Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

domingo, 14 de julio de 2019

Insomnio

Insomnio

Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas)./
A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este nicho en el que hace 45 años que me pudro,/
y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los perros, o fluir blandamente la luz de la luna./
Y paso largas horas gimiendo como el huracán, ladrando como un perro enfurecido, fluyendo como la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla./
Y paso largas horas preguntándole a Dios, preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma,/
por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad de Madrid,/
por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo./
Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre?/
¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día,
las tristes azucenas letales de tus noches?

de Dámaso Alonso,
en Hijos de la ira, Editor digital Titivillus (epublibre), 2016/Editorial Austral, 1944.

sábado, 13 de julio de 2019

Nombre equivocado

Nombre equivocado

Hablan del arte de la guerra,
pero el arte
extrae su luz del fondo del alma,
mientras que la guerra
seca el alma y se alimenta
de un erial negro y ardiente.

Cuando Leonardo
empleó su genio para idear
máquinas destructivas, no actuaba
al servicio del arte,
estaba suspendiendo
la vida del arte
sobre un abismo
como quien sostiene
a un niño vivo fuera de la ventanilla de un avión
a treinta mil pies de altura.

De Denise Levertov,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.25, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

viernes, 12 de julio de 2019

Me dijeron

Me dijeron

El otro día me dijeron
que frene la lengua,
que modere los actos,
que critique, que señale,
que me inconforme,
pero, en voz baja
y entre nosotras.

Que los compañeros de lucha,
cualquier lucha,
se pueden sentir afectados.

Que espere, que el movimiento social,
cualquier movimiento social,
tiene planes para las mujeres,
pero, que espere,
todavía no es el tiempo, ni la hora.

El otro día me dijeron
que sea más responsable
al decir antipatriarcado,
al denunciar al que acosa,
al señalar al que desprecia.

Que cuide a los compañeros,
que sea amorosa,
que les haga sentir bienvenidos,
que mis reclamos no vayan a ofenderlos.

Me lo dijo una, que se dice compañera,
y le he preguntado.
Pero, no ha ido a ver al indio,
para decirle que denuncie bajito
al caxlan que lo desprecia.

Y no ha ido a ver al obrero,
para decirle que espere,
que sea más amable
en sus reclamos con el patrón.

Y no ha ido a ver al campesino,
para decirle que defienda su tierra
con amabilidad y sonrisa.

Pero a mí, si ha venido a hablarme
para decirme que no vea,
que si veo no señale,
que no lo tome como ofensa.
Que comprenda.

Me dijeron.
Que finja, que no me dé cuenta
de que éste mira mis senos,
de que éste me estorba la palabra,
de que éste me llama a la elegancia femenina,
de que éstos no son de los míos.
De que dicen lesbiana, pero en voz baja.

Que por las buenas son mejor las cosas.
Que no demuestre el abuso.
Que no llame machista.
Que no use la palabra misoginia
para el que me niega.

Que acompañe al movimiento
y, por las buenas, ya irá tocando la nuestra.

Me dijeron,
y estoy pensando que no es justo.

Para murmurar el descontento,
para perpetuar los roles,
mejor me habría quedado en casa a lavar los platos.

Que nada más no puedo.
Ni he de callarme.
Ni cerrar los ojos, ni fingir.
Ni moderar la lengua ni los actos.
Que no dejaré de criticar, ni de señalar, ni de inconformarme.

Ya hemos dado mucho.
Ya dieron bastante mis madres y abuelas.
Hemos sido tantas:
Las presas políticas,
las agredidas,
las trabajadoras,
las que sostienen la casa mientras la huelga,
las que siembran la tierra,
las sindicalistas,
las maestras,
las que nunca son nombradas,
las que toman los medios.
las que barren y reparten volantes
mientras el macho líder hace discurso.
Las que ya están hartas…
Todas, mis hermanas.

Que ya toca la nuestra y no para luego.
Que hay que decir: ya, a este tiempo y a esta hora.

Que para gritar contra la opresión, no hay corrección política.
Decir: hay una izquierda machista y reaccionaria, no me atemoriza.

Me dijeron, me sugieren, me invitan a moderarme.
Pero, yo, nada más no puedo.

Yo entiendo ser mujer de otra forma.
Yo quiero de otro modo hacer las cosas.

No voy a disculparme,
No puedo condolerme.

Porque tengo esta voz.
Es voz libre y autónoma.
Es voz nueva, revolucionaria.

Tengo esta voz fuerte.
Voz lesbiana, nunca más silenciada.

de Patricia Vergara Sánchez,
en La poesía como herramienta, Edición del Foro "La poesía como herramienta", 2018.

jueves, 11 de julio de 2019

Grito hacia Roma

Grito hacia Roma
(DESDE LA TORRE DEL CRYSLER BUILDING)

Manzanas levemente heridas
por finos espadines de plata,
nubes rasgadas por una mano de coral
que lleva en el dorso una almendra de fuego,
peces de arsénico como tiburones,
tiburones como gotas de llanto para cegar una multitud,
rosas que hieren
y agujas instaladas en los caños de la sangre,
mundos enemigos y amores cubiertos de gusanos
caerán sobre ti. Caerán sobre la gran cúpula
que untan de aceite las lenguas militares
donde un hombre se orina en una deslumbrante paloma
y escupe carbón machacado
rodeado de miles de campanillas.

Porque ya no hay quien reparta el pan ni el vino,
ni quien cultive hierbas en la boca del muerto,
ni quien abra los linos del reposo,
ni quien llore por las heridas de los elegantes.
No hay más que un millón de herreros
forjando cadenas para los niños que han de venir.
No hay más que un millón de carpinteros
que hacen ataúdes sin cruz.
No hay más que un gentío de lamentos
que se abren las ropas en espera de la bala.
El hombre que desprecia la paloma debía hablar,
debía gritar desnudo entre las columnas,
y ponerse una inyección para adquirir la lepra
y llorar un llanto tan terrible
que disolviera sus anillos y sus teléfonos de diamante.
Pero el hombre vestido de blanco
ignora el misterio de la espiga,
ignora el gemido de la parturienta,
ignora que Cristo puede dar agua todavía,
ignora que la moneda quema el beso de prodigio
y da la sangre del cordero al pico idiota del faisán.

Los maestros enseñan a los niños
una luz maravillosa que viene del monte;
pero lo que llega es una reunión de cloacas
donde gritan las oscuras ninfas del cólera.
Los maestros señalan con devoción las enormes cúpulas sahumadas;
pero debajo de las estatuas no hay amor,
no hay amor bajo los ojos de cristal definitivo.
El amor está en las carnes desgarradas por la sed,
en la choza diminuta que lucha con la inundación;
el amor está en los fosos donde luchan las sierpes del hambre,
en el triste mar que mece los cadáveres de las gaviotas
y en el oscurísimo beso punzante debajo de las almohadas.

Pero el viejo de las manos traslucidas
dirá: amor, amor, amor,
aclamado por millones de moribundos;
dirá: amor, amor, amor,
entre el tisú estremecido de ternura;
dirá: paz, paz, paz,
entre el tirite de cuchillos y melones de dinamita;
dirá: amor, amor, amor,
hasta que se le pongan de plata los labios.

Mientras tanto, mientras tanto, ¡ay!, mientras tanto,
los negros que sacan las escupideras,
los muchachos que tiemblan bajo el terror pálido de los directores,
las mujeres ahogadas en aceites minerales,
la muchedumbre de martillo, de violín o de nube,
ha de gritar aunque le estrellen los sesos en el muro,
ha de gritar frente a las cúpulas,
ha de gritar loca de fuego,
ha de gritar loca de nieve,
ha de gritar con la cabeza llena de excremento,
ha de gritar como todas las noches juntas,
ha de gritar con voz tan desgarrada
hasta que las ciudades tiemblen como niñas
y rompan las prisiones del aceite y la música,
porque queremos el pan nuestro de cada día,
flor de aliso y perenne ternura desgranada,
porque queremos que se cumpla la voluntad de la Tierra
que da sus frutos para todos.

de Federico García Lorca,
en http://dueloliterae.blogspot.com/2012/07/grito-hacia-roma-de-poeta-en-nueva-york.html (3/7/19).

miércoles, 10 de julio de 2019

Edipo

Edipo

Mucho tiempo después, Edipo, viejo y ciego,
iba por los caminos.
Percibió un olor familiar. Era
la Esfinge. Edipo le habló:
"Quiero hacerte una pregunta. ¿Por qué no reconocí
a mi madre?"
"Diste la respuesta incorrecta", respondió la Esfinge.
"Era la única respuesta acertada", contestó Edipo.
"No", repuso ella. "Cuando te pregunté
qué es lo que camina en cuatro
patas por la mañana, dos al mediodía
y tres al ocaso, contestaste el Hombre. No dijiste nada
de la Mujer".
"Cuando se dice Hombre", contestó Edipo, "está incluida
la Mujer. Todos lo saben".
La Esfinge repuso: "Eso es
lo que tú te crees"

de Muriel Rukeyser,
en La poesía como herramienta, Edición del Foro "La poesía como herramienta", 2018.

martes, 9 de julio de 2019

Crudo invierno

Crudo invierno
(9 de julio de 2019)

En las calles
las organizaciones sociales
militantes
montan una carpa
disponen lugares
para albergar
y dar de comer
a quienes
no pueden tener
un techo
sobre sus cabezas
un guiso
en sus entrañas
ni un poco de calor
en sus espaldas

En el cielo
el vuelo estruendoso
costoso
de aviones y helicópteros militares
da por finalizados
los festejos patrios

Por Félix Sánchez Durán.

Imperialismo (II)

Imperialismo (II)

Sí, es cierto,
Hemos pedido dinero, crédito,
Un préstamo al Fondo.
No es cierto que vayamos a perder autonomía
[económica, social y política,
O que nuestra soberanía esté en juego, en riesgo.
Hemos vuelto al mundo,
Eso es lo que importa;
El resto,
Isn't true.

Por Félix Sánchez Durán.

lunes, 8 de julio de 2019

Imperialismo

Imperialismo

Imperialismo
estimado Mario
es también
que alguien
venga a ponerle
puntos y comas
a tu escritura

Por Félix Sánchez Durán.

domingo, 7 de julio de 2019

La noche

La noche

Después de la comida, cuando por Occidente cae el sol,
melodías y cantos montañeses de todas partes brotan.
La prisión de Tsing Si, sombría y melancólica,
en ilustre Academia de música, de pronto se transforma.

de Ho Chi Minh,
en Diario de prisión, Instituto del libro (CUBA), 1970.

La tarde

La tarde

Las dos. Abren las celdas y el aire se renueva.
Para ver un pedazo de cielo, ansiosas las miradas se levantan.
Orgullosos espíritus que habitáis ese cielo de libertad:
¿Sabéis que en la prisión hay uno de los vuestros que agoniza esperando?

de Ho Chi Minh,
en Diario de prisión, Instituto del libro (CUBA), 1970.

Mediodía

Mediodía

¡Qué generosa la siesta en la prisión!
Durante horas, consolador el sueño me pasea,
jinete en un dragón que al cielo escala.
El brusco despertar, a la celda me obliga a regresar.

de Ho Chi Minh,
en Diario de prisión, Instituto del libro (CUBA), 1970.

La mañana

La mañana

En la mañana el sol, trepando por el muro,
llega a la puerta y llama. Mas la puerta
permanece cerrada. En la prisión la noche continúa,
pero ahí está, muy cerca, la luz de la mañana.

A caza de piojos, los reclusos, despertando se lanzan.
Dan las ocho: es el gong que a la comida llama.
¡Ánimo, camarada! Hay que comer. Los que tanto sufrimos
debemos resistir hasta que llegue el alba.

de Ho Chi Minh,
en Diario de prisión, Instituto del libro (CUBA), 1970.

sábado, 6 de julio de 2019

Recuerdan en los confines de la Historia... (4)

Recuerdan en los confines de la Historia
que ante la proliferación de casos
de gatillo fácil,
los más prestigiosos periodistas
y empresarios mediáticos
tuvieron una reunión
para decidir
cuál
sería la postura a tomar.
En esa juntada
la decisión fue tomada:
los medios gráficos
y la televisión
dejarían de ser
a color.

por Félix Sánchez Durán.

viernes, 5 de julio de 2019

Hombre de color

Hombre de color

Querido hermano blanco:
Cuando yo nací, era negro.
Cuando yo crecí, era negro.
Cuando me da el sol, soy negro.
Cuando estoy enfermo, soy negro.
Cuando muera, seré negro.

Y mientras tanto, tú...

Cuando naciste, eras rosado.
Cuando creciste, fuiste blanco.
Cuando te da el sol, eres rojo.
Cuando sientes frío, eres azul.
Cuando sientes miedo, eres verde.
Cuando estas enfermo, eres amarillo.
Cuando mueras, serás gris.

Entonces, ¿cuál de nosotros dos, es un hombre de color?

de Leopoldo Sedar Senghor,
en La poesía como herramienta, Edición del Foro "La poesía como herramienta", 2018.

jueves, 4 de julio de 2019

American way of life

American way of life

De chico, me encantaban
las series americanas,
que miraba en mi dormitorio
mientras tomaba la merienda.
¡Cómo anhelaba, entonces,
la hora de ser grande
para matar a mucha gente
y convertirme en héroe!

De César Cantoni,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.112, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2018.