Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

miércoles, 21 de marzo de 2018

Elogio del ambulante

Elogio del ambulante

de la tierra de nadie el exiliado partirá
Juan Gelman

Del que planta su raíz en un golpe de viento
raíces aéreas                     su aire
al pasar no agita banderas
ni su huella es cimiento
de prisiones

De sus muertos sólo crecen flores
cuyo aroma cruza
sin sentir las fronteras

Con él fluye el aire          se desestanca
el agua            se descerteza el mundo

De ahí el miedo al ambulante

de Daniel Bellón,
en Once poetas críticos en la poesía española reciente (Enrique Falcón, coord.), Baile del sol, 2007.

domingo, 18 de marzo de 2018

Garabatos en el subte (XI)

Garabatos en el subte (XI)

Algunos pasajeros estarán pegados a sus pantallas
Por alguna cuestión de extrema urgencia
Otros estarán leyendo el diario, una novela
Otros, viendo los videos más graciosos,
Fotos enviadas por familiares,
Hablando de cuestiones laborales...

Otros,
Muchos otros,
No toleran las miradas suplicantes,
Incipientes, penetrantes,
Ni la mismísima realidad

Lo mismo daría
Un celular
Un MP3
Un walkman
Un libro
Un diario
O cualquier otro artefacto
Que les evitase
Interactuar.

Por Félix Sánchez Durán.

viernes, 16 de marzo de 2018

¡Höre, Israel!

¡Höre, Israel!
(¡Escucha, Israel!)


Cuando fuimos perseguidos
fui uno de los vuestros
¿cómo seguir siéndolo
cuando os habéis vuelto
perseguidores?

Vuestro deseo fue
ser como los pueblos
que os asesinaban.
¡Bien, ya lo habéis conseguido!

Habéis sobrevivido
a quienes os torturaban.
Y ¿no pervive hoy
su tortura en vosotros?

¡Ven
pueblo de Israel!
¡Sal de tu injusticia!
¡Apártate de lo que te convierte
en el hazmerreír de los pueblos!

Incluso los que a tu faz se muestran
amigos buscando su provecho
tuercen la nariz y se mofan
cuando giras la cabeza:

"¿Ahí tenéis al pueblo de la Biblia,
sediento y ávido de venganza
como ningún otro pueblo
de este inmenso mundo
ensangrentado!"

¡Ven
pueblo de Israel!
¡Sal de tu injusticia!
No es demasiado
tarde para el cambio
aún cuando te resulte duro y costoso.
No te hace guiños ni el oro
ni te espera una inmensa fortuna.
Tu único camino
es la reparación.
Ya en tiempos
tus profetas
tuvieron para ti palabras amargas,
tampoco ellos te adularon,
y, sin embargo, tú no lapidaste
a todos,
a veces escuchaste a alguno
aunque raramente por largo tiempo.

Y bien conoces
a dónde lleva el camino
de tu injusticia,
que recorres convirtiéndolo en ruta militar,
el camino de tu arrogancia
sobre el que crece más veloz,
tu angustia oculta que tu valor
sincero
o el número de tus armas.

Ya conoces el final
de quién con su palabra y quehacer
convierte a su entorno en enemigo,
si no hoy mañana,
si no mañana pasado mañana,
y si no cuando tus hijos y nietos.


Y tú sabes
qué significa sufrir y pasar miseria,
conoces por tu propia y larga
experiencia
cincelada en ti,
tan grabada como los surcos
y arrugas
burilados por el tiempo en tu viejo rostro.

Reconoce al fin
el dolor de aquellos a quienes tú martirizas,
no debes regar el dolor sembrado
con nuevo sufrimiento
ni esperar a que crezca y produzca gran cosecha,
superior a la que puedas recolectar
en tu granero.

¡Ven, viejo pueblo
antes de que sea tarde!
¡Sé razonable,
nunca es tarde para cambiar!
¿Acaso aguardas
a que las piedras angulares
de tu casa
comiencen a desmoronarse
bajo los impactos
y fenezcas en sus escombros?

de Erich Fried,
en Entre los poetas míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.8, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2012.

jueves, 15 de marzo de 2018

Estado de la situación

Estado de la situación

No se rinde el río
Frente a la represa
Espera, espera
Sabe que algo de su agua pasará
O rebalsará
Arrastrando todo a su paso

No pretende la represa
Detener al río
Sólo deja pasar lo suficiente
Para que no la rebase
Y aprovecharse
De sus aguas

Por Félix Sánchez Durán.

martes, 13 de marzo de 2018

Derecho de regulación

Derecho de regulación

1.
No la excepción
sino el estado de excepción
confirma
la regla.
¿Qué regla?
Para impedir la respuesta
a esta pregunta
se proclama
el estado de excepción.

2.
El estado de emergencia
se encuentra
a tiro
de la ley marcial
es decir
no más lejos
que la longitud del cuerpo
de una democracia
asesinada.

de Erich Fried,
en Entre los poetas míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.8, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2012.

lunes, 12 de marzo de 2018

Garabatos en el subte (X)

Garabatos en el subte (X)
Rompan todo

"En caso de emergencia
Rompa el cristal
Con el martillo"...
Sólo llego a leer eso
Antes de bajarme
En la estación Congreso.
Hoy, marcharemos.
Creo que a continuación
Decía
Que su uso indebido
Sería sancionado.
¿Quién juzgaría eso?
¿El Sr. Metrovías?

Por Félix Sánchez Durán.

domingo, 11 de marzo de 2018

En el tiempo de los por nacer

En el tiempo de los por nacer
25 años después de la muerte de Brecht

“Mas no por ello ignoramos”
dijiste
“que también el odio contra la vileza
desencaja el rostro,
que también la cólera contra la injusticia
enronquece la voz. Sí, nosotros
que queríamos preparar el terreno a la amistad
no pudimos ser amistosos”.

Eso dijiste a los por nacer.
Ahora callas. Y la cólera contra la injusticia
sigue enronqueciéndoles la voz a algunos.
Pero hoy la mayoría ni siquiera se encolerizan
sino que se han acostumbrado a la vieja y a la nueva injusticia
aquí, allá y en todas partes, y también
a la estricta justicia
que los injustos se imparten unos a otros.

Y aquellos a quienes el odio contra la vileza
les desencajó el rostro están aquí y allá
encerrados tras muros para que nadie pueda verlos, pues la vileza
tiene en muchos países prerrogativas de autoridad superior
y los de abajo se someten o están tan decepcionados
por los intentos fracasados de liberarse
que acaso ya no les queda fuerza para odiar
y hay quien eso lo considera amistad.

“Verdaderamente vivimos en tiempos tenebrosos”
dijiste.

Los tiempos han cambiado pero en conjunto
no se han iluminado desde que escribiste tus versos
y el peligro es hoy mayor que entonces
pues sólo las armas
y no los seres humanos guiados por ellas
se han fortalecido
y sigue siendo cierto lo que dijiste de ellos:
“Para reflexionar en las hermosas tardes
sobre el lugar del que vienen y hacia dónde van
están demasiado cansados.

Y porque todo eso sigue siendo cierto, hoy
los por nacer te pueden entender con facilidad si, más fácilmente
de lo que a ti te gustaría, pese a que precisamente a ti
te gustaba hacerte entender, pero creo
que quizá abrigaste hasta lo último la esperanza
de que muchas cosas cambiarían, de tal modo
que la gente de un tiempo nuevo
no podría entenderte sin ponerse a estudiar el tiempo antiguo.

Pero dado que todavía se te entiende
algunos podrán aprender de ti
cómo mantener la esperanza en la vida, e igual que tú
con astucia y paciencia y cólera seguir preparando el terreno
para la amistad
donde el ser humano sea el que ayuda a su prójimo.

de Erich Fried,
en Entre los poetas míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.8, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2012.

11-M

11-M

Yo me manifesté contra la guerra.
Hice todo lo que un ciudadano puede hacer contra la guerra.
Pegué carteles,
di recitales,
fui a la huelga general contra la guerra
que mi pequeño sindicato convocó contra la guerra.

Hablé, donde pude, contra la guerra.

Ahora, el gobierno de mi país en guerra
me pide que me manifieste
porque el enemigo
ha empezado a tirarnos bombas.

Querían
ir a la guerra
y sólo disparar ellos.

de Antonio Orihuela,
en Once poetas críticos en la poesía española reciente (Enrique Falcón, coord.), Baile del sol, 2007.

viernes, 9 de marzo de 2018

Redistribución de la riqueza

Redistribución de la riqueza*

Sólo los ricos
Sienten
Piedras en sus zapatos

Los pobres
Tienen
Grandes agujeros

Por Félix Sánchez Durán.
*Sospecho que la idea no es mía.
No sé cómo llegó a mi cabeza,
pero allí estaba, esperándome.

jueves, 8 de marzo de 2018

Conversación

Conversación

Dios te perdone al fin tanta tortura;
Bien que a tu mano la movió el despecho
Y daga fina hundísteme en el pecho.
Que no te sea la existencia dura.

Que una vez más conozca la amargura
Importa poco; el corazón deshecho;
Aprende más con tu impiedad. Bien hecho;
Gracias, amigo, que esto me depura.

Iba teniendo una sospecha vaga
De que la llama del placer se apaga
Poquito a poco en el camino humano.

Temblaba acaso por su leve abrigo,
Pero inquietud me ahorras, buen amigo,
Que de un golpe la ciegas con tu mano.

de Alfonsina Storni,
en Entre el largo desierto y la mar, Fondo Editorial Casa de las Américas, 1999.

Y agrega la tercera

III
Y agrega la tercera

—Acaso se lo lleva la que menos le cuesta.
Halló en ella más fácil la vida ya pesada.
Todo cerebro activo lleva un alma quebrada
Y el hombre, en las mujeres, busca un poco de fiesta.

Cuida mejor la casa la mujer que es modesta
Y no tiene una vida mental imaginada.
Si del hombre que adora se comprende engañada
Recibe lo que sobra, y a su lado se acuesta.

No por eso posee la mujer, todo entero,
Al que, sin ser amante, puede ser compañero;
Acaso él también sueña lo mismo que soñamos.

Y, sobre el nudo diario de su vida tranquila,
Regulada, en su pecho luminoso vigila
Un ideal femenino, cuya clase ignoramos.

de Alfonsina Storni,
en Entre el largo desierto y la mar, Fondo Editorial Casa de las Américas, 1999.

La otra amiga

II
La otra amiga

Otra amiga me dice: —Las mujeres mentales
Perdedoras salimos en negocios de amores.
Tenemos, ciertamente, muchos adoradores:
Buscan pequeños sorbos en caídas vestales.

Su corazón lo ponen no en las espirituales,
Que fatigan al cabo. Como cultivadores
Adoran lo que crean: piensan que las mejores
Son aquellas plegadas a sus modos carnales.

Las mujeres mentales somos las plataformas:
Mejoramos los hombres, y pulimos sus normas,
Refinan en nosotras su instinto desatado.

Y cuando, ya cansadas de esperar, les pedimos
El corazón, en cambio del propio que le dimos,
Se lleva la que pasa lo que hemos adorado.

de Alfonsina Storni,
en Entre el largo desierto y la mar, Fondo Editorial Casa de las Américas, 1999.

Rueda

I
Rueda

La casta y honda amiga me dice sus razones:
—Soy joven, no he vivido. ¿Mi marido? Un engaño.
Tengo tres hijos, veo rodar año tras año
En uno como lento sueño sin emociones.

A veces descerrojo, tentada, mis balcones,
Por ver el hombre fino, el soberbio, el huraño.
Inútil. ¡Si pudiera curarme de este daño!
Ay, el amor no es juego que arregle desazones.

Las atenúa, acaso; mas los hombres, mi amiga,
No me valen la pena de un ensayo; desliga
Mi corazón, cercado, su más viva lisonja.

Tengo el cuerpo perfecto y la boca rosada,
Para el amor más alto yo fui seleccionada,
Pero escondo mi fuego bajo un velo de monja.

de Alfonsina Storni,
en Entre el largo desierto y la mar, Fondo Editorial Casa de las Américas, 1999.

Palabras a Delmira Agustini

8-M
A todas ellas...*

Palabras a Delmira Agustini

Estás muerta y tu cuerpo, bajo uruguayo manto,
Descansa de su fuego, se limpia de su llama,
Sólo desde tus libros tu roja lengua llama
Como cuando vivías, al amor y al encanto.

Hoy, si un alma de tantas, sentenciosa y oscura,
Con palabras pesadas va a sangrarte el oído,
Encogida en tu pobre cajoncito roído
No puedes contestarle desde tu sepultura.

Pero sobre tu pecho, para siempre deshecho,
Comprensivo vigila, todavía, mi pecho,
Y, si ofendida lloras por tus cuencas abiertas

Tus lágrimas heladas, con mano tan liviana
Que más que mano amiga parece mano hermana,
Te enjugo dulcemente las tristes cuencas muertas.

de Alfonsina Storni,
en Entre el largo desierto y la mar, Fondo Editorial Casa de las Américas, 1999.
*Dedicatoria del editor del blog.

Naturaleza mía

Naturaleza mía

Naturaleza mía, la que fuera
Como pesada abeja en primavera,
Ociosa y hecha para siestas de oro,
Voraz, aletargable, mudadera.

Bajo las tardes cálidas, dormida
De amor, ya el nuevo amor te daba brida,
Y tú arrastrabas un pesado cuerpo,
Pesado por el zumo de la vida.

¿Qué hice de ti? Para enfrenar tus males
Sobre tus formas apreté sayales,
Y en flagelarte puse empeño tanto
Que hoy filosofas junto a los rosales.

Disminuida, atáxica, robada,
En tu pura pureza violada,
Miras te baten palmas los sensatos
Con tu ya blanca y última mirada.

de Alfonsina Storni,
en Entre el largo desierto y la mar, Fondo Editorial Casa de las Américas, 1999.