Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

jueves, 6 de enero de 2022

Flores de vertedero

Flores de vertedero

1

La cara sucia, descalza,
más pequeña que el bichero,
alegre liba mi amiga
las flores del vertedero.

2

-Dime, mi amiga, ¿qué buscas,
la basura a la cintura,
dentro del contenedor?

-Bajo la luz de la luna,
la basura a la cintura,
yo voy buscando a mi amor.

3

Que juega al aire,
no molestéis a la niña,
que al aire juega.

El hombre con turbia mano
le acaricia la melena.
La niña seria sonríe
en su disfraz de muñeca.

Que al aire juega.

El hombre, avaro y experto,
con el amo regatea.
La niña seria se alisa
sus harapos de princesa.

Que al aire juega.

4

Véndeme, niña,
todas las rosas,
que ha anochecido
y no son horas
de que las niñas
anden a solas.

Véndeme, niña,
las rosas todas,
que ha amanecido
y no conozcas
cuánta tristeza
hay en las cosas.

5

-Yo, por esas deportivas
de marca, no sé qué haría,
la navaja, Dios, te hundía
como a un cerdo en San Martín.

Ocaso de oro y carmín,
chiquillos color canela:
descalzo corre el turista
y alegre por la favela.

6

Tumbado en la sucia acera
como descansan las ratas,
el ojo vivo y las patas
ya prontas a la carrera
(a veces la madriguera
la asaltan negros milicos),
el gamín con sus hocicos
sucios de pegamento
sonríe dichoso al viento
de su ilusión hecha añicos.

7

Bajo el puente te espero,
bajo el puente, tú sabes,
yo cuánto me acuerdo.

Bajo el puente, las aguas
me dan tu reflejo
y tu risa me alegra:
aún queda tiempo.

Bajo el puente, la hoguera
se apaga en silencio,
mas tus brasas me ríen:
aún queda tiempo.

Bajo el puente, los guardias
no bajan por miedo,
y tu sombra se burla:
aún queda tiempo.

Bajo el puente te espero,
bajo el puente, tú sabes,
yo cuánto te quiero.

de Conrado Santamaría Bastida,
en Cancionero de escombros con hoguera, Biblioteca Omegalfa, S/F.

miércoles, 5 de enero de 2022

MI MUNDO

MI MUNDO

Mundos: mi anhelo no se ha cumplido todavía,
no se han cumplido las mágicas bendiciones;
más elevados aún que Dios son mis propios deseos,
tormentosamente despiertan en mi pecho.

He bebido el radiante fulgor de todas las estrellas,
he bebido toda la luz que derrama el sol,
pero todavía mi dolor no tiene recompensa
y mis sueños no han sido satisfechos.

Por lo tanto, ¡a la batalla final, al sacrificio!
Como un talismán.
como un sabio demonio en la bruma
yendo hacia una meta que aún no está cerca.

Pero, son sólo ruinas y piedras muertas
las que acompañan todo mi anhelo.
Donde en radiante fulgor celestial
fluyen todas mis esperanzas, siempre ardiendo.

Ellas no son nada más que estrechas estancias
rodeadas por tímida gente en tomo,
en donde se detiene la frontera de mis sueños
donde mis esperanzas llegan al final de su viaje.

¿Jenny, puedes preguntar por eso qué mis palabras dicen
y qué oculto significado esconden?
¡Ah!, de cualquier manera es inútil hablar
incluso empezar no tiene importancia.

Miro en tus ojos, tan intensos,
más profundos que el piso del cielo,
más claros que la propia luz del sol,
y la respuesta me es otorgada.

Atrévete a disfrutar en vida, siendo bello,
sólo presiona en tu propia mano blanca.
Allá encontrarás la respuesta,
conoce mi distante reino celestial.

i Ah!, cuando tus labios susurraron
tan sólo una tibia palabra,
entonces me sumergí en loco éxtasis,
desamparado fui barrido a lo lejos.

Desde lo más profundo de mi alma,
en nervio y espíritu fui afligido
como un demonio, cuando el gran mago
atacó con relampagueante empeño y habló.

¿Por qué deberían las palabras intentar forzarse en vano,
siendo sonido y nebuloso cansancio
que es infinito, como el dolor anhelante
como tú mismo y como el todo?

de Karl Marx,
en Cantos para Jenny y otros poemas, El Viejo Topo, 2000.

martes, 4 de enero de 2022

lunes, 3 de enero de 2022

Cómo debes ser besado

Cómo debes ser besado

“Cuando te beso,
no es sólo tu boca,
ni tu ombligo,
ni tu regazo
lo que yo beso.

También beso tus preguntas,
y tus deseos,
yo beso tus reflexiones,
tu incertidumbre,
y tu valentía,
tu amor por mi,
y la libertad que te ofrezco,
tu pie,
que hasta mí te trajo
y que de mí te alejará.

Te beso a ti, como eres
y como serás, mañana
y después,
y cuando los días conmigo
queden en el recuerdo”.

de Erich Fried,
en Antología Dispersa, Biblioteca Libre Omegalfa, 2008.

domingo, 2 de enero de 2022

TUS PATRIAS ENTONCES LA DESGRACIA

TUS PATRIAS ENTONCES LA DESGRACIA

Perú, Uruguay y las patrias del
amor mío y desaparecido

Entonces se vio el Pacífico abrirse mientras los Andes
giraban alzándose entre esos muros de agua y eran
como galpones llenos de cruces sus montañas    allí
donde los países yacen y sus pedazos se amontonan en
el medio del paso del mar    encostrados    subiendo

Entonces    poco a poco    como montañas yermas
que hablaran    se escuchó el canto de amor
desaparecido de los países

Unos encima de otros    amontonados    cuando
los Andes giraron cruzándose con las playas y
fueron ellos los encostrados muros del mar

Donde los cielos humanos se rompen tocándose
las desgarradas carnes    todavía temblorosos
gritando que hasta los mismos gritos ruegan y es
de cemento el cielo sudamericano

Cuando el abismo del océano mostró la vertical de los
Andes cruzada con la horizontal de las playas y la
cruz del amor muerto iluminó nuestras caras muertas
en el abismo de las aguas    El amor muerto iluminó el
fondo de las rajadas aguas y eran de costra y sangre
nuestros restos mirando las patrias de estas desgracias

de Raúl Zurita,
en Los países muertos, Ediciones Tácitas, 2006.

sábado, 1 de enero de 2022

Año nuevo

Año nuevo

Año nuevo en la sangre de los asesinados. Año nuevo en la sala de torturas
y en el ojo del hombre prisionero
donde un tiempo sin sol hace su nido.

Año nuevo en la mesa del tirano
y en la percha vacía del destierro.
Año nuevo en la madre y en el hijo
separados tan sólo por un puente.

No tienen año nuevo los pueblos como el mío:
será nuevo paisaje, pero la misma ausencia;
será pañuelo nuevo, pero la misma lágrima;
será nueva mortaja, pero distinta muerte.

Pero violo el contrato con mi alma
y créceme en el pecho un abrazo tremendo:
feliz año, arbolito de mi calle,
feliz año, baúles de mi casa…

Que tenga feliz año
la sombra ya sentada de papá,
los sueños nacionales,
las gaviotas y el mar.

Feliz año, dolor,
rabia del pueblo,
odio del justo,
cólera del santo;
feliz año, fusil:
enséñame a cantar los años nuevos.

(1957)

de Juan Gonzalo Rose,
en https://comunistas.superforo.net/t45552-ano-nuevo-poema-de-juan-gonzalo-rose-ano-1957 (7/2/21).

viernes, 31 de diciembre de 2021

Descanso

Descanso

De Roberto Jorge Santoro,
en Presentes, Ministerio de Educación, 2015.

jueves, 30 de diciembre de 2021

Junto a las aguas del Llobregat

Junto a las aguas del Llobregat

Dos mujeres y una niña pequeña
—de tres o tal vez cuatro años—descansan
bajo la sombra de unos abetos.

Desde lejos el rugido del mundo
va regresando una vez más.
Primero algunas palabras al vuelo

entre los hombres que se despiertan
y luego las máquinas
que se hablan entre sí en el idioma

que comparten con los cuerpos celestiales
—planetas, motas de polvo, lejanos sistemas solares—
y que saben lo que es necesario

hacer y lo hacen. Hace ya tanto tiempo,
piensas, de aquellos días, tan diferentes a estos,
bendecidos por vientos favorables

y olvidados en los himnos
que canturreábamos en el largo camino
volviendo del trabajo o en las fábulas infantiles

que intentábamos creer. Nadie repara
en la niña pequeña y sus vigilantes
han desaparecido y nadie se acurruca

bajo la sombra de los abetos.
El aire, brillante y en calma, se queda
de testigo, la única nube perdida

entre el cielo y este lugar no se mueve,
las montañas bajan la vista y guardan
distancia, en algún lugar lejos

el mar sigue trabajando para sí.
Junto a las aguas del Llobregat
nadie se sienta a llorar por los hijos

del mundo, junto al Ebro, el Tajo,
el Guadalquivir, junto a las aguas
del mundo nadie se sienta y llora.

De Philip Levine,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.128, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2019.

miércoles, 29 de diciembre de 2021

Endecha

Endecha

¡Ay, tierra mía!, antes tan rica,
no alientas nada, nada ya crías,
salvo miseria, muerte y ceniza.

Ahora tú eres dos chimeneas,
dos rotas torres, que ya no humean
y un cementerio que a nadie espera.

La lluvia oxida campos desiertos,
casas vacías, calles sin ecos,
el agua espesa de un río muerto.

¡Ay, tierra mía!, antes tan rica,
ahora tan pobre, por tu codicia.
De ti me alejo dando noticia.

de Conrado Santamaría Bastida,
en Cancionero de escombros con hoguera, Biblioteca Omegalfa, S/F.

martes, 28 de diciembre de 2021

Respuesta

Respuesta

Si me preguntaras
qué es lo que más quiero
sobre la anchura de la tierra,
yo te contestaría:
a ti, amor mío, y a la gente
sencilla de mi pueblo.

Dulce eres, como la tierra,
como ella frutal y hermosa.
Pero a ti te quiero.
No por bella que eres.
Ni por lo fluvial de tus ojos,
cuando ven que voy y vengo,
buscando, como un ciego, el color
que se me ha perdido en la memoria.
Ni por lo salvaje de tu cuerpo indomable.
Ni por la rosa de fuego, que se entrega
cuando la levanto del fondo de la sangre
con las manos jardineras de mis besos.
A ti te quiero, porque eres la mía.
La compañera que la vida me dio,
para ir luchando por el mundo.
Amo a la gente sencilla de mi pueblo,
porque son sangre que necesito,
cuando sufro y me desangro;
hombres que me necesitan cuando sufren.
Porque nosotros somos los más fuertes,
pero también los más débiles. Somos la lágrima.
La sonrisa. Lo dolorosamente humano. La unidad
de lo mejor y de lo más deplorable. Lo que canta
sobre la tierra y lo que llora sobre ella.
De ellos recibí esta voz, este corazón inquieto
que me apoya y me fortalece y me lleva consigo.
Por eso los amo como son
y también como serán.
Porque ellos son buenos
y serán mejores.
Y juntos nos jugamos
el destino, con nuestras
manos que todo lo construyen.
Así amo yo la vida
y amo a la humanidad,
amor mío,
cuando te amo y amo
a los hombres sencillos
de mi bello y horrendo país.

de Otto René Castillo,
en Vámonos Patria a caminar, yo te acompaño, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2019.

lunes, 27 de diciembre de 2021

La gran pregunta

La gran pregunta

Los cadáveres que duermen
En los depósitos sin una caricia de hermano
Las aldeas que humean
Los niños pequeños que lloran en los fosos ensangrentados
Nos agobian con su terrible duelo.

Si nos preguntan con sus ojos asombrados
¿Qué les diremos?

Más allá siguen rugiendo los cañones pesados
Segando nuestra desesperanza
Puede seguir inmóvil el arado en nuestros campos
Hasta que cese el tronar del cañón
Seguiremos cantando nuestra canción de libertad.

Hermanos míos, hermanos de cualquier tierra
Hermanos míos para siempre y por siempre
Extiendo mis manos a vosotros
A vuestro dolor tiendo mis manos

Más allá de las fronteras en que nos asesinan
Más allá de los límites del pecho
Si mares y desiertos nos separan
El sonreír del sol nos une al menos
Hermanos de toda la tierra.

Soy aquél que fusilan cada aurora
Que cava junto a vosotros aquí la misma tumba común
Bajo el cielo despejado que ríe
Sobre nuestras altivas cabelleras.

Os estrecho con calor las manos
Y circulo en vuestra sangre
Respirando la misma fiebre.

Nuestros días poseen el mismo color
El mismo gusto acre.

Y lo repartimos con vosotros
Como el pobre pan negro.

de Kostas Thrakiotis,
en Poesía social y revolucionaria del siglo XX (selección de Jorge Brega), Editorial Agora, 2012.

domingo, 26 de diciembre de 2021

EL SACRISTÁN

EL SACRISTÁN

He visto que la gente salía de la iglesia y yo he
querido entrar.
Le he pedido al sacristán que me dejara entrar.
El sacristán se ha puesto en pie delante de la
iglesia
y me ha dicho que dormía y que, por lo tanto, no
me podía oír.

Entonces yo le he dicho que me dejara entrar.
Toda la gente había salido de la iglesia
y la iglesia ha empezado a crecer, a crecer
hasta que el silencio ha cabido enteramente dentro.

Y yo le he dicho al sacristán que, por favor, me
dejara entrar,
que desde pequeño he estado prometiendo que
hoy,
precisamente hoy, entraría en la iglesia.
Pero el sacristán se ha puesto azul y me ha dicho
que era del todo imposible:
cada año le dan la lista de invitados. Yo no estoy.
Y entonces me he echado a llorar para ver si llovía
y nos teníamos que refugiar los dos en la iglesia.

Y le he pedido al sacristán que me dejara entrar.
Pero el sacristán me ha dicho que empezaba a
llover
y que perdonara, pero que tenía que irse a su casa
para ponerse, como cada noche, una inyección de
tiempo.
Entonces le he conjurado para que, en el nombre
de Dios, me dijera las tres razones
por las que yo no podía entrar en la única iglesia
blanca de mi vida.
Cuando me ha dicho la primera razón sus labios
se movían correctamente y, sin embargo,
mis oídos me han servido tan sólo
ruidos de locomotoras y extraños pitidos infantiles.
Cuando me ha dicho la segunda razón,
he comprendido que el sacristán me hablaba en
una curiosa lengua indostánica que yo no
podía entender.
Cuando me ha dicho la tercera razón he visto al
fin que la iglesia había desaparecido
y el sacristán y yo estábamos solos en la llanura
en medio de la lluvia.

Entonces el sacristán se ha apagado de repente
y se ha puesto de rodillas para pedirme que, por
favor,
le ayudara a encontrar nuestra iglesia perdida.
Pero yo le he dicho que tendría que esperar un
poco,
porque había estado muy impertinente
y yo tenía que reflexionar sobre la nueva situación.
Entonces la lluvia se ha llevado al sacristán
y yo he tenido que ponerme de rodillas para pedir
a la lluvia
que, por favor, me devolviera al único sacristán
de mi vida,
porque sin él no podría entrar en la iglesia cuando
la encontrara.

Entonces la lluvia ha encendido sus ojos tormentosos
y he visto con sorpresa que el sacristán era yo
y que tenía delante una pobre mujer, con un niño
en los brazos, que llamaba a la puerta.

Pero no se veía ninguna puerta
y la iglesia, increíblemente pequeña, estaba a
nuestros pies
y además yo acababa de destrozar el campanario

con mis gruesos zapatones de lluvia.

de Lorenzo Gomis,
en Poesía Religiosa - Antología (Leopoldo de Luis), Alfaguara, 1969.

sábado, 25 de diciembre de 2021

Por navidad, discos rayados

Por navidad, discos rayados

Están resonando con alegría
los cánticos de mi tierra

en los grandes almacenes
en los grandes almacenes

¡Soltad la pasta, cabrones,
que es nochebuena!

De Antonio Orihuela Uzal,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.14, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

viernes, 24 de diciembre de 2021

VILLANCICO DEL NIÑO MUNDO

VILLANCICO DEL NIÑO MUNDO

El niño que hoy nace desnudo
no eres tú, Jesús, que es el mundo.

Arrecidito entre pajas,
con padre y gloria en el cielo
y aquí ni una mala manta.

Sin abrigo,
sin calores,
sin amores,
sin amigo.

Todas las nochebuenas
viene y se encarna
un niño que no tiene
pan ni almohada.

Niño y no Dios.
Lo hiere una ventolera,
lo mata un golpe de tos.

Por toda la tierra yace
un dolor casi infinito
que a puros gritos renace.

Ven a verlo, Dios Jesús,
mucho más desamparado,
más solo y triste que tú.

Esta noche es noche mala
porque han venido a nacer
cien mil niños sin un ala
en tierras de sal llover.

No es buena esta noche-buena
ni hay mañana novedad,
la pena sigue tan pena,
la gente tan sin piedad.

Ya no más nos alegremos
pues aunque nos nazca un Dios
cuántos nos desvanecemos
sin un remo ni una voz.

de José Luis Tejada,
en Poesía Religiosa - Antología (Leopoldo de Luis), Alfaguara, 1969.

jueves, 23 de diciembre de 2021

Los asuntos del poeta

Los asuntos del poeta

creer
y crear

De Roberto Jorge Santoro,
en Presentes, Ministerio de Educación, 2015.