Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

viernes, 5 de marzo de 2021

UN SOLO ÁRBOL

UN SOLO ÁRBOL
 
Durante los días de su error
descuartizó infieles y echó ácido en sus heridas,
los colgó y colgó a sus hijos,
dio garrote y empaló y profanó mujeres castas.
Algunos años más tarde
solía pasar las horas en su oratorio privado
con un tosco crucifijo de fraile sobre el pecho.

de Rafael Bielsa,
en http://www.archivopdp.unam.mx/index.php/48-poemas/poemas/3542-074-poemas-rafael-bielsa-poetas-argentinos (6/12/20).

jueves, 4 de marzo de 2021

El gran inconforme

El gran inconforme

I
Nunca preguntéis
a un hombre
si sufre,
porque siempre
se está sufriendo
en alguna forma
y en algún camino.
Hoy,
por ejemplo,
sufro tu dolor,
patria mía,
hasta lo más alto
de mi alma.
Y no puedo
escapar,
llagado
como estoy
de tu tragedia.

Debo vivirte,
porque no he nacido
para darte
el contrapecho
de mi vida,
sino lo más noble
y provechoso que tengo:
la vida de mi vida,
la dignidad y su ternura.

II
Si alguien
sufre tanto contigo,
ese pobre hombre
tengo que ser yo,
yo que sufro tus limosneros,
tus prostitutas,
tus hambrientos,
tus ásperas colonias populares,
donde tienen sus nidos
los buitres
del hambre y del frío.

Pero yo no te sufro
sólo con los ojos
abiertos,
sino con toda la herida,
tanto del alma
como del cuerpo,
porque soy, antes que nada,
el gran inconforme
que anda
debajo de la piel
de todos,
esperando su hora,
porque nadie
como los pueblos
saben,
que no se puede
renunciar jamás
a la lucha,
porque tampoco,
se puede renunciar
nunca a la victoria.

de Otto René Castillo,
en Vámonos Patria a caminar, yo te acompaño, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2019.

miércoles, 3 de marzo de 2021

el pequeño charco...

el pequeño charco
insignificante
cree poseer la luna

también lo cree el manso río

no así el mar embravecido
que destina sus olas más grandes
para intentar alcanzarla

Por Félix Sánchez Durán.

martes, 2 de marzo de 2021

La poesía es el otro

La poesía es el otro

Vamos a callar el sol
hasta que brille
iluminando lo invisible.
Vamos a quedarnos solos
solas, en lucha,
la de cada amanecer compartido.
Vamos a defender
las historias pequeñas
hasta que se vuelvan propias.
Vamos a gritar poesía
desarticulada, inconexa
hasta encontrar la palabra
en la que el otro mueva nuestra batalla.

de Marilú Ferro,
en Poemas de la Resistencia, Poetas Peronistas/Clara Beter Ediciones, 2016.

lunes, 1 de marzo de 2021

ALBUM Y POSTAL - X

ALBUM Y POSTAL - X

¡En medio de la lucha una sonrisa
y un reflejo de Luna en la tormenta!
¿Qué podría dejar el peregrino
sobre la nívea página primera?

Un voto, nada más. Que tus encantos
estén en dulce primavera fresca
cuando, al conjuro de la unión, renazca
la vigorosa juventud de América.

Y así la luz del Sol tendrá dos fases;
Una de suavidad y otra de fuerza;
aquélla para amar, en tus pupilas,
y ésta para triunfar, en las banderas.

de Manuel Ugarte,
en Poesías Completas, Casa Editorial Maucci, 1921.

domingo, 28 de febrero de 2021

Madre, si la bala del enemigo

 Madre, si la bala del enemigo

termina conmigo
por defender al obrero
o al hermano policía
para que el pobre sonría

Madre, no entristezcas
con tu llanto
la victoria de tu pueblo

Madre. si la bala del enemigo
termina conmigo
en el mar en la montaña
o en el llano

Madre, un favor, yo te pido
decidle a los enemigos
que te entreguen mi cuerpo
y arrastrame a tu cuarto de barro
y acuestame sobre tu cama
de tablas

que tal parezca
que estoy descansando
para volver y reincorporarme al fuego

Madre, no permitas
que coloquen cirios sobre la mesa
ni crucifijo sobre mi cabeza.

Madre, que no vengan las vecinas
a causarte más pesares
que no vengan los músicos
a entristecer la mañana
con sus notas lánguidas

Madre, el día que labradores y obreros
agarren las armas
permiteles que agarren mi cuerpo
y sirva de escudo a todo guerrero
para defender y luchar
por la libertad de nuestro pueblo

Madre permiteme una vez más
que defienda nuestro suelo
como murió Tupac Amaru
luchando por la libertad de nuestro pueblo

Madre y si vienen las vecinas
a causarte más pesares
decidles que te acompañen
a Macchu Picchu y Sacsahuaman
para prender una hoguera
y quemar a los neoliberales
que se comen el pan de los pobres

Madre, y cuando escuches en los cielos
los himnos de victoria
arranca de mi melena una trenza
y escribe con mis cenizas
sobre mi tumba

pan con libertad
justicia social
para los pueblos del mundo.

de Javier Heraud,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.126, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2018.

sábado, 27 de febrero de 2021

Ella y el tiempo

Ella y el tiempo

Medido
en el ritmo presuroso o calmo
de su suspiro,
en el fluir de su sangre perenne,
en su parpadear silencioso,
en el orden de su sueño,
en su desvelo,
en su larga espera,
en sus vagos recuerdos,
el tiempo
invisible río,
la arrastra sin defensa
a un mar desconocido.

Para verse un instante
en el claro lago de la felicidad,
quiso detener su curso,
mas la corriente se llevaba
la desvanecida imagen.
Y no hay para ella
un agua quieta
donde hallar de nuevo
el candor de su rostro infantil,
el esplendor de su mirada joven,
reflejados un día
en espejos empañados.
Turbia corriente,
el tiempo
lo confundió todo.

¿Quién dijo
que es breve la vida?
Si nunca acaba,
si cada hora
es apenas una lenta gota,
y es tan largo el día
que hasta le cabe la muerte.
¿Quién dijo que es larga la vida?
Si es tan breve,
tan estrecha,
tan incompleta y fugitiva,
que no le cabe casi nada
de todo lo esperado.

Era tan extraño su tiempo,
que ella vivía sin presente,
adormilada
en confusas memorias,
o perdida
en vagos ensueños,
en hábiles y acariciantes fantasías
en las que no creía.
Sólo sobre su piel pasaba
ese presente vacío.
Como un animalito paciente,
se anidaba
cerca de sus ojos,
en la comisura
levemente amarga
de sus labios,
consumiéndola
sin que se diera cuenta.

Pero alguna vez
se vistió de esperanza
el tiempo.
Levantada entonces
sobre su incierto presente,
ella vivió en la aurora
por un momento.

de Alaíde Foppa,
en https://periodicodepoesia.unam.mx/texto/la-desvanecida-imagen/ (20/12/20).

viernes, 26 de febrero de 2021

mi dolor...

mi dolor y mi tristeza
no son el rostro de un niño
llorando bajo la lluvia
son el rostro de un niño llorando bajo la lluvia
con un paraguas
un paraguas que no está roto
pero que no sabe abrir

Por Félix Sánchez Durán.

jueves, 25 de febrero de 2021

NO SOY MÁS QUE SILENCIO...

 NO SOY MÁS QUE SILENCIO...

TENGO pocas palabras; no conozco la risa;
En mí yo no poseo nada de lo que hechiza;
Yo sólo soy silencio y sombra aquí a tu lado;
No obstante, si yo muero... ¿qué harás abandonado?

Sí; yo soy tu silencio y tu paz y tu sombra,
Lo que apenas se mira, lo que apenas se nombra;
Mas si esto te faltara! Toda la luz del día,
Todo el ruido del mundo, cómo te abrumaría!

En plegaria mi alma te rodea piadosa
Como una selva virgen circunda un aposento;
Alrededor extiende su sombra misteriosa
Y todo ruido se hace blando estremecimiento.

Si el Silencio se fuera de la tierra algún día.
La música del Cielo ¿quién la percibiría?
Yo soy aquella sombra que se apaga a tu lado
Para que mejor seas por la Luz alumbrado.

Yo ocupo al lado tuyo un lugar bien pequeño,
Y en adornar la casa no sé poner empeño,
Pero cuido el eterno, ilimitado hogar.
Del Cielo y del Espacio que habremos de habitar.

He aquí para cuidarlo mi alma toda entera.
He aquí nuestros amores para avivar la espera,
He aquí nuestros recuerdos. . . y los preciosos dones
De estas flores volcadas en nuestros corazones.

Para que el amor nuestro se trueque en Infinito
En el Hogar supremo, he aquí el Amor bendito:
He aquí Dios que lo expande, he aquí Dios que lo habita,
Y Dios que en medio mismo de nosotros palpita.

Sobre el umbral de tu alma, silenciosa, mi alma
Se extiende como alfombra de misterio y de calma;
Para acercarse a ti huella Dios esa alfombra:
Su Luz divina pasa a través de mi sombra.

Tengo pocas palabras, no conozco la risa,
En mí yo no poseo nada de lo que hechiza;
Ser silencio y ser sombra sólo, a tu lado, sé...
No obstante, si yo muero... ¿quién sostendrá tu fé?

de Delfina Bunge de Gálvez,
en Poesías, Ediciones Selectas América, Año 2, n°35, 1920.

miércoles, 24 de febrero de 2021

IDOMENI

IDOMENI

El mar se avispó tardío.
Se quedaron colgados 
los besos repetidos de las olas
en la percha de los vientos.
Se saturaron de hastío los salitres
y derramaron luces de sangre las estrellas
En la noche callada y maloliente
del fratricidio anunciado
hay un mar repleto de lamentos,
en  la noche acuchillada de concertinas
y puñales de hielo negro.
Hay un pueblo de niños
con cristales oscuros en los ojos,
hay un pueblo con las calles reventadas
por la miseria de los crueles buitres de la noche.
Hoy en Idomeni,
mana sangre por la bocana de sus fuentes.
Se pretende hacer invisibles a los parias,
ocultarlos a los ojos malolientes del poder
y de los mercaderes, 
que no quieren ensuciar su podrida conciencia
con la vista inapelable de los débiles
Despertad hombres y mujeres del mundo.
Reventad los aires con vuestros gritos
reclamando justicia y dignidad para los que huyen
de la guerra cruel que los mismos mercaderes alentaron.

de Francisco Javier Sánchez Durán,
en https://asociacionayre.wordpress.com/tag/idomeni/ (18/11/20).

martes, 23 de febrero de 2021

EDAD MODERNA

EDAD MODERNA
 
De Cósimo Primero, el de carácter tiránico,
sólo quedan
una estatua ecuestre algo desproporcionada
y la sombra huidiza de su sombra
en las escaleras del palacio de Los Oficios,
bello por ingenio de otros.

de Rafael Bielsa,
en http://www.archivopdp.unam.mx/index.php/48-poemas/poemas/3542-074-poemas-rafael-bielsa-poetas-argentinos (6/12/20).

lunes, 22 de febrero de 2021

El sexo

El sexo

Oculta rosa palpitante
en el oscuro surco,
pozo de estremecida alegría
que incendia en un instante
el turbio curso de mi vida,
secreto siempre inviolado,
fecunda herida.

de Alaíde Foppa,
en Para conjurar el sueño - Poetas guatemaltecas del siglo XX (A. Acevedo / A. Toledo), abrapalabra, 1998.

domingo, 21 de febrero de 2021

LA VIDA DE MAIACOVSKI

 LA VIDA DE MAIACOVSKI

Inquietos por el llanto de banqueros,
señores y señoras en su cubil
salieron,
haciendo sonar el oro.

"Si el corazón es todo en la vida,
para qué,
para qué se junta el dinero."
¿Cómo se atreven a cantar?
¿Quién les ha dado el derecho?
¿Quién les ordenó intimar con los días?
¡Encerrad el cielo en cañerías!
¡Torced la tierra en sinuosas calles!
Yo me vanagloriaba,
tengo manos.
Debería tomar el fusil,
y no perder el tiempo con las caricias del
/verano.

¡Entonces no tiene remedio!
Así quedaré brusco y tajante como un erizo.
¡Lengua, escupe los chismes!
Acorralado en un rincón terrestre,
arrastro mi yugo cotidiano,
y en el cerebro suena implacable:
"La ley",
y en el corazón otra cadena:
"La religión".

La mitad de mi vida ya ha pasado y ahora no
/me libraré,
de los mil ojos de la vigilancia del carcelero,
linternas, linternas, linternas...

Estoy prisionero.
¡No tengo salvación!
Prisionero de la tierra maldita.
A todos los bañaría con mi amor.
Y mi casa sería un Océano.

Grito...
y nada.
Suena el llavero.
Aparece la mueca del carcelero.
Arroja por la mirilla,
un pedazo de carne podrida.

Lanzo una exclamación y luego una carcajada.
Delirio con delirio febril.
Suena encadenado a mis pies,
el peso del globo terrestre.

Cerraron mis ojos,
con llave de oro.
No les hace falta un ciego.
Para siempre,
estoy encerrado,
en la oscuridad de esta novela sin sentido.

¡Abajo la carga pesada,
de las falsas invenciones!
¡Viva la rebelión de las musas condenadas!

Los que creen en los pavos reales,
si no son más que un invento de Brehem.
Los que creen en las rosas,
si son inventadas por ociosos botánicos,
transmitid de generación en generación,
mi descripción impecable de la tierra.

Rompiendo el arco de los meridianos,
y de las latitudes del atlas,
cruzan espumantes,
los francos,
los rublos,
los dólares,
los yens,
y los marcos,
sonando su oro cambiante.

Se hunden los genios, los caballos, las gallinas,
se hunden los elefantes, los violines.
Las cosas pequeñas y grandes.
Y oigo el sonido pegajoso,
en el oído,
en la garganta,
en la nariz, en todas partes:
"¡Socorro!"
Nadie oye este gemido inaccesible.

En el centro
de una alfombra rodeada de un fleco impasible,
cual una isla de flores,
está él,
el Vencedor Todopoderoso,
mi rival,
mi enemigo invencible.
De elegante pantalón rayado de seda,
con lunares delicados en sus finas medias,
la corbata de colores,
y el chaleco cruzado
por una cadena.

Todos se rinden a su alrededor.
Pero como en el cielo,
en honor de su raza claman:
¡Bra-a-vo!
¡Vi-i-va-a!
¡Urra-ah!
¡Ban-Zey!
¡Hoj!
¡Hip-hip!
¡Vive!
¡Osanna!

A los profetas los acusan de un poder atronador.
Son imbéciles.
Es que él lee a Locke.
Le gusta.
Sacude la barriga a fuerza de carcajadas,
y echan luces los dijes de su cadena de oro.
Quedamos mudos,
escuchando de pie
la historia de Grecia.
Pensamos,
¿será posible,
dónde,
cuándo?
Pero al finado Fidias le ordenaron:
-¡Quiero,
mujeres corpulentas de mármol!
Son las cuatro,
es un buen pretexto:
-"Esclavos,
quiero almorzar de nuevo."
Y Dios, su fiel cocinero,
inventa faisanes de arcilla.
Se estira,
y continúa la labor.
Modela una hembra hecha para el amor.
-"¿Quieres conseguir la estrella
más valiosa del firmamento?"
Y he aquí, para él,
una legión de Galileos asciende
a las estrellas por los ojos de los telescopios.
Se estremece el cuerpo de las revoluciones,
cambian los arrieros de nuevas tropillas
/humanas,
pero a ti dueño de corazones sin coronar,
no te arrasa ningún motín.

de Vladimir Mayacovski,
en La flauta espinazo y otros poemas, elaleph.com, 2000.

sábado, 20 de febrero de 2021

NO MÁS QUE AYER...

NO MÁS QUE AYER...

Creíste renacer y estabas yerta,
bien yerta sí, bien fría, fatalmente,
nada podrás hallar que te caliente;
estás definitivamente muerta.
Ayer, no más, creías estar cierta
que campanas de gloria de repente
cantaban para ti, y alegremente,
para oír la señal, fuiste a la puerta.
No más que ayer... pero hoy has escuchado
un doblar de campana acompasado
que te avisa que ya no estás despierta.
Y en vano junto a ti la vida grita,
porque era de verdad que estabas muerta,
y un muerto de verdad no resucita.

de Lucía Sánchez Saornil,
en Poemas, Starm1919/elsetaproducciones, S/F.

viernes, 19 de febrero de 2021

Poema neotomista

Poema neotomista

El Señor es mi pastor, nada me faltará
                      para no quererlo más.

de Ernest Hemingway,
en The suppressed poems of Ernest Hemingway, The Library of Living Poetry, N°1, S/F.
Traducción: Félix Sánchez Durán.