Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.
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jueves, 7 de septiembre de 2023

Sentado sobre los muertos

Sentado sobre los muertos

Sentado sobre los muertos
que se han callado en dos meses,
beso zapatos vacíos
y empuño rabiosamente
la mano del corazón
y el alma que lo mantiene.
Que mi voz suba a los montes
y baje a la tierra y truene,
eso pide mi garganta
desde ahora y desde siempre.
Acércate a mi clamor,
pueblo de mi misma leche,
árbol que con tus raíces
encarcelado me tienes,
que aquí estoy yo para amarte
y estoy para defenderte
con la sangre y con la boca
como dos fusiles fieles.
Si yo salí de la tierra,
si yo he nacido de un vientre
desdichado y con pobreza,
no fue sino para hacerme
ruiseñor de las desdichas,
eco de la mala suerte,
y cantar y repetir
a quien escucharme debe
cuanto a penas, cuanto a pobres,
cuanto a tierra se refiere.
Ayer amaneció el pueblo
desnudo y sin qué ponerse,
hambriento y sin qué comer
y el día de hoy amanece
justamente aborrascado
y sangriento justamente.
En su mano los fusiles
leones quieren volverse
para acabar con las fieras
que lo han sido tantas veces.
Aunque te falten las armas,
pueblo de cien mil poderes,
no desfallezcan tus huesos,
castiga a quien te malhiere
mientras que te queden puños,
uñas, saliva, y te queden
corazón, entrañas, tripas,
cosas de varón y dientes.
Bravo como el viento bravo,
leve como el aire leve,
asesina al que asesina,
aborrece al que aborrece
la paz de tu corazón
y el vientre de tus mujeres.
No te hieran por la espalda,
vive cara a cara y muere
con el pecho ante las balas,
ancho como las paredes.
Canto con la voz de luto,
pueblo de mí, por tus héroes:
tus ansias como las mías,
tus desventuras que tienen
del mismo metal el llanto,
las penas del mismo temple,
y de la misma madera
tu pensamiento y mi frente,
tu corazón y mi sangre,
tu dolor y mis laureles.
Antemuro de la nada
esta vida me parece.
Aquí estoy para vivir
mientras el alma me suene,
y aquí estoy para morir,
cuando la hora me llegue,
en los veneros del pueblo
desde ahora y desde siempre.
Varios tragos es la vida
y un solo trago la muerte.

de Miguel Hernández,
en Miguel Hernández, Bonalletra Alcompas, 2017.

domingo, 27 de agosto de 2023

El país se aleja ahora

El país se aleja ahora

El país se aleja ahora
con sus gaviotas huérfanas
y su puerta pesada
Hay
a manera de alba
una sombra y su sarcasmo
El hombre sin cabeza
corre por el laberinto
con lo que le sobrevive de corazón
En su mano
sostiene una inútil
llave manchada
por la guerra y sus falsedades
El ojo
exiliado de su luz
se derrama sobre la arena

de Abdellatif Laâbi,
en Seis poemas de Abdellatif Laâbi (Carlos Vicente-Castro), La Colmena n° 81, enero-marzo de 2014.

domingo, 20 de agosto de 2023

Balada de Karim, un niño más de Palestina.

 Balada de Karim,
un niño más de Palestina.

Karim era un niño más de Palestina
creciendo con el miedo como rutina
provocado por la barbarie de Israel.

Pero Karim crecía feliz y sano
buscándole a la vida el lado humano
ante un panorama mísero y cruel.

Karim tenía nueve años, sólo nueve
cuando desde el cielo en vez de nieve
cayeron los misiles de Sión.

Impactaron cerca, Karim salvó la vida,
pero a su madre la dio por perdida,
quedó sepultada en la habitación.

Su hermana pequeña también yacía
y a Karim se le marchitó la alegría,
el odio y la rabia todo lo pudieron.

Las justificadas ganas de venganza,
el vivir bajo la única esperanza
de hacer daño a quienes le hirieron.

Sin entender el absurdo de la guerra
de quienes les arrebataban la tierra
y lo sembraban todo, todo de muerte.

Karim empezó a tener las cosas claras,
leyendo textos de Marx y de Guevara
dejó de ser un niño y se hizo fuerte.

Con quince años Karim de sobra sabía
que tenía que canalizar la rebeldía
y estaba listo para a su pueblo servir.

Que antes que una vida de rodillas
era más digno enrolarse en la guerrilla
sin más meta que vencer o que morir.

Empezó a colaborar con la Resistencia,
quería combatir, pero tuvo paciencia,
aún era joven para el fusil empuñar,

tenía que crecer en cuerpo y en ideas
para estar preparado para la pelea
en las milicias del Frente Popular.

Así Karim siguió con su formación
en tareas de propaganda y agitación
creció como persona y como militante.

Con dieciocho Karim ardía de ganas
de vengar a su madre y a su hermana,
de llevarse a muchos por delante.

Entonces llegó su fecha más ansiada
el día de pasarse a la lucha armada
de combatir al huracán como huracán.

De empuñar en sus manos el fusil,
de la guerra contra el enemigo hostil,
de la conquista por la tierra y el pan.

Destacaba en su tesón de guerrillero,
en cada batalla era el más fiero,
pues prefería morir a echarse atrás.

A sabiendas, Karim, de que algún día
la muerte a su puerta llamaría,
él no pensó en retroceder jamás.

A Karim le sobraban los motivos
para preparar artefactos explosivos
y atacar a los verdaderos terroristas.

Culminó varias exitosas misiones,
participó en numerosas acciones,
hizo sangrar mucho a los sionistas.

El enemigo le temía, iba a por él,
era objetivo prioritario para Israel
y no iban a escatimar en darle caza.

Aquel niño palestino llamado Karim
presentía así que se acercaba su fin,
orgulloso de ser una amenaza.

Se hizo pronto la noche de aquel día
y mientras Karim sin miedo dormía
cayeron del cielo los misiles de Sión.

Con una puntería basta y certera
redujeron a escombros su madriguera
y Karim nunca más se despertó.

Había muerto y a la vez vencido,
pues nunca lo vieron sometido,
y Karim sabía de su enorme victoria.

Morir por el pueblo es vivir eternamente,
Karim no murió y como combatiente
alcanzó los paraísos de la gloria.

de Aitor Cuervo Taboada,
en Bombas, poemas y otras necesidades, Aitor Cuervo Taboada, 2013.

lunes, 31 de julio de 2023

POR LA PRIMERA VEZ...

POR LA PRIMERA VEZ...

Por la primera vez salí para la guerra,
me dieron un billete para un viaje muy largo.
Dieciocho años tenía y ya es la cuarta vez
que arrastro por la guerra mi carga de soldado.
Los años fueron duros,
alumbrados por el rojo de los incendios.
Mi juventud pasó sin yo verla a mi lado,
se emblanqueció mi pelo...
Sin huellas de las balas, sin que el calor me queme
ando al borde del fuego.
Creo que fue mi madre quien con sus sufrimientos
me preservó la vida.
El tiempo nos impuso pruebas de fuego y plomo.
Venceremos, dijimos. Y luego: Volveremos.
Traeremos la alegría. Todo volverá a ser.
Por algo nos asaltan unos sueños confusos
que hablan de una región soleada feliz...
Después de las desgracias de aquella primavera,
pronto aparecerá el mayo deslumbrante.

Cercanías de Rzihev, 1942

de Alexéi Surkov,
en Antología de la Poesía Soviética (Alexander Nakarov), Biblioteca Jucar, 1974.
Versión: Rafael Alberti y María Teresa León.

jueves, 13 de julio de 2023

LOS ENEMIGOS INCENDIARON SU CASA

LOS ENEMIGOS INCENDIARON SU CASA

Los enemigos incendiaron su casa,
mataron a toda su familia.
¿Adonde puede ir ahora el saldado?
¿A quién podrá contar sus penas?
Ebrio de dolor, el soldado llega
a una encrucijada del camino
y en el campo vasto, encuentra
una tumba cubierta de hierba.
El soldado se detiene, cree
tener terrones en la garganta.
Dice el soldado: “Recibe, Praskovia,
al héroe, a tu marido.
Prepara para él una buena fiesta,
pon en la isba la mesa grande:
he venido a celebrar contigo
mi día, la fiesta del regreso.”
Pero nadie contesta al soldado,
nadie lo recibe,
el cálido viento del verano
mece la hierba de la tumba.
El soldado suspira, se ajusta el cinturón,
abre su mochila
y deposita una botella de aguardiente
sobre la hierba gris de la tumba.
“No me censures, Praskovia,
por haber venido como vengo.
Sentí deseos de beber a tu salud
y voy a beber a la salud de tu alma.
Se reunirán los amigos, las amigas,
pero tú y yo jamás...”
Y en su jarro de metal el soldado bebió
dolor mezclado con aguardiente.
Sí, el defensor del pueblo
bebió y dijo con el corazón dolorido:
“Cuatro años caminé hacia ti
y llevé la victoria a tres países...”
El soldado se embriagó y derramó una lágrinia,
una lágrima de esperanzas frustradas,
mientras relucía en su pecho
la medalla por la liberación de Budapest.

1945

de Mijaíl Isakovski,
en Antología de la Poesía Soviética (Alexander Nakarov), Biblioteca Jucar, 1974.
Traducción: Nicanor Parra.

lunes, 10 de julio de 2023

REFUGIO

REFUGIO

UN remo reposa en el tejado. El viento moderado
no se llevará la paja.
En el patio han clavado palos
para el columpio de los niños.
Hay dos repartos de correos, aquí
donde las cartas serían bienvenidas.
Bajan por el estrecho los transbordadores.
La casa tiene cuatro puertas, para salir huyendo.

de Bertolt Brecht,
en Poemas del lugar y la circunstancia, Pre-textos, 2003.
Editor digital Titivillus (epulibre), 2022.
Traducción de José Muñoz Millanes.

sábado, 24 de junio de 2023

EL CORAZÓN DEL SOLDADO

EL CORAZÓN DEL SOLDADO

En el corazón le clavan la bayoneta al soldado.
La sangre en el suelo ardiente al instante forma un charco.
Los amigos en la tumba han colocado al soldado.
En el frente los cañones suenan con fragor lejano.
La tarde declina pálida, envuelta en humo liláceo,
estrellas de color lila apenas mueven sus párpados,
y pasan sin detenerse vientos de color morado...
En su tumba queda solo, para siempre, aquel muchacho.
Por dos sembrará la esposa, por dos segará en verano...
Pero no puede estar yerto el corazón del soldado;
sin vida no puede estar bajo la anchura del campo.
Se abre la tierra y le dice: “Perdona”. Y en ese espacio
donde el corazón yacía, creció un hermoso manzano
con capullos olorosos de color rosado y blanco.
Y cuando el viento lo mece, se oye un susurro en el árbol.
... Late inmortal en la tierra el corazón del soldado.

de Alexander Prokófiev,
en Antología de la Poesía Soviética (Alexander Nakarov), Biblioteca Jucar, 1974.
Traducción: María Cánovas.

jueves, 22 de junio de 2023

arenga

arenga

La guerra es dolorosa, absurda, necesaria.
Sin ella
no se puede vencer,
ni cambiar cada mes
el abrigo de piel de la moqueta,
ni comprar un cartón de tabaco escocés
una copa de llantasparabólicas
o un condón de ternura ultrasensible
para hacer el amor y no la guerra.

de Fernando Beltrán.
en El gallo de Bagdad, Ediciones Endymión, 1991.

domingo, 4 de junio de 2023

Canción de corro del niño palestino

Canción de corro del niño palestino

Quiero, madre, quiero,
nunca me das nada,
quiero, quiero, quiero,
quiero una granada.

Las piedras,
mi madre,
las piedras
no sirven,
las piedras
no valen,
las piedras,
mi madre,
no matan
soldados
ni paran
los tanques.

Las piedras,
mi madre,
son sólo miseria,
son muerte,
son cárcel,
las piedras,
mi madre,
tortura,
son sangre.

Las piedras,
mi madre,
no matan
soldados
ni paran
los tanques.

Quiero, madre, quiero,
nunca me das nada,
quiero, quiero, quiero,
quiero una granada,
que abrase los tanques
que todo lo abrasan.

de Conrado Santamaría Bastida,
en Cancionero de escombros con hoguera, Biblioteca Omegalfa, S/F.

viernes, 26 de mayo de 2023

¡dios!

¡dios!

No nos gusta matar.
Somos
por fortuna creyentes,
por fortuna ricos
de corazón, por fortuna dueños
de artefactos que matan por fortuna
solamente al pobre
hombre que cruce infortunado
un lugar estratégico.

de Fernando Beltrán,
en El gallo de Bagdad, Endymion, 1991.

lunes, 20 de marzo de 2023

CUANDO ME HICE RICO

CUANDO ME HICE RICO

FUI rico durante siete semanas de mi vida.
Con las ganancias de una obra de teatro me compré
una casa rodeada de un gran jardín. Dediqué
a inspeccionarla más semanas de las que viví en ella. A distintas
horas del día
y también de la noche pasaba a su lado para ver cómo
los viejos árboles se elevaban sobre las praderas al romper el alba
o cómo caía la lluvia matinal sobre el estanque con las carpas musgosas
para ver los setos a pleno sol de mediodía
y los rododendros blancos al atardecer, después del toque de vísperas.
Más tarde me mudé a ella con mis amigos. Estacioné el coche
bajo los abetos. Miramos a nuestro alrededor: desde ningún lugar
se abarcaban los confines del jardín, los céspedes en pendiente
y los grupos de árboles impedían que los setos se miraran entre sí.
La casa también era hermosa. Las escaleras de madera noble,
sabiamente provistas
de peldaños bajos y bien proporcionadas barandillas. Las habitaciones
blanqueadas
tenían artesonados en el techo. Gigantescas estufas de hierro
de elegantísimas formas ostentaban figuras repujadas:
campesinos trabajando.
Al fresco vestíbulo, con sus bancos y mesas de roble
se accedía por sólidas puertas, cuyas manijas de bronce
habían sido cuidadosamente escogidas, y las lajas que rodeaban
la casa ocre
estaban lisas y hundidas por las pisadas
de sus anteriores habitantes. ¡Qué proporciones tan
satisfactorias! ¡Cada habitación distinta de las otras
y a cada cual mejor! ¡Y cómo iban cambiado todas ellas
según el momento del día!
El cambio de las estaciones, sin duda exquisito, no llegamos
a apreciarlo, ya que
después de siete semanas viviendo como ricos abandonamos
la propiedad para en seguida
huir cruzando la frontera.
El placer de ser propietario lo sentí profundamente y me alegro
de ello. Caminar por mi jardín, tener invitados
discutir proyectos de construcción, como otros de mi profesión
antes que yo
me gustaba, tengo que reconocerlo. Pero siete semanas
me parece suficiente.
Me fui sin una queja, o sin apenas quejarme. Y al escribir esto
ya me costaba trabajo recordarlo. Cuando me pregunto
cuántas mentiras hubiera estado dispuesto a decir
para conservar esta propiedad
me doy cuenta de que no muchas. Así que espero
que no me haya hecho daño tenerla. No fue
poca cosa, pero
las hay más importantes.

de Bertolt Brecht,
en Poemas del lugar y la circunstancia, Pre-textos, 2003.
Editor digital Titivillus (epulibre), 2022.
Traducción de José Muñoz Millanes.

lunes, 13 de marzo de 2023

"los niños encuentran siempre con qué entretenerse"

"los niños encuentran siempre
con qué entretenerse"
me decían de chico, de pequeño
y yo repito...
incluso en muchos lugares
hasta juegan con la muerte

Por Félix Sánchez Durán.

lunes, 6 de febrero de 2023

Carta de Managua/dos

Carta de Managua/dos

Ya no sentía ni el calor ni el dolor
cuando el fotógrafo me filmó
en 1987.

La masa negra carbonizada de mi cuerpo
era solo el espacio limitado de otra vida.

Una chispa movió huecos en esa imagen y emergí
radiante, completo
en la consciencia mi oscuridad aún es evocada
en una mujer anciana de Lima,
en una adolescente del sur de Chicago,
en un poeta londinense,
en estudiantes en Camberra, en una guerrilla
en Morazán.

Pero mi temperatura se elevó abrasando
las manos yacientes de Haig
cuando me levantó para condenar a mis hermanas
y hermanos,
para traicionar a los que pelearon y cayeron
y nacieron conmigo
aquel largo día de Septiembre.

En nuestro nuevo estado solo podemos ser usados
para la vida
no para la muerte
ni para justificar a aquellos que quemarían
nuestros nombres y ojos.

Ahora sufro por la tierra y el agua,
el fuego y el aire.
Solo apagando el napalm en Beirut,
reviviendo la sonrisa de la chica campesina en Vietnam
lavando la sangre de las calle de Chaltenango,
el Bronx, Santiago, San Francisco Norte, Belfast, San Juan,
seré capaz de dormir
enamorado en reposo alerta.

-Managua/1982

De Margaret Randall,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.120, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2018.
Traducción de Cristopher Yescas.

domingo, 20 de noviembre de 2022

ROMANCE DE DURRUTI

ROMANCE DE DURRUTI

¿Qué bala te cortó el paso
‐¡Maldición de aquella hora!‐
atardecer de noviembre
camino de la victoria?

Las sierras del Guadarrama
cortan la luz y sombra
un horizonte mojado
de agua turbia y sangre heroica.
Y a tus espaldas Madrid,
con el ojo atento a tu bota,
mordido por los incendios,
con jadeos de leona,
tus pasos iba midiendo
prietos el puño y la boca.

¡Atardecer de noviembre,
borrón negro de la historia!

Buenaventura Durruti,
¿Quién conoció otra congoja
más amarga que tu muerte
sobre tierra española?

Acaso estabas soñando
las calles de Zaragoza
y el agua espesa del Ebro
caminos de laurel rosa
cuando el grito de Madrid
cortó tu sueño en mal hora...

Gigante de las montañas
donde tallabas tu gloria,
hasta Castilla desnuda
bajaste como una tromba
para raer de las tierras
pardas la negra carroña,
y detrás de ti, en alud,
tu gente, como tu sombra.

Hasta los cielos de Iberia
te dispararon las bocas.
El aire agitó tu nombre
entre banderas de gloria
‐canto sonoro de guerra
y dura función de forja‐

Y una tarde de noviembre
mojada de sangre heroica,
en cenizas de crepúsculo
caía tu vida rota.

Sólo hablaste estas palabras
al filo ya de tu hora:
Unidad y firmeza, amigos;
¡para vencer hais de sobra!

Durruti, hermano Durruti,
jamás se vio otra congoja
más amarga que tu muerte
sobre la tierra española.

Rostros curtidos del cierzo
quiebran su durez de roca;
como tallos quebradizos
hasta la tierra se doblan
hércules del mismo acero
¡Hombres de hierro, sollozan!

Fúnebres tambores baten
apisonando la fosa.
¡Durruti es muerto, soldados,
que nadie mengüe su obra!

Se buscan manos tendidas,
los odios se desmoronan,
y en las trincheras profundas
cuajan realidades hondas
porque a la faz de la muerte
los imposibles se agotan.

‐Aquí está mi diestra, hermano,
calma tu sed en mi boca,
mezcla tu sangre a la mía
y tu aliento a mi voz ronca.
Parte conmigo tu pan
y tus lágrimas si lloras.
Durruti bajo la tierra
en esto espera su honra.

Rugen los pechos hermanos.
Las armas al aire chocan.
Sobre las rudas cabezas
sólo una enseña tremola.

Durruti es muerto. ¡Malhaya
aquel que mengüe su obra!

de Lucía Sánchez Saornil,
en Poemas - Mujeres Libres, starm1919/el SetA producciones, S/F. 

jueves, 10 de noviembre de 2022

ESTA VOZ QUE NOS CONVOCA

ESTA VOZ QUE NOS CONVOCA

OIGO esta voz que nos convoca
por hondos precipicios de gangrena
mientras nadan los peces homicidas
y la espuma se vuelve cómplice del crimen.

Sólo el viento que se bebe esa espuma,
sólo aires que congelan los trigos,
sólo estepas que calcinan las plantas,
sólo nieblas que aniquilan los sueños,
sólo tumbas que impacientes esperan
no escuchan esa voz
que entre presagios de espanto
insistentemente nos convoca.

(Madrid, junio de 1936)

de Adolfo Sánchez Vázquez,
en Poesía, Fondo de Cultura Económica, 2013.

miércoles, 19 de octubre de 2022

PANCHO Y TOMÁS (fragmento)

PANCHO Y TOMÁS (fragmento)

Pancho se fué. Los sargentos
daban orden de partir:
iban cantando. Los vientos
repetían los lamentos
de las madres. ¡A morir!

¿Por qué la guerra? La tierra
no es de Pedro ni es de Juan.
Desde el mar hasta la sierra
el amo es dueño. A la guerra
los amos no van, no van.

Y los hombres que peleamos
de ésta y otra patria, son
todos víctimas con amos . . .
Somos pobres. Nos amamos,
y peleamos en la acción.

. . .Pancho, el hijo del labriego,
y su hermano el buen Tomás
llegarán a ancianos luego;
ni Pancho fué peón del riego
ni su hermano capataz.

de Carlos Pezoa Véliz,
en Poesías y Prosas completas de Carlos Pezoa Velis, Armando Donoso/Nascimento, 1927.

martes, 18 de octubre de 2022

EL HOMBRE PEQUEÑITO

 EL HOMBRE PEQUEÑITO

El hombre pequeñito
saludó al muy solemne,
sacó una servilleta
y dibujó un gran mapa
de su pequeña patria.
                    Puso en ella
barquitos de papel, colores, árboles,
unos peces azules
nadando en la mañana
y hasta un pájaro pinto.

El muy solemne extrajo
del profundo chaleco
dos soldados de plomo.
                    El pequeñito
recogió con cuidado
de no perder migaja
su patria servilleta
y se fue como vino.

El vencedor pestañeó perplejo
con sus sólidos párpados de palo.

de José Ángel Valente,
en Una mano tomó la otra - Poemas para construir sueños (selección de Pedro Hilario Silva y otros), Comunidad de Madrid, 2004.

martes, 4 de octubre de 2022

HIMNO FEDERAL

HIMNO FEDERAL (canción)

CORO
Federales á Rosas invicto,
Jurad siempre constancia y amor,
Que es terror de unitarios su brazo,
Y del libre el apoyo mejor.

I
Ese bando traidor, parricida,
Que en Diciembre mostró su furor,
Sobre ruinas y sangre de hermanos
Tremoló su rebelde pendón.
El dispuso en sus bárbaras orgias
Cien peremnes cadalzos alzar:
El mandó á sus inicuos soldados
A Dorrego y á Maza matar.

II
Transportaos, Federales, al tiempo
De anarquía, de luto y de horror.
En que el buen campesino moría
Por ser fiel á su patria y honor,
Y veréis al infante, al anciano,
Degollados con saña brutal.
Con sus tristes despojos sangrientos,
De los viles la rabia saciar.

III
En la inerme ciudad las virtudes
Cual el crimen se vieron tratar;
Y el patriota, el amigo del pueblo.
En la cárcel inmunda morar.
Pan y sangre pedía el soldado,
Y amasado con sangre ¡qué horror!...
Pan le daban los hombres infames,
Esos hombres de eterno baldón.

IV
Mas cual cóndor altivo que hendiendo
De las nubes la etérea región,
En el ave atrevida y astuta
Patentiza su ilustre valor.
Así Rosas domando la intriga,
Y las armas de vil seducción.
Destruyó tan odiosos tiranos,
Dio la vida á las leyes y unión.

V
Recordad como próvido supo
El gobierno civil arreglar,
Dar justicia á los pobres y al rico,
La divina igualdad conservar.
¿Y jamás esos prósperos días
Volverán en el país á existir?...
Federales, si tal nos sucede,
Es mejor el aliento rendir.

VI
Vuelve, pues, adalid valeroso,
A regir á este pueblo fiel,
Y se olviden las crueles angustias
De horfandad y despecho cruel;
Y si acaso la artera calumnia
Tus virtudes quisiere empañar.
Tus leales, en sangre de inícuos,
Tal agravio sabrán castigar.

CORO
Federales á Rosas invicto.
Jurad siempre constancia y amor,
Que es terror de unitarios su brazo,
Y del libre el apoyo mejor.

de José Rivera Indarte,
en Antología de poetas argentinos - Tomo IV - El clamor de los bardos, Martín Biedma e Hijo Editores, 1910.

jueves, 29 de septiembre de 2022

LA GUERRA Y EL MUNDO

LA GUERRA Y EL MUNDO

PRÓLOGO

¡Vosotros sí que tenéis suerte!
De los muertos ya nadie habla mal.
Calmad el odio, pues,
hacia los asesinos que murieron.
Lo sucio de las almas que volaron,
lo lavó un agua purificadora.

¡Vosotros sí que tenéis suerte!
Pero yo,
en medio de las tropas,
en medio del estruendo,
¿cómo haré para amar a quienes viven?
Tropezaré,
y la última migaja de mi amor
caerá conmigo en este abismo de humo.

¿Qué les importa a ellos,
a quienes regresaron,
todas vuestras tristezas?
¿Qué les importa
cómo salgan los versos?
Bastante tienen
con esas dos muletas
con las que habrán de andar día tras día.
¿Tienes miedo?
¡Cobarde!
¡Te matarán!
Y, en cambio, así
podrás vivir aún cincuenta años más siendo un esclavo.
¡Mentira!
Yo sé
que en el momento del ataque
seré el primero,
heroico
y audaz.

Oh, ¿quién,
al sentir
la llamada de alarma del tiempo que se acerca,
no saltará valiente?
¡Todos!
Pero ahora
en la tierra
yo
soy el único heraldo de la verdad futura.

¡Hoy exulto!
Sin ensuciar
mi alma
he sabido,
he sabido llegar a lo más hondo.
Entre alaridos,
entre llantos,
única voz humana
alzo ahora
mi voz.

Y, después,
fusiladme.
Atadme al palo,
que no me inmutaré.
¿Queréis que aquí en la frente
me ponga un naipe,
y así vean la diana
mejor aún?

de Vladimir Mayacovski,
en Poemas (1912-1920), Laia literatura/Barcelona, 1984. 

viernes, 23 de septiembre de 2022

La muerte del niño herido

La muerte del niño herido

Otra vez en la noche... Es el martillo
de la fiebre en las sienes bien vendadas
del niño. —Madre, ¡el pájaro amarillo!
¡Las mariposas negras y moradas!
—Duerme, hijo mío. —Y la manita oprime
la madre, junto al lecho. —¡Oh, flor de fuego!
¿quién ha de helarte, flor de sangre, dime?
Hay en la pobre alcoba olor de espliego;
fuera, la oronda luna que blanquea
cúpula y torre a la ciudad sombría.
Invisible avión moscardonea.
—¿Duermes, oh dulce flor de sangre mía?
El cristal del balcón repiquetea.
—¡Oh, fría, fría, fría, fría, fría!

de Antonio Machado,
en https://www.culturagenial.com/es/antonio-machado-poemas/ (30/8/22).