Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.
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domingo, 10 de octubre de 2021

POSIBILIDADES

POSIBILIDADES

Hemos resuelto no existir. Mejor dicho
se ha resuelto que no existiéramos.
Así quedamos quietos, en el fondo,
sin hacer nada.

Como niños demasiado buenos
que han renunciado al juego por no hacer ruido
y ni hablar ni leer, porque hay crujidos
al dar vuelta las hojas.

Adelgazados, sí, casi sin peso,
sin movernos, ya dije.
Sólo queda mirar a quien no mira,
no nos ve casi nunca.

Pero a veces!

A veces existimos todavía
en forma de punzadas silenciosas.
Un pensamiento-aguja, voz-astilla
da el inaudible grito: “Todavía!”.

de Circe Maia,
en Cambios, permanencias, Ediciones Siete Poetas Hispanoamericanos, 1978.

sábado, 25 de septiembre de 2021

Flor nocturna

Flor nocturna

Se durmió sin pensarlo el angelito,
Su pecho late apenas,
El mármol del palacio es duro y frío;
¿Son siempre así las gradas de las puertas?...

Su rostro amoratado con el tinte
De cárdenas violetas
Que estuviesen muriendo en su semblante
Como en límpida copa de azucena.

Abierto el pecho al vendaval helado,
Desnuda la cabeza:
Allá en el infinito muchos astros,
Muchos ángeles tristes en la tierra.

Tiene mal de cariño y se acurruca
En su propia miseria,
Como las flores que al llegar la noche
Sobre su mismo cáliz se repliegan.

Y mientras cruza sollozante el viento
Lloran quizá, o sueñan;
Llorar... soñar... ¿quién sabe la rapsodia
De ese llanto precoz cuajado en perlas?

Sin padre ha tiempo lo dejó el destino,
Flor en capullo seca;
Tiene madre, mas, ¡ay! tanto ha llorado
Que anegada en el llanto quedó ciega.

Dicen que era más linda que una rosa
Cuando en abril revienta,
Y eclipsaron las nubes sus miradas
Como eclipsan también a las estrellas.

Y aquel niño es la vida de su vida,
A él sus lágrimas llegan,
Y las enjuga con sus mismos labios
Con tantos besos como el pobre deja.

Y el rapaz inocente se ha dormido
De un palacio en la puerta;
¡Cuánto calor de alfombras hay adentro,
Cuántas frígidas ráfagas afuera!...

El gorrión acurrucase en su nido
Y entre chirridos sueña;
Y hay ángeles tendidos en los diarios
Que vender no pudieron en la brega.

Habla... llora... delira ¿qué le pasa?...
Parece que ahora sueña:
"Mamá... mamá... no llores madre mía,
¿Ha mucho que me lloras y me esperas?

"Ya he vendido bastantes, madre mía,
Ya muy pocos me quedan,
No faltará para comer mañana;
En ti pienso, mamá, por Dios, no temas."

Y sus palabras al brotar trementes
En su boca se hielan
Como caireles de virgínea escarcha
Que de sus labios oscilantes cuelgan.

¡Qué triste el mundo, oh Dios!, cuando del teatro
Los millonarios vuelvan
Acaso digan empujando al chico:
"¿Qué haces aquí, pillete?, no te duermas."

¡Oh, qué páramo el mundo... qué perverso!
Qué triste la pobreza
Cuando hay hombres que duermen entre plumas
Y niños que se duermen en su puerta.

De Alfonso Durán,
en Flores de un Otoño, Antonio Molinari Casa Editora, 1922.

martes, 21 de septiembre de 2021

CANCION DE PAZ

CANCION DE PAZ

Duermen los niños en sus cunas,
Las buenas madres velando están,
¡Duermen los niños! ¡Juegan los niños!
Esa es la paz.

Cantan los niños en la escuela,
Vuela en los aires coro jovial.
¡Cantan los niños! ¡Juegan los niños!
Esa es la paz.

A la distancia en la llanura
Se eleva el humo del dulce hogar,
Vuelan en torno las golondrinas:
Esa es la paz.

En los jardines florecidos
Desgrana perlas el fontanal.
Hay un idilio junto a la fuente:
Esa es la paz.

Diez mil navíos en las dársenas.
Diez mil navíos van a zarpar.
Por el mar vienen diez mil navíos:
Esa es la paz.

Por los senderos en tumulto
Los campesinos vienen y van;
Pasan cantando los campesinos:
Esa es la paz.

Vibra la vida en las metrópolis.
Destruye y crea sin descansar.
¡Vibra la vida! ¡Triunfa la vida!
Esa es la paz.

Y en las aldeas y ciudades
Y en las montañas y en las campañas
Ninguno falta. todos están:
Están los viejos y están los jóvenes.
¡Están los hijos y están las madres!
Esa es la paz.

de Mario Bravo,
en Versos para niños, Editorial Claridad, 1936 (?).

lunes, 13 de septiembre de 2021

EL HIJO DE LA CALLE

EL HIJO DE LA CALLE

Su rostro demacrado, su ropa hecha jirones,
los párpados rojizos, quebrantada la voz , . .
Alargaba su mano con gesto de vencido:
"-¡Señor..., una limosna por el amor de Dios!

De noche, cuando todos los niños se dormían
bajo el beso sublime del amor maternal,
el niño solitario, mendicante y vencido,
dormíase llorando junto al regía portal.

No tenía una madre que algo lo consolara,
que algo lo consolara en su eterno sufrir;
no tenía una madre que viniera a enjugarle
las lágrimas de su alma, dulcemente infantil.

Vagaba diariamente por las áridas calles,
empujado hacia ellas por un inquieto afán:
Hallar algún mendrugo para saciar su hambre,
o algunos centavitos para comprarse pan!

Y el niño demacrado, del traje hecho jirones,
de párpados rojizos, de quebrantada voz,
alargaba su mano con gesto de vencido
pidiendo una limosna, por el amor de Dios...

.............................................................

En cierta mañana cuando poco a poco
llegaba a la tierra la luz matinal,
el sol, con sus luces, besó dulcemente
al limosnerito muerto en el umbral...

de Eduardo Octavio Zapiola,
en Versos para niños, Editorial Claridad, 1936 (?).

lunes, 6 de septiembre de 2021

EL PAJARO Y EL NIÑO

EL PAJARO Y EL NIÑO

Un pajaríllo
dieron a BIas,
niño travieso,
buen perillán.
Atale un hilo,
le echa a volar.
y el prisionero
quieto se está.
BIas le decía:
-Torpe animal.
goza el permiso
que hoy se te da.
Largo de sobra
es el torzal;
vuelos bien altos
puedes echar.-
-No- dice el ave, que
en realidad
ese bien, luego,
tórnase mal.
Tú, de la pata
me tirarás,
siempre que el vuelo
quiera yo alzar.-

......................................

No hay servidumbre
que aflija más
que una con visos
de libertad.

de Juan Eugenio Hartzenbusch,
en Versos para niños, Editorial Claridad, 1936 (?).

viernes, 6 de agosto de 2021

Yo te odio...

Yo te odio. Dicen que odiar es feo.
No me importa lo que dicen, te odio.
Pero porque amo demasiado otras cosas.
Quién es tu dueño? - El hombre del botón.
Quién es el dueño del hombre del botón?
El hombre del escritorio subalterno de
otro hombre subalterno de otro hombre
subalterno de...
así, hasta llegar a un gran Anormal.
El dedo y el botón. El botón y el dedo.
Al final de los mandatos: un Gran Inmundo.
(o Grandes Inmundos?)
Te odio. Quiero cortarte el dedo.

de Kenji Matsumoto (alumno de la Escuela N9 de la ciudad de HIROSHIMA),
en Eco Contemporáneo, n°1, 1961.
http://americalee.cedinci.org/wp-content/uploads/2021/04/EcoContemporaneo_n1.pdf (25/7/21).

martes, 3 de agosto de 2021

Delincuentes

Delincuentes

Puede justificarse la ignominia.
Hay siempre, en lo recóndito del alma
una pasión que impulsa al delincuente:
tal vez la sed de amor, la sed de agua,
la sed de libertad. Cuando en la noche,
firme el puñal enmohecido, rasga
el corazón que le llenó de cieno
así como se llena una cloaca
¡el juez castiga pero el hombre absuelve!...

Puede justificarse hasta la infamia.
Hay siempre un pensamiento que vigila
la soledad del hombre. Carne humana,
el espasmo no sabe de virtudes.........
Cuando en la noche silenciosa y clara
el cuerpo vibra y se extremece, todo
convida á delinquir. La mano palpa
sedosamente el pecho de la hembra,
que si resiste morirá.........

No basta
ser juez para ser justo. ¿Quién ha visto
una llave ganzúa en la casaca
de un marqués? .... ¿En qué triste calabozo
está el capitalista que robara
una bolsa de coles?......... La justicia
no es esa letra de la ley, creada
por unos hombres hartos y felices
para unos hombres infelices, para
unos hombres hambrientos.........

En el lodo,
allí del malecón junto á las aguas,
hay muchas criaturas que no comen....
pero Dios no las ve, Dios no las ama
¡Dios no les da polichinelas!..... Viven
entre degenerados y canallas,
que también fueron niños como ellos...
Tienen guedejas de color de ámbar
y tienen corazón......... Yo los he visto
cerca del caballete, con dos alas,
sirviendo de modelos al artista
que decoró el altar de tus plegarias,
en ese templo en que se piden cobres
con bandejas de plata!

La ley no los corrige, los encierra
como si fueran delincuentes!.... ¡Nada
sinó la eterna sombra y el cerrojo
para el mejoramiento de las razas!
En el nombre de Dios van al Asilo,
luego al cuartel en nombre de la patria
y por último, en nombre de las leyes
¡á la penitenciaría! .........

de Federico Gutiérrez,
en Entre el pueblo, Ideas y Figuras - Revista Semanal de Crítica y Arte, año II, número 45, marzo de 1911.

viernes, 30 de julio de 2021

viernes, 23 de julio de 2021

Ojitos

Ojitos




     

de Carmen Natalia (Martínez Bonilla),
en Alma Adentro, UCMM, 1981. 

viernes, 28 de mayo de 2021

A propósito de unas fotos de periódico

A propósito de unas fotos de periódico

1. Carbunco*

Sobre dos columnas de la primera página yacen dos niños desnudos
sobre dos columnas de la primera página con la piel en los huesos.
Tienen la carne agujereada, reventada.
Uno es de Diyarbakïr, el otro de Ergani.
Tienen los brazos y las piernas raquíticos
enorme la cabeza
y un grito pavoroso en sus bocas abiertas
en la primera página dos ranitas aplastadas a pedradas.
Dos ranitas
dos hijos míos, enfermos de carbunco.
Quién sabe cuantos miles se nos van en un año
sin haber podido saciar siquiera su sed.
Y el señor subsecretario:
(así lo agarre el carbunco)
«No hay ningún motivo para preocuparse», dice.

(3 de agosto de 1959)
*Carbunco es el nombre de una enfermedad infecciosa.

2. El jefe de policía

Abierto como una herida, el sol en el cielo se desangra.
Un aeródromo.
Los presos preventivos, las manos sobre el vientre:
porras, jeeps,
muros carcelarios, comisarías
y cuerdas que se balancean sobre el patíbulo
y los paisanos que no aparecen
y un niño que no pudo soportar la tortura
y se tiró desde el tercer piso de la Jefatura.
Y ahí está el señor Jefe de Policía
baja del avión
vuelve de América
de un curso de formación.

Estudiaron métodos para no dejar dormir
y quedaron encantados
de los electrodos aplicados en los testículos
y también dieron una conferencia sobre nuestras celdas de castigo
ofrecieron satisfactorias explicaciones
de cómo poner huevos recién hervidos en los sobacos
y cómo despellejar delicadamente la piel con cerillas encendidas.

El señor Jefe de Policía baja del avión
vuelve de América
porras y jeeps
y cuerdas que se balancean sobre el patíbulo
ha vuelto el jefe dicen encantados.

(1959)

de Nazim Hikmet,
en Poesía social y revolucionaria del siglo XX (selección de Jorge Brega), Editorial Agora, 2012.

domingo, 28 de marzo de 2021

Ella y el miedo

Ella y el miedo

Creció con ella
subrepticio
recóndito
con apariencias tan cambiantes
que nadie lo reconocía.
Ni ella misma
que se creía valiente.
No iba acompañado
de monstruos o fantasmas,
no surgía
de cuartos oscuros
ni de abismos.
Invisible temblaba
en su palabra tímida,
se volvía un velo
ante el paisaje luminoso,
una barrera
ante el fruto apetecido,
una sonrisa
ante la decepción.
Paralizaba la mano
que iba a tenderse
hacía una mano amiga.

Bajaba por los párpados
sobre la mirada
en que por un instante
brillaría la dicha.

Aunque era una niña quieta,
tenía miedo
de hacer ruido
porque alguien dormía a su lado.
Tenía miedo
de correr por la casa solitaria
donde sus pasos despertaban
resonancias extrañas.
Como era una niña silenciosa
tenía miedo de cantar,
porque su voz despertaría
resonancias extrañas
en su alma solitaria.
Y temía las palabras,
las duras palabras que hacen daño
y las dulces palabras
que querían anidarse
en su corazón erizado.
Las palabras de los otros
y las suyas.
Miedo de lastimar
y miedo
de ser lastimada.
Y si la asustaban
las puertas cerradas
a las que no osaba tocar,
ay, cuánta desazón,
ante una puerta abierta…
Vivía
como en un retrato de juventud:
vestida de baile
adornada de rosas,
fina, dulce y sonriente,
pero inmóvil
en el umbral iluminado
de esa fiesta
donde el miedo
la dejó para siempre detenida.

de Alaíde Foppa,
en https://periodicodepoesia.unam.mx/texto/la-desvanecida-imagen/ (20/12/20).

sábado, 6 de marzo de 2021

Mundos

Mundos

¿Cómo hablar de niñitas
Pómulos mofletudos, mirada risueña
Que tienen más juguetes de lo necesario
Pero quieren más, y más, y más?
Tengo el espíritu lleno de niñitas
Pómulos ahuecados, mirada perdida
Que no tienen por juguetes más que piedras
Y polvo, más de lo necesario.

¿Cómo hablar de niñitos
A los que no les gusta esto, que no quieren lo otro
Y que les echan a los perros su comida
De vez en cuando, cuando se les antoja?
Tengo el espíritu lleno de niñitos
Que nunca tienen buenas cenas
Y comen lo que encuentran
De vez en cuando, cuando tienen suerte.

¿Cómo hablar de jóvenes
Pluma Parker, libros empastados,
Que acumulan pieles de asno
Toda su vida, pues es su destino?
Tengo el espíritu lleno de jóvenes y viejos
Que no saben leer ni escribir
Y firman “X” en los documentos
Toda la vida, pues es su destino.

¿Cómo hablar de esta felicidad
Hecha de abundancia de tantas cosas
Día tras día hasta el infinito?
Tengo el espíritu lleno de este desamparo
Hecho de muy poco de demasiadas cosas
Día tras día hasta el infinito.

de Marlène Rigaud Apollon,
en "Haití en femenino - Veintidós voces" (Saint-John Kauss "John Nelson"), Cuadernos de Literatura del Caribe e Hispanoamérica, n°18, julio-diciembre, CONEL Publishing, 2013.
Versiones al español de Cristina García, María García y Alejandro Múnera. 

sábado, 6 de febrero de 2021

A una dama que lamenta la dureza de mis versos

A una dama que lamenta la dureza de mis versos
 
Sucede que cuando salgo, lo primero que veo
es un vagabundo que hurga en la basura.
A veces, una loca sombrea su miseria
frente a mi casa.  Y el vacío de sus ojos insomnes
entenebrece la luz de la mañana.

Esquinas y semáforos invadidos por gentes
que venden cualquier cosa… enjambres de niños
se precipitan a limpiar automóviles
a cambio de un peso, un insulto, un golpe.
Adolescentes ofertan el único bien: sus cuerpos.
Mendigos, limosneros, drogadictos: la ciudad entera
es una mano famélica y suplicante.

Usted vive un mundo hermoso: frondosas arboledas
canchas de tenis, piscinas donde retozan
bellos adolescentes. Por las tardes
niñeras uniformadas pasean en cochecitos
a rubios serafines.
Su marido es funcionario importante.
Usted y su familia vacacionan en Nueva York o París
y en este país están solo de paso.

Lamenta mis visiones ásperas. Las quisiera suaves,
gratas como los pasteles y bombones que usted come.
Siento no complacerla. Aquí, comemos piedras.

de Daisy Zamora,
en https://periodicodepoesia.unam.mx/texto/como-la-tierra-cuando-la-parte-el-rayo/ (17/10/20).

miércoles, 3 de febrero de 2021

Retorno a la sonrisa

Retorno a la sonrisa

Los niños
nacidos
a finales
del siglo
serán alegres.

(Su sonrisa
es de sonrisas
colectivas).

Yo,
hombre en lucha
a mediados del siglo,
digo: a finales del mismo
los niños serán alegres,
volverán otra vez a reír,
otra vez a nacer en los jardines.
Desde
mi oscuridad amarga
salgo y sobresalgo
de mi tiempo duro
y veo el final
de la corriente:
niños alegres,
¡no más alegres!
aparecieron
y se levantaron
como un sol de mariposas
después del aguacero
tropical.

Los niños
inundaron
el mundo
con su canto,
lo veo hoy,
1957, mediados
del siglo 20,
en lejano
país de América,
en la cuna del maíz.
Desde mi tiempo áspero
veo un rostro de niño
inundando de gran felicidad
silvestre y colectiva.

Veo los niños alegres
rodeados de inquisidores;
polizontes con hambre
y funcionarios con miedo,
y,
soy feliz en mi presidio
lleno de casas y calles
y látigos y hambre,
porque veo la salida del sol
lleno de flores, talcos y juguetes.
Soy feliz por la niñez futura,
cuya ágil estatura nueva
la llevo guardada
en mi corazón
pobrísimo.
Soy feliz con mi alegría,
porque nada puede impedir
el nacimiento de los niños
al finalizar mi siglo 20,
bajo otra forma de vivir,
bajo otro aire profundo.
Soy feliz por la niñez del mundo
venidero, y, lo procuramos a grandes
voces, lleno de júbilo universal.

de Otto René Castillo,
en Vámonos Patria a caminar, yo te acompaño, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2019.

martes, 2 de febrero de 2021

Cambiamos

Cambiamos

*
muerdo tristeza
no hay escapatoria
los días duelen
*
cambió todo
las cacerolas duermen
en los bolsillos
*
nunca se fueron
a pesar de los muertos
ese diciembre
*
son demasiados
nuestros brazos lloran
estamos solos
*
¿confiar? ¿en quién?
el perro en un sillón
lame decretos
*
tiene ocho años
dos balazos de goma
y miedo... miedo...
- ¿delito cometido?
- sonreír en la villa
*
faltan árboles
y sobran policías
no hay futuro

de Víctor Cuello,
en Poemas de la Resistencia, Poetas Peronistas/Clara Beter Ediciones, 2016.

martes, 26 de enero de 2021

jueves, 21 de enero de 2021

La ramilletera

La ramilletera

Si de sus claras pupilas
rodó al azote del frío
una gota de rocío
sobre las flores tranquilas,
no fué* mintiendo aflicción
a los que a ella se allegan;
que los niños nunca juegan
con cosas del corazón.

La cesta es un ataúd
de las flores más hermosas;
mas, por lo menos, las rosas
han tenido juventud;
y aunque cortadas están,
las frescas almas que vuelan
parece que se consuelan
con el perfume que dan.

Pero la que sin color
se adelanta por la acera
con una sonrisa artera
que añade precio a la flor,
no ha tenido en su aridez
de peñasco torturado,
ni belleza, ni reinado,
ni perfume, ni niñez.

En el paso se adivina
que es su suerte desgraciada
como la cesta pesada
que la retiene y la inclina,
y que en su alma empieza a abrir,
de las penas al conjuro,
como un gran fantasma oscuro,
símbolo del porvenir.

de Manuel Ugarte,
en Poesías Completas, Casa Editorial Maucci, 1921.
*Del original.

domingo, 17 de enero de 2021

no dejes para mañana

no dejes para mañana
(asamblea de palabras)

siempre mañana y nunca mañanamos
lope

mañana ya no tiene sentido
no es más que una promesa cruel
la rueda de molino la zanahoria de un estúpido palo

es un ahora inmenso el que nos hace falta
con su hogaza de pan caliente
y su sol saliendo entre las nubes

de qué sirve el mañana a tanto crucificado
de qué el futuro de salvación eterna
de qué el porvenir de tanta hambre

ya es hora de que coma el niño
ya es hora de cosechar el ayer
hoy es el día de vivir sin que el mañana nos añore

de Francisco Cenamor,
en Asamblea de palabras, Ediciones Vitruvio, 2007.

miércoles, 6 de enero de 2021

sólo medio libro infantil tenían...

 sólo medio libro infantil tenían
y se lo leyó hasta la mitad
caperucita se encontró con el lobo
no había nada más que contar
medio pan medio vaso de leche
medio libro infantil nada más

sólo medio libro infantil tenían
no tenían nada más…

apartó su madre el libro
la besó en su frente ya fría
y se largó a llorar

Por Félix Sánchez Durán.