Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

sábado, 13 de agosto de 2016

En boca del último Inca

En boca del último Inca

Ya de los blancos el cañón huyendo,
hoy a la falda del Pichincha vine,
como el sol vago, como el sol ardiente, como el sol libre.

¡Padre Sol, oye! Por el polvo yace
de Manco el trono; profanadas gimen
tus santas aras; yo te ensalzo solo, ¡solo, mas libre!

¡Padre Sol, oye! Sobre mí la marca
de los esclavos señalar no quise
a las naciones; a matarme vengo, ¡a morir libre!

Hoy podrás verme desde el mar lejano,
cuando comiences en ocaso a hundirte,
sobre la cima del volcán tus himnos cantando libre.

Mañana sólo, cuando ya de nuevo
por el Oriente tu corona brille,
tu primer rayo dorará mi tumba, ¡mi tumba libre!

Sobre ella el cóndor bajará del cielo;
sobre ella el cóndor, que en las cumbres vive,
pondrá sus huevos y armará su nido ignoto y libre.

de José Eusebio Caro,
en Antología de la Literatura Hispanoamericana del Siglo XIX (Moreno Rodríguez, Ramón), Universidad Autónoma Metropolitana, 2010.

jueves, 11 de agosto de 2016

En días de esclavitud

En días de esclavitud

¡Señor! ¡Señor! El pájaro perdido
puede hallar en los bosques el sustento,
en cualquier árbol fabricar su nido
y a cualquier hora atravesar el viento.

Y el hombre, el dueño que a la tierra envías
armado para entrar en la contienda,
no sabe al despertar todos los días
en qué desierto plantará su tienda.

Dejas que el blanco cisne en la laguna
los dulces besos del terral aguarde,
jugando con el brillo de la luna
nadando entre el reflejo de la tarde.

Y a mí, Señor, a mí no se me alcanza,
en medio de la mar embravecida,
jugar con la ilusión y la esperanza
en esta triste noche de la vida…

Esparce su perfume la azucena
sin lastimar su cáliz delicado,
y si yo llego a descubrir mi pena,
me queda el corazón despedazado...

La estrella de mi siglo se ha eclipsado,
y en medio del dolor y el desconsuelo,
el lirio de la fe se ha marchitado:
ya no hay escala que conduzca al cielo.

Van los pueblos a orar al templo santo
y llevan una lámpara mezquina,
y el Cristo allí, sobre la cruz,
en tanto abre los brazos y la frente inclina...

Tengo el alma, ¡Señor!, adolorida
por unas penas que no tienen nombres;
y no me culpes, no, porque te pida
otra patria, otro siglo y otros hombres.

Que aquella edad con que soñé no asoma,
con mi país de promisión no acierto,
mis tiempos son los de la antigua Roma
y mis hermanos con la Grecia han muerto.

de Juan Clemente Zenea,
en Antología de la Literatura Hispanoamericana del Siglo XIX (Moreno Rodríguez, Ramón), Universidad Autónoma Metropolitana, 2010. 

martes, 9 de agosto de 2016

Frente y Perfil

Frente y Perfil

Tiene diez años escasos,
hijo 'el tintiyo y la grapa;
la vida para estos casos
manda sus pibes de yapa.

Diez años y ya sus ojos
están junando a la muerte;
frío y hambre, mugre y piojos,
¡sucio le jugó la suerte!

Si llega a hombre ese entuerto,
¡minga para él de disculpas!:
Ya está el calabozo abierto
donde pagará sus culpas.

de Álvaro Yunque,
en Versos Rantes, Editorial Peña Lillo, 1961.

domingo, 7 de agosto de 2016

Renovación

Renovación

Hay una manera, hermano,
de ser nuevo bajo el sol:
hablar en lunfaespañol,
pensar sudamericano.

de Álvaro Yunque,
en Versos Rantes, Editorial Peña Lillo, 1961.

viernes, 5 de agosto de 2016

A la Libertad

A la Libertad*

Como del fondo mismo de los cielos
el sol eterno rutilante se alza,
como el seno turgente de una virgen
al fuego de la vida se dilata;
Así radiosa,
y así gallarda,
se levantó del mar donde yacía
la exhuberante tierrra americana.
Como prende su túnica de raso
con su joya mejor, la soberana,
como entre todas las estrellas reina
el lucero magnífico del alba;
Así pulida,
y así gallarda,
sobre todos los pueblos de su estirpe,
resplandor y joyel, ¡surge mi patria!
Como buscan la luz y el aire libre
las macilentas yerbas subterráneas,
como ruedan tenaces y tranquilas
al anchuroso piélago, las aguas;
Así sedienta,
y así pordiada,
la triste humanidad se precipita
al pie de la bandera azul y blanca.
¡Allí van congregándose a la sombra,
para formar después una montaña!
¡Allí van adheriéndose en el tiempo
partícula a partícula las razas.
Allí se funde,
y allí se amasa
el hombre, tal como surgió en la mente
del autor de los orbes y las almas.
Qué así pulida,
y así gallarda,
sobre todos los pueblos de su estirpe,
resplandor y joyel, ¡surgió mi patria!

De Almafuerte,
en Nuevas Poesías y Evangélicas, Claudio García Editor, 1918.
*Transcripción textual.

lunes, 1 de agosto de 2016

Una poesía pública

Una poesía pública

El hecho es que los rusos son maricas
y los chinos también, son grandes maricas amarillas
Los norteamericanos maricas por naturaleza
huyeron hacia el Nuevo Mundo a reventar indios
ahora vamos a permitir que una compañía carbonífera ocupe sus territorios
Somos tan maricas que explotamos bombas atómicas sobre los japoneses

Yo mismo soy un marica famoso, hay que serlo para reconocer a otro
y sé que el secretario de estado XYZ es un delicado marica
le dió sus monedas a las Juntas asesinas de indígenas en Guatemala
demasiado asustado para mirar en los ojos de los Escuadrones de la Muerte en el Salvador
gritando sobre la amenaza que representa la pequeñísima Nicaragua para el desnutrido México
El presidente ABC es el más grande de los maricas
Hollywood es marica
La Corporación Bechtel es marica
Maricas como éstos les entregaron 200 billones a los patoteros del Pentágono
pues temían ser apaleados si no les permitían a los Generales apoderarse de todo el dinero
Y el público norteamericano también es marica
Tiene miedo de que si no da todo lo que tiene en el bolsillo al Departamento de Defensa
los hombres musculosos del Pentágono y los guapos de la CIA
fajarán al Congreso y a la Corte Suprema
y se adueñarán de todo el Bloque Occidental

de Allen Ginsberg,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.13, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

domingo, 31 de julio de 2016

Milongas clásicas (fragmento)

Milongas clásicas (fragmento)


La verdad es camaleón
De apariencias infinitas:
Ni dos veces la meditas
Con la propia entonación!

de Almafuerte,
en "Milongas Clásicas", Revista Ideas y Figuras, Año 1, número 8, Buenos Aires, 20 de julio de 1909.

viernes, 29 de julio de 2016

Distraído

Distraído

Guarda esas monedas en los bolsillos
Y observa caer las hojas del otoño;
Mira cómo el pájaro pelea con la paloma
Por lo que son apenas unos trozos;
Detén tu mirada en el arcoíris del atardecer
Y jamás permitas que no te dejen ver
Cómo el sol se oculta tras los edificios.

Vuelve a meter las manos en los bolsillos…
Estarán completamente vacíos.

Por Félix Sánchez Durán.

miércoles, 27 de julio de 2016

De miedos y dudas

De miedos y dudas

Soñé que me había perdido a mí mismo
Y comencé a buscarme en mi inconsciente
“¿Dónde estoy?” gritaba enloquecido
Y ni yo me respondía ni era por mí respondido

Un sueño revelador que se convirtió en pesadilla
Cuando de los oscuro márgenes de mis pensamientos
Surgió una figura, un personaje, uno de esos
Que te seduce, te manipula y te cautiva,
Por el que uno es capaz de dar la vida
Sin entender mucho el motivo

Y preguntó:
"¿Quién es el boludo
Que se ha perdido
A sí mismo?"

Mi peor pesadilla:
Que otro encuentre por mí el destino
Y que yo, inconscientemente,
Lo siga.

Por Félix Sánchez Durán.

martes, 26 de julio de 2016

Milongas clásicas (fragmento)

Milongas clásicas (fragmento)

Son las almas de combate
Manos puercas y callosas:
No las finas y olorosas
Y expresivas del abate!

No las llenas de donaire,
De tez cándida y pulida,
Que no hicieron en la vida
Mas que cruces en el aire;

Sinó aquellas aguerridas,
Dolorosas, maculadas,
Como vendas empapadas
En el pús de las heridas.

de Almafuerte,
en "Milongas Clásicas", Revista Ideas y Figuras, Año 1, número 8, Buenos Aires, 20 de julio de 1909.

lunes, 25 de julio de 2016

XIX (El hombre fue...)

XIX

El hombre fue
el primer carcelero
de sí mismo.
Rompió las arterias
que lo unían
a la trama
y sintió
la soledad terrible
de no entender,
de no ser afín
a nada.
La soledad de sentirse
náufrago desesperado
en el misterio
y de no poder regresar
al tejido originario.
Por ello,
el desgarramiento
y la fuga
de la sangre.
El rojo charco sombrío
fue el primer espejo
donde el hombre
se contempló
como suicida.
El pecado original
fue el suicidio
del hombre
en el bosque estelar
del universo.

de Haydée Graciela Gerlero,
en Unidad umbría, del autor, 1983.

sábado, 23 de julio de 2016

Cicatrices

Cicatrices

Me dijeron que el libro no se marca
Que no se dobla su punta en la palabra
Que debe pasar de generación en generación
Como pasa el bronce, una lápida

Me dijeron que el libro no se marca
Que se estropea con el dedo de la grasa
¿Pero para qué sirven unas palabras dulces,
Unas palabras sabias, otras angustiadas,
Si de la historia transcurrida de la tinta no nos dicen nada?

Libros y libros heredé de mi familia
De mis seres más cercanos y queridos,
Y de los que no he conocido

Me gustaría saber cuáles fueron sus poemas favoritos,
Si releyeron más de mil veces las mismas páginas
Qué pensaron ante esas grandes ideas
Ante cuáles dejaron caer unas lágrimas 

De nada sirven los libros, las hojas estampadas,
Si el paso del tiempo no deja la sangre seca
En las palabras desgarradas

Por Félix Sánchez Durán.

viernes, 22 de julio de 2016

La hora de los fantasmas

La hora de los fantasmas

Necesito comprar una agenda
Necesito una secretaria
Porque siempre a la misma hora
Acuden a mí mis fantasmas
Y no puedo atenderlos a todos
Y no puede descansar mi alma

Por Félix Sánchez Durán.

jueves, 21 de julio de 2016

Madre Coraje y sus hijos (fragmento)

Madre Coraje y sus hijos (fragmento)
VII Madre Coraje en la cúspide de su carrera comercial.

Aquel que rehuyó la lucha
En pos de su tranquilidad
Creyó cavar su madriguera
Y con su fosa se encontró.

Y al fin del día, fatigado
Cuando se tienda en su ataúd
Quizás se pregunte angustiado
Después de todo, ¿qué gané (yo)*?

de Bertolt Brecht,
en Teatro Completo, Ediciones Nueva Visión, 1971.
*Félix Sánchez Durán. 

lunes, 18 de julio de 2016

Una sirvienta

Una sirvienta

Tiene los ojos claros y el alma ensombrecida,
va y viene por la casa sin saber dónde va;
mira y no ve las cosas, la regañan; y ella
se repliega en el gesto más heroico: callar.

Llegó ha poco de España, vino en viaje de bodas,
el mar lo dió el arrullo de la marcha nupcial;
vino con el esposo por el oro de América,
¡y aquí encontró una escoba y un trapo de fregar!

de Gustavo Riccio,
en La literatura social en la Argentina (Álvaro Yunque), Editorial Claridad, 1941.