Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

martes, 9 de febrero de 2021

La época demandaba

La época demandaba

La época demandaba que cantásemos
Y cortó nuestra lengua.

La época demandaba que fluyéramos
Y martilló el corcho.

La época demandaba que bailásemos
Y nos metió en pantalones de hierro.

Y al final a la época fue entregada
El tipo de mierda que demandaba.

de Ernest Hemingway,
en The suppressed poems of Ernest Hemingway, The Library of Living Poetry, N°1, S/F.
Traducción: Félix Sánchez Durán.

lunes, 8 de febrero de 2021

El nido de cóndores

El nido de cóndores

 I
En la negra tiniebla se destaca,
Como un brazo extendido hacia el vacío
Para imponer silencio a sus rumores,
Un peñasco sombrío.

Blanca venda de nieve lo circunda,
De nieve que gotea
Como la negra sangre de una herida
Abierta en la pelea.

¡Todo es silencio en torno! Hasta las nubes
Van pasando calladas,
Como tropas de espectros que dispersan
Las ráfagas heladas.

¡Todo es silencio en torno! Pero hay algo
En el peñasco mismo,
Que se mueve y palpita cual si fuera
El corazón enfermo del abismo.

Es un nido de cóndores, colgado
De su cuello gigante,
Que el viento de las cumbres balancea
Como un pendón flotante.

Es un nido de cóndores andinos,
En cuyo negro seno
Parece que fermentan las borrascas,
Y que dormita el trueno.

Aquella negra masa se estremece
Con inquietud extraña:
Es que sueña con algo que lo agita
El viejo morador de la montaña.

No sueña con el valle, ni la sierra,
De encantadoras galas;
Ni menos con la espuma del torrente
Que humedeció sus alas.

No sueña con el pico inaccesible
Que en la noche se inflama
Despeñando por riscos y quebradas
Sus témpanos de llama.

No sueña con la nube voladora
Que pasó en la mañana
Arrastrando en los campos del espacio
Su túnica de grana.

Muchas nubes pasaron a su vista,
Holló muchos volcanes,
Su plumaje mojaron y rizaron
Torrentes y huracanes.

Es algo más querido lo que causa
Su agitación extraña:
Un recuerdo que bulle en la cabeza
Del viejo morador de la montaña.

En la tarde anterior, cuando volvía
Vencedor inclemente,
Trayendo los despojos palpitantes
En la garra potente,

Bajaban dos viajeros presurosos
La rápida ladera:
Un niño, y un anciano de alta talla
Y blanca cabellera.

Hablaban en voz alta, y el anciano
Con acento vibrante:
"Vendrá, exclamaba, el héroe
predilecto de esta cumbre gigante."

El cóndor, al oírlo, batió el vuelo;
Lanzó ronco graznido,
Y fue a posar el ala fatigada
Sobre el desierto nido.

Inquieto, tembloroso, como herido
De fúnebre congoja.
Pasó la noche, y sorprendiólo el alba
Con su pupila roja.

II
Enjambre de recuerdos punzadores
Pasaban en tropel por su memoria,
Recuerdos de otro tiempo de esplendores,

De otro tiempo de gloria,
En que era breve espacio a su ardimiento
La anchurosa región del vago viento.

Blanco el cuello y el ala reluciente,
Iba en pos de la niebla fugitiva,
Dando caza a las nubes en Oriente;

O con mirada altiva
En la garra pujante se apoyaba
Cual se apoya un titán sobre su clava.

Una mañana -¡inolvidable día!-,
Ya iba a soltar el vuelo soberano
Para surcar la inmensidad sombría

Y descender al llano,
A celebrar con ansia convulsiva
Su sangriento festín de carne viva,

Cuando sintió un rumor nunca escuchado
En las hondas gargantas de Occidente:
El rumor del torrente desatado,

La cólera rugiente,
Del volcán que en horrible paroxismo
Se revuelca en el fondo del abismo.

Choque de armas y cánticos de guerra
Resonaron después. Relincho agudo
Lanzó el corcel de la argentina tierra

Desde el peñasco mudo;
Y vibraron los bélicos clarines,
Del Ande gigantesco en los confines.

Crecida muchedumbre se agolpaba
Cual las ondas del mar en sus linderos;
Infantes y jinetes avanzaban

Desnudos los aceros,
¡Y atónita al sentirlos la montaña,
Bajó la frente, y desgarró su entraña!

¿Dónde van? ¿dónde van? ¡Dios los empuja!
Amor de patria y libertad los guía;
Donde más fuerte la tormenta ruja,

Donde la onda bravía
Más ruda azote el piélago profundo,
¡Van a morir o libertar un mundo!

III
Pensativo a su frente, cual si fuera
En muda discusión con el destino,
Iba el héroe inmortal que en la ribera
Del gran río argentino
¡Al león hispano asió de la melena
Y lo arrastró por la sangrienta arena!

El cóndor lo miró, voló del Ande
A la cresta más alta, repitiendo
Con estridente grito: "¡Este es el grande!"
Y San Martín oyendo,
Cual si fuera el presagio de la historia,
Dijo a su vez: "¡Mirad! ¡Ésa es mi gloria!"

IV
Siempre batiendo el ala silbadora.
Cabalgando en las nubes y en los vientos,
Lo halló la noche y sorprendió la aurora;
¡Y a sus roncos acentos,
Tembló de espanto el español sereno
En los umbrales del hogar ajeno!

Un día... se detuvo; había sentido
El estridor de la feroz pelea;
Viento de tempestad llevó a su oído
Rugidos de marea;
¡Y descendió a la cumbre de una sierra,
La corva garra abierta, en son de guerra!

¡Porfiada era la lid! Por las laderas
Bajaban los bizarros batallones,
¡Y penachos, espadas y cimeras,
Cureñas y cañones,
Como heridos de un vértigo tremendo
En la cima fatal iban cayendo!

¡Porfiada era la lid! En la humareda,
La enseña de los libres ondeaba
Acariciada por la brisa leda
Que sus pliegues hinchaba:
¡Y al fin, entre relámpagos de gloria
Vino a alzarla en sus brazos la victoria!

Lanzó el cóndor un grito de alegría,
Grito inmenso de júbilo salvaje;
¡Y desplegando en la extensión vacía
Su vistoso plumaje,
Fue esparciendo por sierras y por llanos
Jirones de estandartes castellanos!

V
¡Desde entonces, jinete del vacío,
Cabalgando en nublados y huracanes,
En la cumbre, en el páramo sombrío,
Tras hielos y volcanes,
Fue siguiendo los vívidos fulgores
De la bandera azul de sus amores!

¡La vio al borde del mar, que se empinaba
Para verla pasar, y que en la lira
De bronce de sus olas entonaba,
Como un grito de ira,
El himno con que rompe las cadenas
De su cárcel de rocas y de arenas!

¡La vio en Maipú, en Junín y hasta en aquella
Noche de maldición, noche de duelo,
En que desapareció como una estrella
Tras las nubes del cielo;
Y al compás de sus lúgubres graznidos
Fue sembrando el espanto en los dormidos!

¡Siempre tras ella, siempre! Hasta que un día
La luz de un nuevo sol alumbró al mundo;
¡El sol de la libertad que aparecía
Tras nublado profundo,
Y envuelto en su magnífica vislumbre
Tornó soberbio a la nativa cumbre!

VI
¡Cuántos recuerdos despertó el viajero
En el calvo señor de la montaña!
¡Por eso se agitaba entre su nido
Con inquietud extraña;
Y al beso de la luz del sol naciente
Volvió otra vez a sacudir las alas
Y a perderse en las nubes del Oriente!

¿A dónde va? ¿Qué vértigo lo lleva?
¿Qué engañosa ilusión nubla sus ojos?
¡Va a esperar del Atlántico en la orilla
Los sagrados despojos
De aquel gran vencedor de vencedores,
A cuyo solo nombre se postraban
Tiranos y opresores!

Va a posarse en la cresta de una roca,
Batida por las ondas y los vientos,
¡Allá, donde se queja la ribera
Con amargo lamento,
Porque sintió pasar planta extranjera
Y no sintió tronar el escarmiento!

¡Y allá estará! Cuando la nave asome
Portadora del héroe y de la gloria,
Cuando el mar patagón alce a su paso
Los himnos de victoria.
Volverá a saludarlo como un día
En la cumbre del Ande,
Para decir al mundo: ¡Éste es el grande!

de Olegario Víctor Andrade,
en Obras Poéticas de Olegario Víctor Andrade, Editorial Sopena, 1942.
https://campodemaniobras.blogspot.com/search/label/Poes%C3%ADa%20argentina%20del%20siglo%20XIX (6/12/20).

domingo, 7 de febrero de 2021

Los subverdes

 Los subverdes

Nosotros
los subdesarrollados
los subalimentados con ciertas hojas
y ciertas asperezas
los subamados
los subamantes
los subverdes, los subversivos
y subabúlicos habitantes
de esta tierra caliente, ritual
y tropical y metalífera
y ríos de agua y ríos de semen
para abrevar a ciertos turistas «inocentes»,
que bailamos macumba
y son y tangosón y bóngoro
y a veces
nos suicidamos lentamente bailando,
que amamos de una manera ciertamente baja
con amantes y amados muertos
de crimen pasional, como se dice,
de hijos de indios, de hijos de españoles,
de hijos de negros, de hijos de italianos
de hijos nomás que somos todavía
y no para siempre hijos que debemos ser.

Nosotros, los subverdes
los perfectos amantes latinos,
hermosos como látigos,
pero que no servimos para el «executive man»
que nos planearon.

A veces uno muere enfermo de ternura
y sus huesos se agitan por el mundo
con sus escamas verdes
las llagas de los pies en el zapato,
entonces alguien dice: ese era de América
de América del Sur,
pero sucede: el fuego que el salvaje
ha encendido por el mundo
los ha vuelto cenizas, de repente.

de Stella Calloni,
en https://redhargentina.wordpress.com/2020/06/21/poema-los-subverdes-de-stella-calloni-texto-y-video-de-la-propia-autora-intepretando/ (16/11/20).

sábado, 6 de febrero de 2021

A una dama que lamenta la dureza de mis versos

A una dama que lamenta la dureza de mis versos
 
Sucede que cuando salgo, lo primero que veo
es un vagabundo que hurga en la basura.
A veces, una loca sombrea su miseria
frente a mi casa.  Y el vacío de sus ojos insomnes
entenebrece la luz de la mañana.

Esquinas y semáforos invadidos por gentes
que venden cualquier cosa… enjambres de niños
se precipitan a limpiar automóviles
a cambio de un peso, un insulto, un golpe.
Adolescentes ofertan el único bien: sus cuerpos.
Mendigos, limosneros, drogadictos: la ciudad entera
es una mano famélica y suplicante.

Usted vive un mundo hermoso: frondosas arboledas
canchas de tenis, piscinas donde retozan
bellos adolescentes. Por las tardes
niñeras uniformadas pasean en cochecitos
a rubios serafines.
Su marido es funcionario importante.
Usted y su familia vacacionan en Nueva York o París
y en este país están solo de paso.

Lamenta mis visiones ásperas. Las quisiera suaves,
gratas como los pasteles y bombones que usted come.
Siento no complacerla. Aquí, comemos piedras.

de Daisy Zamora,
en https://periodicodepoesia.unam.mx/texto/como-la-tierra-cuando-la-parte-el-rayo/ (17/10/20).

viernes, 5 de febrero de 2021

la inocencia...

la inocencia de un pueblo
y la complicidad de un pueblo
suelen ser caras de la misma moneda
silencio... silencio... silencio...

Por Félix Sánchez Durán.

miércoles, 3 de febrero de 2021

Retorno a la sonrisa

Retorno a la sonrisa

Los niños
nacidos
a finales
del siglo
serán alegres.

(Su sonrisa
es de sonrisas
colectivas).

Yo,
hombre en lucha
a mediados del siglo,
digo: a finales del mismo
los niños serán alegres,
volverán otra vez a reír,
otra vez a nacer en los jardines.
Desde
mi oscuridad amarga
salgo y sobresalgo
de mi tiempo duro
y veo el final
de la corriente:
niños alegres,
¡no más alegres!
aparecieron
y se levantaron
como un sol de mariposas
después del aguacero
tropical.

Los niños
inundaron
el mundo
con su canto,
lo veo hoy,
1957, mediados
del siglo 20,
en lejano
país de América,
en la cuna del maíz.
Desde mi tiempo áspero
veo un rostro de niño
inundando de gran felicidad
silvestre y colectiva.

Veo los niños alegres
rodeados de inquisidores;
polizontes con hambre
y funcionarios con miedo,
y,
soy feliz en mi presidio
lleno de casas y calles
y látigos y hambre,
porque veo la salida del sol
lleno de flores, talcos y juguetes.
Soy feliz por la niñez futura,
cuya ágil estatura nueva
la llevo guardada
en mi corazón
pobrísimo.
Soy feliz con mi alegría,
porque nada puede impedir
el nacimiento de los niños
al finalizar mi siglo 20,
bajo otra forma de vivir,
bajo otro aire profundo.
Soy feliz por la niñez del mundo
venidero, y, lo procuramos a grandes
voces, lleno de júbilo universal.

de Otto René Castillo,
en Vámonos Patria a caminar, yo te acompaño, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2019.

martes, 2 de febrero de 2021

Cambiamos

Cambiamos

*
muerdo tristeza
no hay escapatoria
los días duelen
*
cambió todo
las cacerolas duermen
en los bolsillos
*
nunca se fueron
a pesar de los muertos
ese diciembre
*
son demasiados
nuestros brazos lloran
estamos solos
*
¿confiar? ¿en quién?
el perro en un sillón
lame decretos
*
tiene ocho años
dos balazos de goma
y miedo... miedo...
- ¿delito cometido?
- sonreír en la villa
*
faltan árboles
y sobran policías
no hay futuro

de Víctor Cuello,
en Poemas de la Resistencia, Poetas Peronistas/Clara Beter Ediciones, 2016.

lunes, 1 de febrero de 2021

MANIFESTACIÓN

MANIFESTACIÓN

Me agrego a la entusiasta muchedumbre,
y me dejo llevar…
Mis pies ya no son pies, ya tengo alas,
mi voz no es mi voz ya.
Canto y camino,  ¿quién por mí camina?,
¿Quién leva la voz de mi cantar?
¡Hermoso este olvidarse de sí mismo
Para ser uno más!

de Álvaro Yunque,
en https://verbiclara.wordpress.com/2011/11/18/poemas-ineditos-de-alvaro-yunque/ (12/11/20).

domingo, 31 de enero de 2021

Por último

Por último

La verdad trató de escupir;
con la boca seca al comenzar,
babeaba y salivaba al final;
goteando su mentón verdad.

de Ernest Hemingway,
en The suppressed poems of Ernest Hemingway, The Library of Living Poetry, N°1, S/F.
Traducción: Félix Sánchez Durán.

sábado, 30 de enero de 2021

Hoy ha amanecido de luto la poesía

Hoy ha amanecido de luto la poesía

A Pablo Hasél, tras su detención.

Camarada ayer te llegó el triste día
de las rejas, de la libertad arrebatada,
hoy ha amanecido de luto la poesía
con sabor a canción desesperada.

Con dos huevos dile a su señoría
que la libertad no es el extremo de nada,
que al capitalismo es la única apología
terrorista que debería estar penada.

Solo sé hacer esto y por eso hablo
en verso y con mis palabras te digo,
que de tu lado está hasta el diablo

que seas fuerte , que estamos contigo,
que vamos a dar mucha guerra Pablo
y que pronto nos bajamos al sur amigo.

de Aitor Cuervo Taboada,
en Veinte poemas de odio y dos corazones descuartizados (Pablo Hasél/Aitor Cuervo), edición de autor, 2011.

Pruebas en mi contra

Pruebas en mi contra

 

de Eric Luna,
en Poesía de guerrilla, Groenlandia, 2012.

viernes, 29 de enero de 2021

el murmullo

el murmullo

el murmullo del pueblo
el murmullo en el pueblo...

el murmullo del pueblo
es un juego de voces
con matices
con diferentes tonos

el murmullo en el pueblo
es una fuerte voz susurrante
omnipresente
con eco eco eco

Por Félix Sánchez Durán.

jueves, 28 de enero de 2021

FIERA

 FIERA

Voraz bostezo,
¡Ah, insaciable!, te nutres
Con mis proyectos.

de Álvaro Yunque,
en 100 Haïkais y un soneto, Peña Lillo, 1966.
http://www.alvaroyunque.com.ar/ (7/5/20).


Deja de ser un bostezo...

 Deja de ser un bostezo,
conviértete en un grito.

de Eric Luna,
en Poesía de guerrilla, Groenlandia, 2012.