Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

martes, 10 de noviembre de 2020

El herido

El herido

Para el muro de un hospital de sangre.

I.

Por los campos luchados se extienden los heridos.
Y de aquella extensión de cuerpos luchadores
salta un trigal de chorros calientes, extendidos
en roncos surtidores.

La sangre llueve siempre boca arriba, hacia el cielo.
Y las heridas suenan, igual que caracolas,
cuando hay en las heridas celeridad de vuelo,
esencia de las olas.

La sangre huele a mar, sabe a mar y a bodega.
La bodega del mar, del vino bravo, estalla
allí donde el herido palpitante se anega,
y florece, y se halla.

Herido estoy, miradme: necesito más vidas.
La que contengo es poca para el gran cometido
de sangre que quisiera perder por las heridas.
Decid quién no fue herido.

Mi vida es una herida de juventud dichosa.
¡Ay de quien no esté herido, de quien jamás se siente
herido por la vida, ni en la vida reposa
herido alegremente!

Si hasta a los hospitales se va con alegría,
se convierten en huertos de heridas entreabiertas,
de adelfos florecidos ante la cirugía
de ensangrentadas puertas.

II.

Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.

Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas,
y entro en los hospitales, y entro en los algodones
como en las azucenas.

Para la libertad me desprendo a balazos
de los que han revolcado su estatua por el lodo.
Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,
de mi casa, de todo.

Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.

Retoñarán aladas de savia sin otoño
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño:
porque aún tengo la vida.

de Miguel Hernández,
 en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.11, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

lunes, 9 de noviembre de 2020

Un hombre tras las rejas 1 UN HOMBRE TRAS LAS REJAS

1
UN HOMBRE TRAS LAS REJAS

"Para todas las cosas hay sazón"

ESTOY aquí. Un hombre tras las rejas.
Un hombre solo, abierto, desmembrado.
Un hombre con las manos rotas
y rotos los oídos y rota la palabra
y roto el pensamiento
y roto el ojo inmenso, febril, desorbitado.
Y roto el sexo entre los muslos rotos.
Un hombre tras las rejas. Deshecho. Mutilado.

Todo lo que había entero en mí,
todo lo que había intacto, erguido,
está roto. Lo mismo que la luz entre las rejas.
Irremediablemente roto. Destroncado.
Roto mi cráneo, fábrica de sueños.
Roto mi corazón, puño de angustia.
Roto mi costillar despavorido
y roto el dorso vertical y duro.
Un hombre tras las rejas. Enteramente roto.

Eunuco vacilante, mitad hombre, mitad niño.
Bestia entregada al yugo. Siervo desnucado.
Un hombre con su quebradura obsesionante,
sumido en la vergüenza de las rejas.
Un hombre hecho pedazos. Hecho trizas.
Talado como un árbol. Destruído*.
Un hombre tras las rejas. Roto. Roto.

de Carmen Natalia (Martínez Bonilla),
en Un hombre tras las rejas, Brigadas Dominicanas, 1962.
*Del original.

domingo, 8 de noviembre de 2020

CANCIÓN DEL CARPINTERO

CANCIÓN DEL CARPINTERO

Trabaja tu madera, carpintero!
El noble roble y el laurel glorioso.
Trabaja tu madera, que á la Vida
          Grato es tu oficio.

Labra con el sudor de tu faena
El pino familiar y el fúnebre ébano.
Trabaja tu madera, que á la Muerte
          Grato es tu oficio.

Haz en tu banco el industrioso mueble,
La prora esculpe del bajel intrépido,
Talla el trono del rey, y de las horcas
          La cruz siniestra.

Sálvanos de los vientos de la calle
—Odio, traición, envidias y calumnias—
Con el portal amigo donde husmean
          Hombres y lobos.

Canta y trabaja, carpintero, canta!
Tuyo es el bosque lírico y viviente,
El arca del caudal es obra tuya;
Pero el oro que guarda es sólo nuestro!

***

Trabaja tu madera, carpintero!
Mientras tu canto la tarea endulza
Mide la escuadra el ángulo preciso,
Surge fácil del torno el arabesco,
Corta á golpes certeros el escoplo,
Hunde el taladro su horadante espira,
Riza silbantes rizos el cepillo,
Y en la paz del taller se aspira el bálsamo
          De la madera.

***

Canta y trabaja, carpintero, canta
Pronto vendrá la noche y á tu puerta
El dolor suplicante y sollozante
          Dirá su angustia.

Al cariñoso amparo de tu lámpara,
En el reposo del taller fraterno,
Trabajarás con cuatro tablas rústicas
          El triste encargo.

Mañana á media tarde, por tu vía,
Mientras tu canto la tarea endulza.
Verás cruzar la procesión de siempre
          Con rumbo cierto.

***

Canta y trabaja, carpintero, canta!
Tuyo es el bosque lírico y viviente,
El ataúd que pasa es obra tuya...
Pero todo el dolor es sólo nuestro!

de Mario Bravo,
en Nuestro Parnaso - Colección de Poesías Argentinas (Cuarto Volumen), Ernesto Mario Barreda/Ediciones M. Gleizer, 1914.

sábado, 7 de noviembre de 2020

CONTABAS

CONTABAS una historia sobre la guerra      nuestra historia
una vieja historia      y aún debe ser contada
la historia de lo nuevo que huyó de lo viejo
de cómo el gran sueño se tensó y cambió
el navío de la esperanza se estremeció sobre el pecho del témpano
los afectos secretos flaquearon y vacilaron.
Así somos derribados juntos      así somos despedazados
en una temblorosa república      sus labios de vidrio
partidos      como si la grieta principal
no hubiera sido calculada desde el inicio en el poderoso patíbulo.

De Adrienne Rich,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.10, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

viernes, 6 de noviembre de 2020

EL ÍDOLO

EL ÍDOLO

¡Oh, el incesante trueno
que estremece la tierra!
 ¡Oh, el rayo que aniquila!
 ¡Oh, el resplandor que ciega!

 Los ojos milenarios
 del Ídolo contemplan,
 desde la enhiesta cumbre
 la espantosa contienda.

 Tiene el oro en su seno
y en sus brazos la fuerza,
 y un reptil ponzoñoso
 enroscado en su lengua.

 El mar de fuego y sangre
 que hasta la cumbre llega,
 como un lebrel sumiso
 sus plantas lame y besa.

 Cuando en una haz se junten
 las angustias secretas,
 las hondas agonías
 y las mudas protestas,

 y ese haz equilibre
la vibradora flecha,
 que en las rígidas manos
 de la Justicia tiembla;

 y parta el dardo y llegue,
 rugiendo en su carrera,
 al Ídolo amasado
 con sangre y con miseria,

 y rotas sus entrañas
 a borbotones vierta
 todo el oro y el fango
 de las entrañas negras,

 entonces, encarnándose
 la pálida quimera,
 un sol de redenciones
 alumbrará al planeta.

de Ricardo Jaimes Freyre,
en Obra poética y narrativa, Plural Editores, 2005.

jueves, 5 de noviembre de 2020

SOLO PUEDES IR UN PASO POR DELANTE...

SOLO PUEDES IR UN PASO POR DELANTE
de la turba
pero cuando te alcancen
no tendrán piedad.
Si hay algo seguro en esta vida,
si la historia nos ha enseñado algo,
es que se puede matar a cualquiera
no sin antes haberlo humillado.
Sin que ninguna imagen de consuelo
cruce su cabeza.

de Ernesto González Barnert,
en Ningún hombre es una isla, Buenos Aires Poetry, 2019.

miércoles, 4 de noviembre de 2020

convergencia

convergencia

si contarte mis penas
te hace daño
si contarte mis fracasos
si contarte mis dolencias
si contarte mis desvelos...
tampoco podré contarte mis sueños
porque eso, ¿dónde nos deja?

de Félix Sánchez Durán,
en Somos, Ferrero/Hartmann, 2020.

martes, 3 de noviembre de 2020

En comisaría

En comisaría

Conclusión de las autopsias realizadas

Hora va a ser de no buscarte y
entonces
qué pasa con tu señal horaria marcada en las tormentas
qué pasa con las novias perdidas por los cuartos
y qué con los poemas detenidos
la palabra en régimen de aislamiento
en cuanto casi todo ha sido ya canción y rabia
a quién deja su elegía
la caja de los muertos y el camino

con qué fusiles.

de Enrique Falcón,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.31, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

lunes, 2 de noviembre de 2020

Ayotzinapa

Ayotzinapa

Mordemos la sombra
Y en la sombra
Aparecen los muertos
Como luces y frutos
Como vasos de sangre
Como piedras de abismo
Como ramas y frondas
De dulces vísceras

Los muertos tienen manos
Empapadas de angustia
Y gestos inclinados
En el sudario del viento
Los muertos llevan consigo
Un dolor insaciable

Esto es el país de las fosas
Señoras y señores
Este es el país de los aullidos
Este es el país de los niños en llamas
Este es el país de las mujeres martirizadas
Este es el país que ayer apenas existía
Y ahora no se sabe dónde quedó

Estamos perdidos entre bocanadas
De azufre maldito
Y fogatas amasadoras
Estamos con los ojos abiertos
Y los ojos los tenemos llenos
De cristales punzantes
Estamos tratando de dar
Nuestras manos de vivos
A los muertos y a los desaparecidos
Pero se alejan y nos abandonan
Con un gesto de infinita lejanía

El pan se quema
Los rostros se queman arrancados
De la vida y no hay manos
Ni hay rostros
Ni hay país

Solamente hay una vibración
Tupida de lágrimas
Un largo grito
Donde nos hemos confundido
Los vivos y los muertos

Quien esto lea debe saber
Que fue lanzado al mar de humo
De las ciudades
Como una señal del espíritu roto

Quien esto lea debe saber también
Que a pesar de todo
Los muertos no se han ido
Ni los han hecho desaparecer

Que la magia de los muertos
Está en el amanecer y en la cuchara
En el pie y en los maizales
En los dibujos y en el río
Demos a esta magia
La plata templada
De la brisa

Entreguemos a los muertos
A nuestros muertos jóvenes
El pan del cielo
La espiga de las aguas
El esplendor de toda tristeza
La blancura de nuestra condena
El olvido del mundo
Y la memoria quebrantada
De todos los vivos

Ahora mejor callarse
Hermanos
Y abrir las manos y la mente
Para poder recoger del suelo maldito
Los corazones despedazados
De todos los que son
Y de todos
Los que han sido

2 de noviembre de 2014. Oaxaca

De David Huerta,
en Los 43 - Poetas por Ayotzinapa, Ana Matías Rendón Edición, 2015.

domingo, 1 de noviembre de 2020

CREPÚSCULO SENSUAL

CREPÚSCULO SENSUAL

Inquietudes inefables,
ponían sus largos estremecimientos,
en mis entrañas.
Había llovido…
El jardín se abría pomposo,
más verde, más carnal.
Las rosas, grandes y sangrientas,
se abrían –atónitas
de los truenos lejanos
al poniente.
Una ola de perfumes,
frescos de agua,
asaltó mis sentidos.

Y yo, puse mis manos
sobre las rosas,
aún mojadas de la lluvia reciente;
mis manos,
que temblaban, temblaban,
como las estrellas;
mis manos abiertas como pasionarias,
pálidas como pasionarias.
Tenían, mis manos, para las rosas,
una caricia inextinguible,
una larga caricia
de carne y espíritu.
El crepúsculo llenaba
de su sangre los senderos
‐venas henchidas,
que se abrían delante de mis ojos.‐
Ríos alucinantes
que el día llenaba
de su sangre de vencido.

Las rosas,
palpitaron entre mis dedos abiertos;
y fue una palpitación
de carne tibia,
carne estremecida y fragante.

‐Glorioso contacto
que rompió el dique
de los deseos abocados.‐
Y en aquella divina,
explosión de inquietudes
el alma se me hizo carne también,

carne trémula, enfebrecida,
que, en incomprensibles ansiedades,
se hundía, ahogándose,
en los ríos,
sangrientos, del crepúsculo.

de Lucía Sánchez Saornil,
en Poemas, Starm1919/elsetaproducciones, S/F.

sábado, 31 de octubre de 2020

Es inútil

Es inútil

Es inútil.
Inútil que a estas fechas
nos empiece a dar pena de la rosa y el pájaro,
inútil que encendamos velas por los pasillos,
inútil que nos prohíban nada,
no hablar por ejemplo,
comer carne,
beber libros,
bajarnos sin pagar en el tranvía,
querer a varios seres,
fumar yerbas,
decir verdades,
amar al enemigo,
inútil es que nos prohíban nada.

En los diarios vienen circulares,
papeles hay pegados en la esquina
que prohíben comer pájaros fritos;
¡y no prohíben comer hombres asados,
con dientes de metralla comer hombres desnudos!
¿Por qué prohíben pájaros los mismos que consienten
ejecutar el séptimo y el quinto mandamiento?

Tampoco han prohibido los niños en la guerra
y se los sigue el hombre comiendo en salsa blanca.
La “Protectora de Animales” está haciendo el ridículo.
Tampoco han prohibido comer las inocentes pescadillas,
los tiernos y purísimos corderos,
las melancólicas lubinas,
las perdices,
y qué me dices
de Mariquita Pérez
que la compran abrigos de seiscientas pesetas
habiendo tanta niña sin muñeca ni ropa,
los enfermos trabajan,
los ancianos ejercen,
el opio en tal café puede comprarse,
la juventud se vende,
todo esto está oficialmente permitido,
comprended y pensad nada se arregla con tener buenos
/sentimientos,
hay que tener arranque y ganas de gritar:

– Mientras haya guerras comeré pájaros fritos!

de Gloria Fuertes,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.5, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2012.

viernes, 30 de octubre de 2020

PODEROSO SILENCIO

PODEROSO SILENCIO

Oh, cállate, Señor, calla tu boca
cerrada, no me digas tu palabra
de silencio; oh Señor, tu voz se abra,
estalle como un mar, como una roca

gigante. Ay, tu silencio vuelve loca
al alma: ella ve el mar, más nunca el abra
abierta; ve el cantil, y allí se labra
una espuma de fe que no se toca.

¡Poderoso silencio, poderoso
silencio! Sube el mar hasta ya ahogarnos
en su terrible estruendo silencioso.

¡Poderoso silencio con quien lucho
a voz en grito: ¡grita hasta arrancarnos
la lengua, mudo Dios al que yo escucho!

de Blas de Otero,
en Poesía Religiosa - Antología (Leopoldo de Luis), Alfaguara, 1969.

jueves, 29 de octubre de 2020

MADRE ANARQUÍA

MADRE ANARQUÍA

I

Porque tu amor ofendieron;
Porque tu albura mancharon
Los que no te conocieron.
Y porque te calumniaron,
¡Madre!
Porque estás en el martirio
y el adversario en acecho
Ha clavado en su delirio
Cien espadas en tu pecho.
¡Canto!
¡Canto, madre, tu amargura!
Yo soy tu poeta y canto.
¡El fuego de mi locura
Ha de abrillantar tu llanto!

II

Porque el montón de bribones,
Azuzados en la noche
Por impúdicos sayones,
Te ha arrojado su reproche.
¡Madre!
Porque ignara muchedumbre
De lacayos y rufianes
Pretende apagar la lumbre
Que emerge de tus volcanes.
¡Canto!
(¿Vejarte? ¡No! No pudieron
¡Ya lo sé! Mas te amargaron:
¡Ebrios te desconocieron
Y sicarios te insultaron!)

III

Porque tu hermoso camino
Hay quien quiere ensombrecer,
¡Cual si una fuerza, un destino
Se pudiera entorpecer!
¡Madre!
Porque, bárbaros, te niegan;
Porque, cobardes, te ofenden;
Claudicantes te reniegan
Y, torpes, no te comprenden.
¡Canto!
¡Canto, madre, tu amargura!

IV

Y canto por que estás triste,
Y canto por que estás sola
Y a tu alrededor subsiste
La violencia de la ola.
Ola de odio, ola inconsciente,
Ola impura, ola sin luz.
¡Ola igual a la demente
Que fué a quebrarse en la Cruz!
Fariseos de este instante,
Cristo no ha resucitado:
¡Cristo está siempre, triunfante,
En la cruz, crucificado!

de Alberto Ghiraldo,
en La Literatura Social en la Argentina (Álvaro Yunque), Editorial Claridad, 1941.

miércoles, 28 de octubre de 2020

frustrante

es frustrante
es muy frustrante
es extremadamente frustrante
haber corrido la roca más grande de tu camino
y no tener energía luego
para despejar
aquella insignificante

Por Félix Sánchez Durán.

martes, 27 de octubre de 2020

Clase media

Clase media

¡Oh, pobre clase media,
rémora de la causa de porvenir. En vano
eludes, inconsciente, tu rol en la tragedia
o te pones en contra del obrero, tu hermano,
para vivir lo mismo que un autómata: eres
un sancochado híbrido de hombres y mujeres.

Vegetando en la charca del convencionalismo,
no es menester siquiera consultarte: te das
incondicionalmente, alcahueta, lo mismo
que si te sofrenara la voz del atavismo,
haciéndote vivir para atrás.

de Federico Gutiérrez,
en Memorias y otras confidencias (Mariano Latorre), Editorial Andrés Bello, 1971.