Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

miércoles, 13 de enero de 2021

La diana

La diana

Diana. La cárcel despierta.
Otra vez ruido de hierros;
el crugir* de los cerrojos
y el andar del carcelero.
Todo hiere nuestro oído
con sones de algo siniestro.
Triste nos pone la diana,
más que el golpe de los hierros...
¡Que la diana es canto fúnebre,
cuando vibra en un encierro!

de Alberto Ghiraldo,
en La canción del deportado, Fernando Fé, 1929.
*Del original.

martes, 12 de enero de 2021

Un hombre tras las rejas 10 YO...

  10

YO soy aquel, sí... Perdido en un océano.
Desmembrado de un sordo continente dormido.
Un pedazo de tierra con su masa de hombres.
Con ríos y montañas y quebradas y árboles.
Con pájaros y luna, con estrellas y ángeles.
Yo soy ése. Hombre y tierra hecho uno.
Con mi voz y mi sueño y mi llanto y mi angustia.
Con mi desolación y mi vergüenza.
y con mi grito. Con mi grito.

Escúchenlo los bárbaros. Escúchenlo los ruines.
Escúchenlo los sórdidos. Escúchenlo los viles.
Escúchenlo los ímprobos. Escúchenlo. Escúchenlo.
Mi grito ha de cuajarse un día como el plomo
para volverse un brazo. Ya lo dije.
¡Y el brazo hará justicia!

¡Malditos los que oprimen!
¡Malditos los que alzan barrotes ante el hombre!
¡Malditos los que abaten las rondas de los niños!
¡Malditos los que siembran plomo y sangre en los surcos!
¡Malditos los que roban al hambre de los pobres!
¡Malditos los que ceban su maldad en la carne!
¡Malditos los que ríen encima de los muertos!
¡Malditos los que siegan cabezas como espigas!
¡Malditos los que ensartan criaturas en los vientos!
¡Malditos los que marchan encima de cadáveres!
¡Malditos los que oprimen! ¡Malditos los que oprimen!

Escúchenlo los bárbaros, los sórdidos, los ruines,
los que encadenan pueblos y destruyen y asolan,
llenos de sangre y lodo hasta las ingles!
Escúchenlo los déspotas, los cobardes, los viles!
El hombre tras las rejas quebrantará los hierros
y veréis que se cumple la justicia en la tierra!

¡Guerra a muerte a los bárbaros!
¡Guerra a muerte a los ímprobos!
¡Guerra a muerte a los sórdidos!
¡Guerra a muerte a los ruines!
¡Guerra a muerte a las rejas! ¡Guerra a muerte!
¡Guerra al odio y al crímen*! ¡Guerra al crímen*!
¡Guerra a muerte a los déspotas, asesinos de pueblos!
¡Guerra a muerte a los déspotas, bebedores de sangre!
¡Guerra a muerte a los déspotas, necrófagos abyectos!

Escúchenlo los bárbaros, los sórdidos, los ruines!
Mi grito ha de cuajarse un día como el plomo
para volverse un brazo. Y el brazo hará justicia
¡Ya lo dije!

de Carmen Natalia (Martínez Bonilla),
en Un hombre tras las rejas, Brigadas Dominicanas, 1962.
*Del original.

lunes, 11 de enero de 2021

Hago versos, señores

Hago versos, señores

Hago versos señores, hago versos,
pero no me gusta que me llamen poetisa,
me gusta el vino como a los albañiles
y tengo una asistenta que habla sola.
Este mundo resulta divertido,
pasan cosas señores que no expongo,
se dan casos, aunque nunca se dan casas
a los pobres que no pueden dar traspaso.
Sigue habiendo solteras con su perro,
sigue habiendo casados con querida,
a los déspotas duros nadie les dice nada,
y leemos que hay muertos y pasamos la hoja,
y nos pisan el cuello y nadie se levanta,
y nos odia la gente y decimos: ¡la vida!

Esto pasa señores y yo debo decirlo.

de Gloria Fuertes,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.5, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2012.

domingo, 10 de enero de 2021

Y nos vinimos a enterar...

Y nos vinimos a enterar
Que el ave más peligrosa
No es un ave rapaz
No es enorme, no es grande
No tiene pico curvo y fiero
Ni garras afiladas
Es un pájaro pequeño
De cortas patas 
Monarca nuquinegro
Azul de poco peso

Siempre se aprende
Algo nuevo

Por Félix Sánchez Durán.

somos como la publicidad...

somos como la publicidad
en la programación del universo...
queremos que nos compren, nos vendemos
pero la mayoría de los dioses
se ha levantado para dirigirse
hacia la heladera

de Félix Sánchez Durán,
en Somos, Ferrero/Hartmann, 2020.

sábado, 9 de enero de 2021

Un hombre tras las rejas 9 LLEGO...

    9

LLEGO la luz, por fin. Llegó la luz.
Entra a chorros iguales por entre los barrotes
dibujando más rejas en el suelo.
Un hombre tras las rejas. Siempre. Siempre.
Un hombre solo, abierto, desmembrado.
Enterrado con vida como si fuera un muerto,
con las órbitas llenas de gusanos.
Y con las manos rotas. Rotas. Rotas.

Me aferro a los barrotes. Los oprimo.
Hierro y carne se funden en las rejas.
¡Quiero salir de aquí! ¡Venid, soltadme!
Quiero salir y respirar. ¡Quiero ser libre!
¡Arrancadme estas rejas! ¡Destruidlas!
¡Cercenadme estos hierros! ¡Rescatadme!
Las rejas se me clavan en los hombros,
en los ijares sofocados, en las sienes.
¡Quiero salir de aquí! ¡Quiero ser libre!
¡Quiero ser libre! ¿No lo oís? ¡Quiero ser libre!

Llegó la luz, por fin. Llegó la luz...
Estoy en medio de su precisa claridad. Mirándome.
Mirándome hasta la vena soterrada y última.
Auscultándome. Reconociéndome. Calándome.
Redescubriéndome las manos verosímiles.
Mis manos ciertas, puras, verdaderas.
Ahora sé... Quiero ser libre y voy a serlo. Libre.
Me creceré a mí mismo, más allá de mis límites.
Fuera de mí, desmesurado, ingente.
Haré saltar los hierros con mis manos,
con mi sangre, con mis huesos, con mi carne.
¡Dadme fuerzas, no más! Fuerza en las manos,
una hora precisa, inequívoca, exacta,
y el signo de la cruz sobre mi frente.

de Carmen Natalia (Martínez Bonilla),
en Un hombre tras las rejas, Brigadas Dominicanas, 1962.

viernes, 8 de enero de 2021

EN AQUEL TIEMPO...

EN AQUEL TIEMPO...

En aquel tiempo, Cristo era
portero de un hotel de lujo.
Uniformado como un húsar teatral,
abría
las portezuelas de los automóviles
y ayudaba a bajar seres, maletas,
saludando con apacible gesto
de persuasión magnífica.
Su oficio no dolía como otros
aunque la parvedad
de su cargo le hacía parecer
pequeño en dones.
Si alguien le preguntaba por los rostros
de quienes se alojaban,
responder no sabía.
Todos ellos
eran el mismo,
hombre o mujer oliendo a fruto de hoy,
tan alto el ademán como una torre,
vivo el hastío que causaba
la quebradura interna del espíritu.

El lujo, en esos seres,
se había vuelto
rutina, vicio.
Y Cristo se compadecía
de la urbana tristeza, del
forzoso aburrimiento.
Si en su mano estuviera,
en cada habitación pondría un poco
de diferencia en la necesidad,
algo más de pobreza, y que las almas
encontraran que el mundo descendía
hasta el nivel del hambre
que había que quitar.
Tan sólo así,
saludaría por su nombre
a cada huésped del hotel de lujo.

de Manuel Mantero,
en Poesía Religiosa - Antología (Leopoldo de Luis), Alfaguara, 1969.

jueves, 7 de enero de 2021

Un hombre tras las rejas 8 AHÍ...

   8

AHI están. Uno a uno. Cientos, miles de muertos
en macabro desfile. Cientos, miles de muertos.
Y cada muerto arrastra una muerte distinta.
¡Ah! ¿No lo sabéis aún? Pues bien, sabedlo.
Ensayaron mil formas de darle muerte a un hombre.
¿A un hombre solamente? No. También a una mujer.
¡Y oídlo, oídlo! -¡Sangre de mi costado!-
Ensayaron mil formas de darle muerte a un niño!

Más de una vez -¡Sabedlo! ¡Tenéis que saber esto!-
destajaron un vientre para ensartar un niño.
Y ese niño no pudo llegar a ser un hombre.
Y ese nido no pudo dar su amor ni sus besos.
Y ese niño no pudo asombrarse ante el mundo
ni llorar en los brazos ausentes de su madre.
Y ese niño no pudo morir de muerte mansa.
¡Los brutos le clavaron la lanza en el costado
antes de que la carne tomase forma humana!

Ensayaron mil formas de dar muerte.
Pero, más todavía... Tenéis que saber esto:
antes de arrancar la vida a un hombre
hicieron pasto de su carne. ¡Sí! ¡Sabedlo!
Sabed cómo cebaron su odio en esos hombres. Uno a uno.
Carne golpeada, herida, quemada, magullada.
Carne exprimida, lacerada, abierta.
¡Y al grito de la carne torturada
respondía la risa de los brutos!

Ahí están. Uno a uno. Cientos. Miles de muertos.
Que no me miren más! ¡Que no me miren!
No quiero ver sus ojos pidiéndome justicia.
¡No quiero ver más sangre ni más muertos!
¡Quitadlos de mi vista! ¡Pronto, la luz, el día!
¡Venga la luz! ¡Venga la claridad! ¡Venga la aurora!
Quiero ver otra cosa, aunque sean las rejas.
Pero los muertos no. ¡No quiero verlos!

de Carmen Natalia (Martínez Bonilla),
en Un hombre tras las rejas, Brigadas Dominicanas, 1962;
en Alma adentro - Obra poética completa, UCMM, 1981.

miércoles, 6 de enero de 2021

sólo medio libro infantil tenían...

 sólo medio libro infantil tenían
y se lo leyó hasta la mitad
caperucita se encontró con el lobo
no había nada más que contar
medio pan medio vaso de leche
medio libro infantil nada más

sólo medio libro infantil tenían
no tenían nada más…

apartó su madre el libro
la besó en su frente ya fría
y se largó a llorar

Por Félix Sánchez Durán.

Las desiertas abarcas

Las desiertas abarcas

Por el cinco de enero,
cada enero ponía
mi calzado cabrero
a la ventana fría.

Y encontraba los días
que derriban las puertas,
mis abarcas vacías,
mis abarcas desiertas.

Nunca tuve zapatos,
ni trajes, ni palabras;
siempre tuve regatos,
siempre penas y cabras.

Me vistió la pobreza,
me lamió el cuerpo el río
y del pie a la cabeza
pasto fui del rocío.

Por el cinco de enero,
para el seis, yo quería
que fuera el mundo entero
una juguetería.

Y al andar la alborada
removiendo las huertas,
más abarcas sin nada,
más abarcas desiertas.

Ningún rey coronado
tuvo pie, tuvo gana
para ver el calzado
de mi pobre ventana.

Toda gente de trono,
toda gente de botas,
se rió con encono
de mis abarcas rotas.

Rabié de llanto, hasta
cubrir de sal mi piel,
por un mundo de pasta
y unos hombres de miel.

Por el cinco de enero
de la majada mía
mi calzado cabrero
a la escarcha salía.

Y hacia el seis, mis miradas
hallaban en sus puertas
mis abarcas heladas,
mis abarcas desiertas.

de Miguel Hernández,
 en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.11, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

martes, 5 de enero de 2021

Encorvado (950 habitantes)

Encorvado (950 habitantes)

Era un pueblo de grandes huellas
y pequeñas puertas,
largas extremidades
y ventanas bajas.
Nadie se miraba a la cara.
Era un pueblo de madrugar
y no llegar
a fin de mes.
Rebelarse y golpearse
contra el marco de la puerta
era la misma cosa.

 Por Félix Sánchez Durán.

lunes, 4 de enero de 2021

Meditación en el umbral

Meditación en el umbral

No, no es la solución
tirarse bajo un tren como la Ana de Tolstoi
ni apurar el arsénico de Madame Bovary
ni aguardar en los páramos de Ávila la visita
del ángel con venablo
antes de liarse el manto a la cabeza
y comenzar a actuar.

Ni concluir las leyes geométricas, contando
las vigas de la celda de castigo
como lo hizo Sor Juana. No es la solución
escribir, mientras llegan las visitas,
en la sala de estar de la familia Austen
ni encerrarse en el ático
de alguna residencia de la Nueva Inglaterra
y soñar, con la Biblia de los Dickinson,
debajo de una almohada de soltera.

Debe haber otro modo que no se llame Safo
ni Mesalina ni María Egipciaca
ni Magdalena ni Clemencia Isaura.

Otro modo de ser humano y libre.
Otro modo de ser.

de Rosario Castellanos,
en ...Y la culpa no era mía - Antología de Poesía Feminista, Biblioteca Omegalfa, 2020.

domingo, 3 de enero de 2021

Depuración

Depuración

Compañera, si te dicen que caí:*

Entre fieras dormía.
Muy cerca de la playa se extendía una selva,
un arsenal de verde húmedo.
Escuchaba los pasos de los monos
que me espiaban callados, acechando a su presa.
Pero yo, con su piel y sus huesos,
reconstruía algunos puentes rotos
sobre la bilis del pantano.
Violenta es la amargura que va pudriendo el agua.

El pasado noctámbulo
me retaba a combates pactados de antemano.
No imaginas el miedo a las espadas
que los rehenes locos de la tarde
portaban en las balsas y canoas
–no góndolas ni yates ni cruceros, amor–
para batirse en duelo con los náufragos,
supervivientes como yo
del hundimiento de aquel Titanic.

Cuando llegue a tu lado, sálvame de la noche,
no me dejes mirar los barcos.

Sálvame tú, que ya no soy valiente.

Alemania nazi y Siberia, años 40.

De Isabel Pérez Montalbán,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.15, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.
⃰ Juan Marsé. Si te dicen que caí.

sábado, 2 de enero de 2021

Penrose

Penrose

bajar escalones
subir escalones
estar una y otra vez
en el mismo lugar
sin abandonar
nunca
jamás
el movimiento
la adrenalina Made in China
escalera de Penrose
¿amiga o enemiga?
¿placebo o cura?
no salir de la monotonía
dar a tu vida mísera
sensación de movilidad

Por Félix Sánchez Durán.

viernes, 1 de enero de 2021

LA TIERRA

LA TIERRA

De tierra y mar, de fuego y sombra pura,
esta rosa redonda, reclinada
en el espacio, rosa volteada
por las manos de Dios, ¡cómo procura

sostenernos en pie y en hermosura
de cielo abierto, oh inmortalizada
luz de la muerte hiriendo nuestra nada!
La Tierra: girasol; poma madura.

Pero viene un mal viento, un golpe frío
de las manos de Dios, y nos derriba.
Y el hombre, que era un árbol, ya es un río.

Un río echado, sin rumor, vacío,
mientras la Tierra sigue a la deriva,
¡oh Capitán, mi Capitán, Dios mío!

de Blas de Otero,
en Poesía Religiosa - Antología (Leopoldo de Luis), Alfaguara, 1969.