Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

sábado, 11 de diciembre de 2021

INTERIOR

INTERIOR

Una sola cama con
una colcha remendada,
y los habitantes son:
padre, madre, chiquillada.

Sobre un torcido cajón
una jofaina rajada,
un espejillo, un jabón,
un peine, miseria, nada...

Cuatro cosas de almacén,
un hornillo, una sartén,
un santo de yeso manco...

Y un irrigador que asoma
la culebra de su goma
envuelto en un trapo blanco.

de Baldomero Fernández Moreno,
en Mil novecientos veintidós, Editorial Tor, 1922.

viernes, 10 de diciembre de 2021

CRUCIFIXIÓN

CRUCIFIXIÓN

Y de pronto irrumpieron las espadas
Y su bestialidad, los militares.
¡Y te crucificaron, Argentina!
No exclamo como el hombre agonizante
Sobre el Monte Calvario:
“Perdónalos, Señor, no saben”.
¡Que los perdone Dios! Yo no perdono:
Estos saben lo que hacen.

de Álvaro Yunque,
en https://verbiclara.wordpress.com/2011/11/18/poemas-ineditos-de-alvaro-yunque/ (12/11/20).

jueves, 9 de diciembre de 2021

TROPOLOGÍA DE LA TRAICIÓN

TROPOLOGÍA DE LA TRAICIÓN

En cambio
tal vez así será tu vida
el ansia desesperada
por descifrar los códigos
de lo que vendrá
la soledad irradiada
en los surcos de la frente
un sótano inundado
un reloj detenido en la hora de la muerte.

Bernal, 28 de junio de 2015

de Germán Mastellone,
en Trepanaciones y otros laberintos terrestres - Un teorema incompleto de la memoria y el olvido, Edición de autor, S/F. 

miércoles, 8 de diciembre de 2021

LA TRAICIÓN

LA TRAICIÓN

La traición es la celada que nos tiende
a cada paso el enemigo
y sólo puede proceder del propio campo,
del hermano, del amigo.
Judas, revisionistas y arrepentidos
siempre han existido.
La traición es antigua
y se paga a buen precio.
Tiene su recompensa y también
                                su castigo.

Junio 1993

de Manuel Pérez Martínez (Arenas),
en Libertad, no escribiré tu nombre en vano, Edición de autor, 2016.

martes, 7 de diciembre de 2021

Helenidad

Helenidad

(Parte I)
Estos árboles no transigen con tener menos cielo,
estas piedras no transigen con los pasos enemigos,
estos rostros no transigen más que con el sol,
estos corazones no transigen más que con la justicia.

Este paisaje es duro como el silencio,
aprieta contra el pecho sus piedras calcinadas,
aprieta contra la luz sus olivos huérfanos y sus vides,
aprieta los dientes. No hay agua. Solamente luz.
El camino se pierde entre la luz y la sombra del cerco es de hierro.

Los árboles, los ríos y las voces se convirtieron en mármol bajo la cal
del sol.
Con el mármol tropiezan las raíces. Los arbustos polvorientos.
La mula y la rosa. Jadean. No hay agua.
Todos tienen sed. Años enteros. Todos mastican un bocado de cielo además
de su amargura.

Sus ojos están rojos de insomnio,
una profunda arruga clavada entre sus cejas
como un ciprés entre dos montes al anochecer.
Sus manos están pegadas al fusil
el fusil es una prolongación de sus manos,
sus manos son una prolongación de sus almas
tienen sobre sus labios el furor
y tienen una pena profunda, muy profunda en sus miradas
como una estrella en un charco de sal.

Cuando estrechan la mano el sol está seguro para el mundo,
cuando sonríen vuela una pequeña golondrina de su barba feroz,
cuando duermen doce estrellas nacen de sus bolsillos vacíos,
cuando mueren sube la vida cuesta arriba con tambores y banderas.

Hace ya tantos años que todos tienen hambre, que todos tienen sed, que
todos mueren
sitiados por tierra y por mar;
el calor devoró sus campos y la sal inundó sus casas,
el viento derribó sus puertas y deshojó las pocas lilas de la plaza,
por los agujeros de sus capotes entra y sale la muerte,
sus lenguas están ásperas como el amargo fruto del ciprés;
sus perros se murieron envueltos en sus sombras
y la lluvia golpea en sus huesos.

Fuman boñigas arriba en las guaridas, convertidos en piedra y por la noche
vigilan el rabioso mar donde se ha hundido
el mástil roto de la luna.
Se ha terminado el pan, las balas se acabaron,
ahora cargan sus viejas armas sólo con sus corazones.

Tantos años sitiados por tierra y por mar,
todos tienen hambre, todos perecen, pero ninguno muere
arriba, en las guaridas, sus ojos centellean,
ven una gran bandera, un gran fuego rojo,
y, cada amanecer, miles de palomas vuelan desde sus manos
hacia las cuatro puertas del horizonte.

de Yannis Ritsos,
en Poesía social y revolucionaria del siglo XX (selección de Jorge Brega), Editorial Agora, 2012.

lunes, 6 de diciembre de 2021

Comunicado

Comunicado

Nada
podrá
contra esta avalancha
del amor.

Contra este rearme del hombre
en sus más nobles estructuras.

Nada
podrá
contra la fe del pueblo
en la sola potencia de sus manos.
Nada
podrá
contra la vida.
Y nada
podrá
contra la vida
porque nada
pudo
jamás
contra la vida.

de Otto René Castillo,
en Vámonos Patria a caminar, yo te acompaño, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2019.

domingo, 5 de diciembre de 2021

Leña verde

Leña verde

(A Massimo)

El hombre inmóvil tiene ante sí colinas en la sombra.
En tanto estas colinas sean siempre de tierra
los labriegos tendrán que zaparlas. Las mira sin ver,
como el que aprieta los ojos en la cárcel, despierto.
El hombre inmóvil —que estuvo en la cárcel— mañana reanuda
el trabajo con unos camaradas. Esta noche está solo.

Las colinas le saben a lluvia: es el olor remoto
que a veces llegaba en el viento a la cárcel.
Alguna vez llovía en la ciudad: un abrirse
del aliento y la sangre hacia la calle libre.
La cárcel apresaba la lluvia, en la cárcel la vida
no se terminaba, a veces hasta el sol se filtraba:
los camaradas esperaban y el futuro esperaba.

Ahora está solo. El olor inaudito de tierra
le parece brotar de su cuerpo, y recuerdos remotos
—él conoce la tierra— lo encadenan al suelo,
a ese suelo real. Nada vale pensar
que los campesinos asestan la zapa en la tierra
como en un enemigo y que se odian a muerte
como tantos rivales. Con todo, esos labriegos
tienen una alegría: el trozo de tierra roturado.
¿Qué interesan los otros? Mañana, las colinas
se extenderán al sol, tendrá cada uno la suya.

Los camaradas no viven en las colinas,
nacieron en ciudades donde en vez de la hierba
sólo hay vías. Hasta él lo olvida, a veces.
Pero el olor de tierra que llega a la ciudad
ya no sabe a labriegos. Es una amplia caricia
que hace cerrar los ojos y pensar en los camaradas
que están en la prisión, en la larga prisión que los espera.

de Cesare Pavese,
en Poesía social y revolucionaria del siglo XX (selección de Jorge Brega), Editorial Agora, 2012.

sábado, 4 de diciembre de 2021

IV

IV

mi patria está viva cuando escribo
se sale por el lápiz
invade mi camisa
muchacha
inventemos el amor con lo que queda
es necesario buscar
no perder tiempo

mi patria tiene forma de poema
hay que llevarla crucificada al hueso
ayudarla a salir
amarla y desamarla

entonces algo pasa
se cortó el hilo de repente
mi patria es joven como yo
tiene sus dudas

De Roberto Jorge Santoro,
en Presentes, Ministerio de Educación, 2015.

viernes, 3 de diciembre de 2021

Aquí en el gran cementerio

Aquí en el gran cementerio ⃰

Aquí en el gran cementerio
detrás de la fortaleza de Barcelona,
he venido una vez más para contemplar
Las tumbas de mis caídos.
[…]
Entre el cementerio y
el cementerio protestante encontramos tres piedras
las tres en fila: Ferrer Guardia,
B. Durruti, F. Ascaso, los nombres
escritos con rotuladores
y con unas Áes circundadas y homenajes
a la FAI y a la CNT.
[…]
Para dos de ellos hay ofrendas
florales, pero Ascaso afronta
la eternidad con sólo una piedra.
Quizá es como debe ser. Él era
una piedra, una piedra y una espada,
la primera moliendo y afilando
a la otra.

⃰ Dedicado a Francisco Ascaso, líder anarcosindicalista español que murió en el asalto al cuartel de Atarazanas de Barcelona en julio de 1936, y titulado: “Francisco, I’ll bring you red carnations”

De Philip Levine,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.128, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2019.

jueves, 2 de diciembre de 2021

VIDA

VIDA

Dolor, miseria, agonía,
aquí, allá, arriba, abajo. . .
Por hoy se acabó el trabajo.
Mas también se acabó el día.

de Baldomero Fernández Moreno,
en Mil novecientos veintidós, Editorial Tor, 1922.

miércoles, 1 de diciembre de 2021

Un mar de nubes dentro del cielo...

Qué distinto el otoño
para mí que voy
para ti que te quedas.
MASAOKA SHIKI
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Un mar de nubes dentro del cielo
un signo dorado sobre un fondo rojo
un pájaro de metal y fuego
que cimbra y tiembla en la turbulencia
el sueño
de encontrar un paraíso cálido
o una cita a ciegas con la muerte.

Caracas, 04 de diciembre de 2015

de Germán Mastellone,
en Trepanaciones y otros laberintos terrestres - Un teorema incompleto de la memoria y el olvido, Edición de autor, S/F. 

martes, 30 de noviembre de 2021

DOS RELIGIONES

DOS RELIGIONES

Cuando en el horizonte se perfila la revolución
se alborota el viejo caldero de las religiones

En épocas normales
la religión era ir a misa,
pagar diezmos a la casa de Dios,
bautizar a los hijos
y confesar los pecados para arreglar cuentas
[con uno mismo.

Cuando en el horizonte se perfila la revolución
las iglesias recuerdan a las masas,
bajan a ellas desde las nubes y los misterios
y desde la tranquilidad dominical.

Los pastores cachetones hablan del fin del mundo
cuando lo que se acerca es el fin de la explotación;
los profetas histéricos hablan de definirse
[entre el Bien y el Mal
cuando el pueblo necesita definirse
contra la opresión y el hambre.

Cuando la revolución social comienza a desplegar
[sus banderas
los herederos de quienes crucificaron a Cristo
nos dicen que Cristo es la única esperanza
y precisamente porque nos espera
allá en su reino, que no es de este mundo.

Esta es la religión que fue señalada por Marx
como "opio de los pueblos"
ya que en esa forma es una droga más para tupir
[la cabeza de los hombres
e impedirles encontrar su camino en la lucha social.

de Roque Dalton,
en A la revolución por la poesía, Ediciones de la Esc. Preparatoria N°8, 1983.

lunes, 29 de noviembre de 2021

CUANDO SE OCULTA EL SOL...

CUANDO SE OCULTA EL SOL...

CREPÚSCULO... El paisaje tiene, por lo sereno,
algo de eternidad, tal como yo imagino
el alma de los árboles. Y un perfume de heno
me sale a recibir por el largo camino...

¡Qué bello es no pensar, cuando se piensa en todo...
ser así, una partícula del infinito... estar
un instante en la nube, otro instante en el lodo...
y no pensar... y no pensar... y no pensar!...

El campo se arrebuja (es una novia triste)...
en el amor romántico de la noche... me siento
tan insignificante como lo que no existe,
como un temor sin causa, como un presentimiento...

Brisa sutil, lo menos, porque no hace ruido. ..
hebra de luz, lo menos, porque no deja rastro...
¡ya me comprendes tú, pájaro de ese nido,
que te extasías en la contemplación de un astro...

Hay una mancha gris... Se divisa una choza
olvidada en la dulce tranquilidad del llano;
tienen dos infinitos los ojos de la moza,
cielo y tierra, que irradian como un sol de verano...

Por el sólo placer de ladrar viene el perro
molestando a la vaca lechera en el camino;
en el agua del pozo hay un balde de hierro
y en el agua del balde, un botellón de vino...

¡Oh, paz de la existencia de los campos!... Concibo
por qué el árbol está siempre meditativo...
por qué los potros corren y juegan como hermanos...
por qué son los corderos más divinos que humanos...

Y concibo también, en medio de esta calma,
bajo la inmensidad teñida de arrebol,
por qué misterio, puesta de rodillas el alma,
pensamos en la muerte cuando se oculta el sol...

de Federico Gutiérrez,
en Antología de la Primavera, Ediciones Selectas América, Año II, n°30,1920. 

domingo, 28 de noviembre de 2021

UNA FAMILIA DE INMIGRANTES POR LA AVENIDA DE MAYO

UNA FAMILIA DE INMIGRANTES POR LA AVENIDA DE MAYO

Rumbo al oeste va por la Avenida
Esta ruda familia de italianos.
A la cabeza el padre, un hombrachote
Que lleva un chiquitín entre los brazos,
Detrás de él dos muchachas, dos gringuitas
De trenzas rubias y de ojos garzos,
Detrás la madre cuyo vientre elévase
Con la promesa de algún nuevo vástago
Y aun detrás cansadamente, marchan
Dos chicuelos cogidos de la mano;
Y golpean los rudos zapatones
Y exhiben los vestidos aldeanos
Aquellos inmigrantes que contemplan
Todo con grandes ojos asombrados.
Y hay no se qué simpática energía
En esos rostros por el sol tostados,
En esos montañeses animosos
Que del norte de Italia se arrojaron;
Y se hunden ahora en Buenos Aires,
Rumbo al oeste, con tozudo paso,
Tal vez a dar con la fortuna, hallada
En lustros de dolores y trabajo,
O en lustro de trabajo y de dolores
Tan sólo a dar con la miseria acaso.

de Álvaro Yunque,
en Versos de la calle, Editorial Claridad, 1924.
http://www.alvaroyunque.com.ar/ (7/5/20).

sábado, 27 de noviembre de 2021

Tú que solo eres tú

Tú que solo eres tú

Mi vicio, mi locura, mi alegría,
¡todavía muchacha!
Mi nunca suficientemente amada,
cámbiame los ojos si así quieres,
pónmelos de ira.
Es lo mismo. Me das vida.

de Gabriel Celaya,
en http://amediavoz.com/celaya.htm#MUJER (12/9/20).