odiara, tanto
Como el amor de madre de las hienas!

Adelante, la sombra, como un velo;
Arriba, el cielo azul... ¡Poeta errante,
Ensimismado en contemplar el cielo
Se olvidó de mirar para adelante!...

Le reanimé gozoso;
Me miró dulcemente, como á un hijo
Y, más que con la voz, con un sollozo:
—¡Ah, tú también me abandonaste!... —dijo.

Sí, también yo!... —Le contesté.— ¿Qué duda
Ensombreció su espíritu de hierro
Al verse solo, en la planicie muda,
Abandonado como un perro?...

Iba á Jerusalém... ¿Para qué iba?
¿Para de nuevo repartir sus dones,
Y rotular de sátrapa al escriba
Y á los burgueses de ladrones?...

Solo, sin fe, sin clava
La hermita obscura, túrbida la fuente...
¿Era que la Verdad necesitaba
Crucificarlo nuevamente?

—Yo —le dije— Maestro, soy el mismo:
Mezcla de amor intenso y odio intenso;
Un hereje que lleva tu bautismo
Y que está perfumado con tu incienso.

Solamente que ahora
La Verdad fijó rumbos á la prosa...
Y ya no creo en nada
Porque creo en el hombre. Como un velo
Era tu religión á mi mirada:
Más que inconmensurable, indefinida...
¡Ah, porque me dejaba ver el cielo
Pero no me dejaba ver la vida!

No hay más allá. Divinizado el hombre
Lo deshumanizaste. Solamente
Tuyo ha sido el error... ¡error sin nombre.
Tratándose de tí, clarovidente!

¡Contempla qué lejano
El horizonte azul!... Allá, muy lejos
Hay también hombres viejos
Que mendigan el pan...

La tierra toda
Se engalana de flores
Como la prometida de una boda
Eternamente festejada.
Observa
Qué leve desparramo de colores
Matiza el terciopelo de la hierba...

Y todo tiene dueño todavía...
¡Veinte siglos después!
¿En qué agujero
No ladra, poderosa, la jauría?
¿A dónde irá Ashavero
Maldito de los dioses?...
Es preciso
Reivindicar al hombre con la tierra,
No con el paraíso.

Un nuevo ideal; que encierra
La síntesis del tuyo, Nazareno,
Irradia ya, lo mismo que una aurora.
Gloriosamente bueno.

Libertad, libertad!... Esa obsesora.
Ingenua libertad que ríe y llora
En la carita de los niños... esa
Que es sensación de vértigo en la cumbre,
Gorjeo en la calandria, lejanía
En la llanura silenciosa...

Opresa
Hoy como ayer está la muchedumbre,
Pero, sabe que un día...
Rotos los eslabones en pedazos
Levantará los brazos!

No ya para los justos el castigo,
Porque si esa es la ley... ¡yo la maldigo!
De pie, sin un lamento,
Por el amor, el odio, hasta que sea,
¡Y por la libertad el escarmiento,
Con el hacha y la tea!

Eso se necesita
¡Dinamita, maestro, dinamita!

de Federico Gutiérrez,
en Nuestro Parnaso - Colección de Poesías Argentinas (Cuarto Volumen), Ernesto Mario Barreda/Ediciones M. Gleizer, 1914.

miércoles, 23 de diciembre de 2020

VENGO DE CUATRO CAMINOS

VENGO DE CUATRO CAMINOS

Vengo de Cuatro Caminos.
De Cuatro Caminos vengo.
Mis ojos que ya no lloran,
los traigo de sangre llenos;
sangre de un chiquillo rubio
que he visto roto en el suelo;
sangre de una mujer joven;
sangre de un viejo muy viejo;
sangre de muchos, ¡de muchos!,
confiados, indefensos,
caídos bajo las bombas
de los piratas del cielo.
Vengo de Cuatro Caminos,
de Cuatro Caminos vengo.
Traigo los oídos sordos
de blasfemias y lamentos.
—¡Ay, chiquitín, chiquitín!
¿Qué les hiciste a esos perros
para que así te destrocen
sobre las piedras del suelo?
—¡Ay, ay, ay, madre, mi madre!,
¿por qué han matado al abuelo?
—Porque son hijos de loba
y de lobo carnicero;
porque llevan en las venas
sangre de burdel y cieno;
porque nacieron sin padre
dentro de su regimiento.

Un «¡Caso en Dios!» corta el aire
hacia la farsa del cielo.

(Romancero de la defensa de Madrid)

de Antonio Agraz,
en Poesía como un arma (Mariano Garrido Selección), Ocean Sur, 2008.

martes, 22 de diciembre de 2020

Cuatro poemas

  Cuatro poemas

a) Sin habla

Por qué escribes
aún
poesías
si con este método
siempre sólo
alcanzas minorías
amigos me preguntan
impacientes
cómo con sus métodos
siempre sólo alcanzan minorías
y no tengo
respuesta para ellos

b) Cuidado con las enfermedades infantiles

En los primeros años
de la reconstrucción
domina aún a veces
una lamentable escasez
de artículos de lujo
Cuidado:
lo que en el consumo se vende
como genuina piel de lobo
lo habían llevado
sólo que disimulando
nuestras ovejas negras.

c) Oído

¿Cómo hemos de poner los oídos
para      ante el abismo de la derrota
oír ya algo de victoria?

Y si hemos aprendido esa postura
¿qué oímos entonces
en el fragor de la victoria?

d) Trabajo práctico

Para
enseñar     a hablar
a los tartamudos
como uno de los suyos
aprendí a tartamudear con fluidez
¿Por qué
me rompen los huesos?

de Erich Fried,
en Antología Dispersa, Biblioteca Libre Omegalfa, 2008.

lunes, 21 de diciembre de 2020

No se trata de una llamada telefónica

No se trata de una llamada telefónica

sonó el teléfono
atendimos
número equivocado
y aunque sabíamos que estaba equivocado
la segura voz del otro lado
nos hizo desistir de nosotros mismos
y cumplir otro papel
otro libreto:
reíamos
rememoramos anécdotas
en que no estuvimos
y nos despedimos
afectuosamente

sonó el teléfono nuevamente
atendimos
era nuestra madre:
"número equivocado"

de Félix Sánchez Durán,
en Somos, Ferrero/Hartmann, 2020.

domingo, 20 de diciembre de 2020

el monopolio...

el monopolio
se ha excedido
todos los signos
de todos los horóscopos
dicen lo mismo

Por Félix Sánchez Durán.

Un día como hoy...

Un día como hoy
Todas las personas egoístas del planeta
Abordarán una nave
Y se dirigirán al sol /
No soportan no ser
En centro del mundo

Por Félix Sánchez Durán.

sábado, 19 de diciembre de 2020

Propietarios

Propietarios

Porque no poseemos nada,
ni siquiera la vaga sombra de futuro
que a nuestra infancia responsable pervertía.
Porque no somos dueños de nada,
ni aun del propio dolor
que con asombro hemos mirado tantas veces.
Porque, sin duda, tener no es lo nuestro,
y sí soñar desesperadamente
que todo lo tenemos al borde de la mano,
de esta tozuda mano que nos nombra
con más rigor que un apellido.
Dueños de desearlo todo: qué tristeza.
Dueños del miedo, el polvo, el humo, el viento.

de Francisca Aguirre,
en ...Y la culpa no era mía - Antología de Poesía Feminista, Biblioteca Omegalfa, 2020.

viernes, 18 de diciembre de 2020

CONTROL AMBIENTAL

CONTROL AMBIENTAL

el gobierno local
ha tomado medidas
para combatir
la invasión
del gorrión de África

una bandada entrenada
de caranchos, halcones
y búhos reales
tiene la tarea impostergable
de cazar y mermar
al pequeño plumífero

lo mismo hará
- dijeron en conferencia -
con cualquier otra especie foránea

Por Félix Sánchez Durán.

RUSIA

RUSIA

Enorme y santa Rusia, la tempestad te llama!
Ya agita tus nevados cabellos, y en tus venas
 la sangre de Rurico, vieja y heroica inflama…
 Desde el Neva hasta el Cáucaso con tu rugido llenas
 las selvas milenarias, las estepas sombrías…

 —Mujik, tu arado hiere; tu hoz, mujik, hiere y mata;
 como la negra tierra los pechos abrirán;
 tiñéranse en tus manos las hoces de escarlata….

 —Padre Zar, ese pueblo te llama padre. Tiene
 callosas las rodillas y las manos callosas;
 si hasta el umbral de mármol de tu palacio viene
 con manos y rodillas se arrastrará en sus losas.

 —Allá lejos, muy lejos, donde el sol nace, luchan,
 Mujik, tus hijos, desfallecen y mueren…
 —Padre Zar, los esclavos tu sacra voz no escuchan
 aunque las rojas lenguas del knut sus flancos hieren.

 —Mujik, en tus entrañas el hambre ruge… —El cielo,
 señor, te dio su vida… —Mujik, cuando las fieras
 sienten el hambre, aguzan sus garras en el hielo.
 Tú… ¡que el pastor te entregue la cervatilla esperas!

 —Padre Zar, los gusanos quieren ser hombres. Miran
 de frente al sol. Te miran de frente… ¿Qué malignos
 genios sus tentaciones de rebelión inspiran
 cuando son de tu misma misericordia indignos?

 —Llenas están de sangre las lúgubres prisiones,
 llenos están de aullidos los hondos subterráneos…
 De la vida y la muerte, tú, como Dios, dispones;
 ¡ya saben el camino las hachas de los cráneos!

 —Mujik, las muchedumbres que tu señor domina,
 que tiemblan si al mirarlas sus ojos centellean,
 van del brumoso Báltico a la apartada China
 y las naciones todas a sus pies serpentean.

 ¡Ay, si de cada pecho brotara un solo grito!
 ¡Si un solo golpe diera cada afrentada mano!
 ¡Su empuje arrancaría la mole de granito,
 como el de los millones de gotas del Océano!

 ¡Enorme y santa Rusia! De tu dolor sagrado
 como de un nuevo Gólgota, fe y esperanza llueve…
 La hoguera que consuma los restos del pasado
 saldrá de las entrañas del país de la nieve.

 El pueblo con la planta del déspota en la nuca,
 muerde la tierra esclava con sus rabiosos dientes,
 ¡y tíñese entre tanto la sociedad caduca
 con el sangriento rojo de todos los Ponientes!

 1906 

de Ricardo Jaimes Freyre,
en Obra poética y narrativa, Plural Editores, 2005.

jueves, 17 de diciembre de 2020

Un hombre tras las rejas 7 ESOS...

  7

ESOS fueron mis muertos... Vinagre de mis labios.
Esos fueron mis muerto... Espinas de mis sienes.
Esos fueron mis muertos... Lanza de mi costado.
Los he llorado a ríos. A montañas de lágrimas.
Los he llorado a todos. Uno a uno. Sangrando.
Muriendo yo con ellos, uno a uno.
Enterrándolos y desenterrándolos
para volverlos a enterrar con nuevo llanto.

Esos fueron mis muertos. Los he llorado a todos,
muriendo yo con ellos. Uno a uno.
Muerto mil y una veces con cada muerto mío.
Los he llorado a todos con mil llantos diversos.
En las cuencas vacías de la angustia.
En las órbitas secas del espanto.
En los ojos perplejos del silencio
y hasta en el puño enhiesto de la ira
y en la cárdena flor de la vergüenza.

Los he llorado a todos. Uno a uno.
Y mil veces he muerto yo con ellos.

de Carmen Natalia (Martínez Bonilla),
en Un hombre tras las rejas, Brigadas Dominicanas, 1962.

miércoles, 16 de diciembre de 2020

Una idea de libertad

Una idea de libertad

Cuando más cogido por los huevos me tienen
busco la ventana por donde se ve más lejos
y me quedo allí
con la nariz aplastada contra el cristal
esperando
siempre
unos pájaros
que nadie ha visto
que sé
existen,
pero que no vienen.

de Antonio Orihuela Uzal,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.14, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

martes, 15 de diciembre de 2020

ITACA

ITACA

Si vas a emprender el viaje hacia Itaca,
pide que tu camino sea largo,
rico en experiencias, en conocimiento.
A Lestrigones y a Cíclopes,
o al airado Poseidón nunca temas,
no hallarás tales seres en tu ruta
si alto es tu pensamiento y limpia
la emoción de tu espíritu y tu cuerpo.
A Lestrigones ni a Cíclopes,
ni al fiero Poseidón hallarás nunca,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no es tu alma quien ante ti los pone.

Pide que tu camino sea largo.
Que numerosas sean las mañanas de verano
en que con placer, felizmente
arribes a bahías nunca vistas;
detente en los emporios de Fenicia
y adquiere hermosas mercancías,
madreperla y coral, y ámbar y ébano
perfumes deliciosos y diversos,
cuanto puedas invierte en voluptuosos y delicados perfumes
visita muchas ciudades de Egipto
y con avidez aprende de sus sabios.

Ten siempre a Itaca en la memoria.
Llegar allí es tu meta.
Mas no apresures el viaje.
Mejor que se extienda largos años;
y en tu vejez arribes a la isla
con cuanto hayas ganado en el camino,
sin esperar que Itaca te enriquezca.

Itaca te regaló un hermoso viaje.
Sin ella el camino no hubieras emprendido.
Mas ninguna otra cosa puede darte.

Aunque pobre la encuentres, no te engañará Itaca.
Rico en saber y en vida, como has vuelto,
comprendes ya qué significan las Itacas.

de Konstantino Kavafis,
en Una mano tomó la otra - Poemas para construir sueños (selección de Pedro Hilario Silva y otros), Comunidad de Madrid, 2004.

lunes, 14 de diciembre de 2020

No se trata de tecnología

No se trata de tecnología

cada vez hacemos pantallas más grandes
mejoramos la calidad de la imagen
subimos gigas de fotos que no vemos
a nubes que apenas comprendemos
pero a las que confiamos nuestras vidas
memorias convertidas                             
                                   en almacenamiento

de Félix Sánchez Durán,
en Somos, Ferrero/Hartmann, 2020.

domingo, 13 de diciembre de 2020

Inocencia: 1945

Inocencia: 1945

"Lo bello del asunto fue la culpa.
Entró en nosotros, rápida ginebra,
bifurcada lengua de hielo. La culpa
nos hizo de nuevo inocentes.
Nada hicimos mientras algunas
medidas extremas eran tomadas. Fuimos a la deriva. En el
inmenso salón de baile de la Reina de las Nieves había soñado
con el universo y un nuevo par de patines.
Pero también habíamos sufrido.
El milagro fue: nada
sentíamos. Sentíamos que nada habíamos
hecho. Nada que hacer. Nos sentíamos libres.
Y habíamos sufrido también.
Era la libertad que anhelábamos,
fría aguja en la corriente sanguínea.
Después de todo la culpa era un sentimiento."

1993

De Adrienne Rich,
en Oscuros campos de la república, Grupo Editorial Norma, 1999.