Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

domingo, 27 de agosto de 2023

El país se aleja ahora

El país se aleja ahora

El país se aleja ahora
con sus gaviotas huérfanas
y su puerta pesada
Hay
a manera de alba
una sombra y su sarcasmo
El hombre sin cabeza
corre por el laberinto
con lo que le sobrevive de corazón
En su mano
sostiene una inútil
llave manchada
por la guerra y sus falsedades
El ojo
exiliado de su luz
se derrama sobre la arena

de Abdellatif Laâbi,
en Seis poemas de Abdellatif Laâbi (Carlos Vicente-Castro), La Colmena n° 81, enero-marzo de 2014.

sábado, 26 de agosto de 2023

El rey de las lágrimas

El rey de las lágrimas

«llanto: el alimento que él come».
LOUIS ZUFOFSKY

en la cama,
con las manos cruzadas por detrás de la cabeza,
con la ventana abierta,


que mis amigos me vendieron
como carne en la carnicería,

que mis amigas tenían muy buena cara
pero muchas puñaladas;

y sé

que ese coche
que está aparcando
no lo conduzco yo,

que ese perro
que ladra
no es mi perro,

que ese niño
que grita
no es mi hijo,

que esa mujer
que se ríe
no es la mía,

que esa puerta
que se abre
no es la de mi portal,

que esa persiana
que se baja
no es la de mi habitación;

y sé también

que pronto oscurecerá
y que yo, una vez más, un día más, no tendré
ni fuerzas
ni ánimos

para levantarme

y encender

la luz.

de David González,
en https://www.zendalibros.com/11-poemas-de-david-gonzalez/ (15/7/23). 

viernes, 25 de agosto de 2023

IMPRENTA

 IMPRENTA

En el vasto salón flota un murmullo
Cual si una abeja colosal, zumbando,
Trabajara su miel, hermosa y útil.
Máquinas de filosas dentaduras
Y máquinas de brazos incansables:
Monstruos esclavos de la inteligencia,
Papeles tragan, papeles arrojan.
Giran rodajes y poleas huyen:
Son nervios conductores de energía.
En luengos delantales enfundados,
Unos hombres se inclinan silenciosos:
Son los tipógrafos, los que hacen libros,
Eso así pequeñín tan importante
Que puede unir o separar los hombres,
Porque llevarles puede la mentira
Que los separa o la verdad que únelos.
Tipógrafos, obreros silenciosos,
Frente al cajón de letras; sois sagrados:
En vosotros está el unir los hombres; ah, tipógrafos,
El odio y el amor, el bien y el mal,
Pasan por vuestras manos, se hacen libros
Y la mentira o la verdad conducen.
Ah, si de vuestras manos laboriosas
Sólo libros de amor y bien surgiesen;
Si todos los tipógrafos del mundo
Se negasen a hacer los libros de odio
Y los libros del mal. ¡Si se negasen!

de Álvaro Yunque,
en Versos de la calle, Editorial Claridad, 1924.
http://www.alvaroyunque.com.ar/ (7/5/20).

jueves, 24 de agosto de 2023

LOS TRAIDORES HIEDEN

LOS TRAIDORES HIEDEN

Hieden a culpa los traidores.
A odio y abominación
los traidores hieden.

de Jesús Santrich,
en Versos Insurgentes - Poesía Guerrillera, 2007.

miércoles, 23 de agosto de 2023

ÚLTIMO DISCURSO EN LA CORTE

ÚLTIMO DISCURSO EN LA CORTE

He estado hablando mucho de mí mismo
y ni siquiera había mencionado a Sacco.
Sacco también es un trabajador,
un competente trabajador desde su niñez, amante del trabajo,
con un buen empleo y un sueldo,
una cuenta en el Banco, y una esposa encantadora y buena,
dos niñitos preciosos y una casita bien arreglada
en el lindero de un bosque, junto a un arroyo.

Sacco es todo corazón, todo fe, todo carácter, todo un hombre;
un hombre, amante de la naturaleza y de la humanidad
un hombre que lo dio todo, sacrificó todo
por la causa de la libertad y su amor a los hombres:
dinero, tranquilidad, ambición mundana,
su esposa, sus hijos, su persona
y su vida.

Sacco jamás ha pensado en robar, jamás en matar a nadie.
Él y yo jamás nos hemos llevado un bocado
de pan a la boca, desde que somos niños hasta ahora,
que no lo hayamos ganado con el sudor de la frente.
Jamás...
Ah, sí, yo puedo ser más listo, como alguien ha dicho;
yo tengo más labia que él, pero muchas, muchas veces,
oyendo su voz sincera en la que resuena una fe sublime,
considerando su sacrificio supremo, recordando su heroísmo,
yo me he sentido pequeño en presencia de su grandeza
y me he visto obligado a repeler
las lágrimas de mis ojos,
y apretarme el corazón
que se me atorozonaba, para no llorar delante de él:
este hombre al que han llamado ladrón y asesino y
condenado a muerte.

Pero el nombre de Sacco vivirá en los corazones del pueblo
y en su gratitud cuando los huesos de Katzmann
y los de todos vosotros hayan sido dispersados por el tiempo;
cuando vuestro nombre, el suyo, vuestras leyes, instituciones,
y vuestro falso dios no sean sino un borroso recuerdo
de un pasado maldito en el que el hombre era lobo
para el hombre...

Si no hubiera sido por esto
yo hubiera podido vivir mi vida
charlando en las esquinas y burlándome de la gente.
Hubiera muerto olvidado, desconocido, fracasado.
Esta ha sido nuestra carrera y nuestro triunfo. Jamás
en toda nuestra vida hubiéramos podido hacer tanto
por la tolerancia, por la justicia, porque el hombre entienda
al hombre, como ahora lo estamos haciendo por accidente.
Nuestras palabras, nuestras vidas, nuestros dolores— ¡nada!
La pérdida de nuestras vidas —la vida de un zapatero
y un pobre vendedor de pescado—
¡todo! Ese momento final es de nosotros,
esa agonía es nuestro triunfo.

de Bartolomeo Vanzetti,
en Antología de la poesía norteamericana (Ernesto Cardenal Selección), Ministerio del Poder Popular para la Cultura / Fundación Editorial el perro y la rana, 2007.

martes, 22 de agosto de 2023

Los argonautas

Los argonautas

1

Que el río ya no trae agua,
que no hay nada que beber.

¿Qué vamos a hacer?

En el río sólo hay piedras
y arenas muertas de sed.

¿Qué vamos a hacer?

En las campos gruesas grietas,
donde nada va a crecer.

¿Qué vamos a hacer?

Por el cielo nubes muertas,
que nunca van a llover.

¿Qué vamos a hacer?

Que el río ya no trae agua,
que no hay nada que comer.

¿Qué vamos a hacer?

2

Si estoy muerto,
si la vida aquí me estorba,
¿qué me importa los vientos cuánto soplan?

Sea el puerto
al que llegue el mismo infierno.

Si estoy muerto,
si la vida aquí me mata,
¿qué me importa las olas cuánto batan?

Sea el puerto
al que llegue el mismo infierno.

3

¡Ay, golondrina viajera,
llévame tras la frontera!

Allí, la esperanza crece
como el trigo en primavera;
aquí, la mies languidece
y crece sólo la espera.

Allí, la ilusión se mece
a la brisa más ligera;
aquí, la luz se oscurece,
tras la valla prisionera.

¡Ay, golondrina viajera,
llévame tras la frontera!

4

No dejéis que se parta,
mi dulce amigo,
a riberas extrañas,
quede conmigo.

No dejéis que se zarpe,
mi enamorado,
a los extraños mares,
quede a mi lado.

No dejéis que se vaya,
mi amante mío,
sola queda la casa,
con sombra y frío.

5

Olitas del mar
con mi suspirar.

Partióse mi amigo
allende del mar
sin quilla ni vela,
si va a naufragar.

Olitas del mar
con mi suspirar.

6

¡Hermanos,
cien escaleras hagamos
para la valla asaltar!

Cualquier rama,
cualquier palo,
cualquier cuerda,
cualquier trapo
servirá.

Altas, bajas,
rectas, curvas,
escaleras
con locura
de soñar.

Cien escalas
contra el hambre,
contra el vicio
de la sangre,
tan voraz.

Cien peldaños
contra el miedo
de la lucha
por un cielo
de verdad.

Cien aludes,
cien volcanes,
cien torrentes
que proclamen
para siempre
la igualdad.

¡Hermanos,
hagamos cien escaleras
para la valla asaltar!

7

Duérmete, mi niño,
orillas del mar,
que amanecerás.

Tu niño ya duerme,
mi pobre viejilla,
al sol de poniente.

El viento acaricia
su oscura figura
tendida en la orilla.

Las olas arrullan
su sueño desnudo
con nanas de espuma.

Orillas del mar,
que amanecerás.

8

Cien veces me repatriaran,
os lo puedo hasta jurar,
otras tantas lo intentara
para bien o para mal.

Barça o barsaj.

Éramos diez compañeros,
cada uno de un lugar,
a cinco nos detuvieron,
a cinco los tragó el mar.

Barça o barsaj.

Luego seis meses vacíos
confinado en un solar
tras un alambre de espino,
gusano en un gusanar.

Barça o barsaj.

De vuelta me llevan ahora
lo mismo que a un criminal,
con un chándal y una bolsa,
el pan se ha quedado allá.

Barça o barsaj.

Y cuando llegue a mi pueblo,
otra vez a mendigar
y conseguir el dinero
para volverme a embarcar.

Barça o barsaj.

9

¡Yo no sé qué es lo que tienen
los ojos de esas morenas!
¡Ay, morena!, si tú quieres,
de entre las rejas te saco
y te arreglo los papeles.

¡Ay, morena!, soy muy hombre,
si me dices qué te duele
cuelgo por ti el uniforme.

¡Yo no sé qué es lo que tienen
los ojos de esas morenas!

10

Salí de mi tierra
para huir del frío.
Dejé a mi mujer
y dejé a mis hijos.

Los días trabajo,
las noches suspiro.
No tengo una manta
que me tape el frío.

11

La vida no la vivía
enterrado allá en mi pueblo
sin trabajo y sin comida,
tal como viven los muertos.

La vida no la vivía
y ahora vivo como un perro.

La vida no la vivía,
esperando en aquel puerto
con hambre, palos y tiña
tal como viven los perros.

La vida no la vivía
y ahora la vivo muerto.

La vida no la vivía
hacinado entre los cuerpos
sin vida de la almadía,
tal como viven los muertos.

La vida no la vivía
y ahora vivo como un perro.

Y ahora me roban la vida,
echándome el amo un hueso
tras la jornada del día,
tal como viven los perros.

La vida no la vivía
y ahora la vivo muerto.

de Conrado Santamaría Bastida,
en Cancionero de escombros con hoguera, Biblioteca Omegalfa, S/F.

lunes, 21 de agosto de 2023

si mi poesía...

si mi poesía incomoda por mediocre
si mi poesía incomoda por panfletaria
si mi poesía incomoda por mal escrita
algo habrá hecho bien mi poesía

Por Félix Sánchez Durán.

domingo, 20 de agosto de 2023

hoy...

hoy
tenemos que avanzar
sin siquiera seguir
una zanahoria
no somos burros, no
pero hoy
            hoy
                hoy
tenemos que avanzar
sin tener siquiera
                            una zanahoria

Por Félix Sánchez Durán.

hemos condenado...

hemos condenado
a la nueva juventud militante
a militar la desesperanza
el miedo
la resignación
y en esa condena
nos hemos condenado

Por Félix Sánchez Durán. 

no elegiremos...

no elegiremos
qué país queremos
sino la oposición
al adversario
que tendremos
que enfrentaremos

Por Félix Sánchez Durán.

Balada de Karim, un niño más de Palestina.

 Balada de Karim,
un niño más de Palestina.

Karim era un niño más de Palestina
creciendo con el miedo como rutina
provocado por la barbarie de Israel.

Pero Karim crecía feliz y sano
buscándole a la vida el lado humano
ante un panorama mísero y cruel.

Karim tenía nueve años, sólo nueve
cuando desde el cielo en vez de nieve
cayeron los misiles de Sión.

Impactaron cerca, Karim salvó la vida,
pero a su madre la dio por perdida,
quedó sepultada en la habitación.

Su hermana pequeña también yacía
y a Karim se le marchitó la alegría,
el odio y la rabia todo lo pudieron.

Las justificadas ganas de venganza,
el vivir bajo la única esperanza
de hacer daño a quienes le hirieron.

Sin entender el absurdo de la guerra
de quienes les arrebataban la tierra
y lo sembraban todo, todo de muerte.

Karim empezó a tener las cosas claras,
leyendo textos de Marx y de Guevara
dejó de ser un niño y se hizo fuerte.

Con quince años Karim de sobra sabía
que tenía que canalizar la rebeldía
y estaba listo para a su pueblo servir.

Que antes que una vida de rodillas
era más digno enrolarse en la guerrilla
sin más meta que vencer o que morir.

Empezó a colaborar con la Resistencia,
quería combatir, pero tuvo paciencia,
aún era joven para el fusil empuñar,

tenía que crecer en cuerpo y en ideas
para estar preparado para la pelea
en las milicias del Frente Popular.

Así Karim siguió con su formación
en tareas de propaganda y agitación
creció como persona y como militante.

Con dieciocho Karim ardía de ganas
de vengar a su madre y a su hermana,
de llevarse a muchos por delante.

Entonces llegó su fecha más ansiada
el día de pasarse a la lucha armada
de combatir al huracán como huracán.

De empuñar en sus manos el fusil,
de la guerra contra el enemigo hostil,
de la conquista por la tierra y el pan.

Destacaba en su tesón de guerrillero,
en cada batalla era el más fiero,
pues prefería morir a echarse atrás.

A sabiendas, Karim, de que algún día
la muerte a su puerta llamaría,
él no pensó en retroceder jamás.

A Karim le sobraban los motivos
para preparar artefactos explosivos
y atacar a los verdaderos terroristas.

Culminó varias exitosas misiones,
participó en numerosas acciones,
hizo sangrar mucho a los sionistas.

El enemigo le temía, iba a por él,
era objetivo prioritario para Israel
y no iban a escatimar en darle caza.

Aquel niño palestino llamado Karim
presentía así que se acercaba su fin,
orgulloso de ser una amenaza.

Se hizo pronto la noche de aquel día
y mientras Karim sin miedo dormía
cayeron del cielo los misiles de Sión.

Con una puntería basta y certera
redujeron a escombros su madriguera
y Karim nunca más se despertó.

Había muerto y a la vez vencido,
pues nunca lo vieron sometido,
y Karim sabía de su enorme victoria.

Morir por el pueblo es vivir eternamente,
Karim no murió y como combatiente
alcanzó los paraísos de la gloria.

de Aitor Cuervo Taboada,
en Bombas, poemas y otras necesidades, Aitor Cuervo Taboada, 2013.

sábado, 19 de agosto de 2023

FELICES LOS NORMALES

FELICES LOS NORMALES

A Antonia Eiriz
Felices los normales, esos seres extraños.
Los que no tuvieron una madre loca,
un padre borracho, un hijo delincuente,
Una casa en ninguna parte, una enfermedad desconocida,
Los que no han sido calcinados por un amor devorante,
Los que vivieron los diecisiete rostros de la sonrisa
y un poco más,
Los llenos de zapatos, los arcángeles con sombreros,
Los satisfechos, los gordos, los lindos,
Los rintintín y sus secuaces, los que cómo no, por aquí,
Los que ganan, los que son queridos hasta la empuñadura,
Los flautistas acompañados por ratones,
Los vendedores y sus compradores,
Los caballeros ligeramente sobrehumanos,
Los hombres vestidos de truenos y las mujeres de relámpagos,
Los delicados, los sensatos, los finos,
Los amables, los dulces, los comestibles y los bebestibles.
Felices las aves, el estiércol, las piedras.
Pero que den paso a los que hacen los mundos y los sueños,
Las ilusiones, las sinfonías, las palabras que nos desbaratan
Y nos construyen, los más locos que sus madres,
los más borrachos

de Roberto Fernández Retamar,
en Un pulso que golpea las tinieblas, Partido de la Revolución Democrática (PRD-DF)/Para Leer en Libertad A.C., 2012. 

viernes, 18 de agosto de 2023

Despatriada

Despatriada

No tengo dónde vivir.
Escogí las palabras.
Allá quedan mis libros
Mi casa. El jardín, sus colibríes
Las palmeras enormes
Las apodadas Bismarck
Por su aspecto imponente.
No tengo dónde vivir.
Escogí las palabras.
Hablar por los que callan
Entender esas rabias
Que no tienen remedio.
Se cerraron las puertas
Dejé los muebles blancos
La terraza donde bailan volcanes a lo lejos
El lago con su piel fosforescente
La noche afuera y sus colorines trastocados
Me fui con las palabras bajo el brazo
Ellas son mi delito, mi pecado
Ni Dios me haría tragármelas de nuevo.
Allí quedan mis perros Macondo y Caramelo
Sus perfiles tan dulces
Su amor desde las patas hasta el pelo.
Mi cama con el mosquitero
Ese lugar donde cerrar los ojos
E imaginar que el mundo cambia
Y obedece mis deseos.
No fue así. No fue así.
Mi futuro en la boca es lo que quiero
Decir, decir el corazón, vomitar el asco y la ranura.
Queda mi ropa yerta en el ropero
Mis zapatos mis paisajes del día y de la noche
El sofá donde escribo
Las ventanas.
Me fui con mis palabras a la calle
Las abrazo, las escojo
Soy libre
Aunque no tenga nada.

Octubre, 2021

de Gioconda Belli,
en https://www.caratula.net/poema-despatriada// (27/6/23) // Poema: Despatriada, Carátula.

jueves, 17 de agosto de 2023

Victoria quiero que me cuentes...

Victoria quiero que me cuentes
en este domingo tibio de febrero
qué es lo que has hecho
qué picardías escondes en tu mano
por qué corres de tu madre
a ver, acércate, vamos a hablar
yo te contaré una historia
de niños, muchos niños que viven
en un país sin nombre, en una
tierra cubierta de flores; por las tardes
se escucha el canto de violines
y los niños cantan también
tomados de la mano, bailan
y juegan y asi ya no piensan
más en sus dolores pasados, en sus
penas; en su tierra todo florece, y
las noches son dulces, sabes Victoria,
esta es sólo la última parte de la
historia: la otra nos queda pendiente.
Oye
tu madre nos llama, vamos ya.

de Francisco Lussich,
en Escritos de la cárcel (la expresión poética de los presos políticos), Centro Integración Cultural, Vol.1, 1986.

miércoles, 16 de agosto de 2023

Déjà vu impresionista

Déjà vu impresionista

En el jardín, la joven madre abraza a su pequeña

Es bella la escena, como una pintura impresionista:

Luz de la mañana, cielo despejado.  Bajo el sol
plantas esmeralda     jade     malaquita

y las intensas manchas de colores
de las flores

De cerca, se nota que la madre está llorando
y la pequeña no sabe qué hacer

pues no entiende
que el padre ha echado a la madre de la casa

Sólo está asustada, y consuela a la madre
con sus medias palabras

llorando ella también, sin saber por qué.

de Daisy Zamora,
en https://www.caratula.net/poemas/ (27/6/23) // Poemas, Carátula.