Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

lunes, 21 de noviembre de 2022

Comandante dos

Comandante dos

Dora María Téllez
de 22 años
menuda y pálida
de botas, boina negra
el uniforme de guardia
muy holgado.

Tras la baranda
yo la miraba hablar a los muchachos
bajo la boina la nuca
blanca
y el pelo recién cortado.
(Antes de salir, nos abrazamos)

Dora María
la aguerrida muchacha
que hizo temblar de furia
el corazón del tirano.

de Daisy Zamora,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.90, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2014.

domingo, 20 de noviembre de 2022

ROMANCE DE DURRUTI

ROMANCE DE DURRUTI

¿Qué bala te cortó el paso
‐¡Maldición de aquella hora!‐
atardecer de noviembre
camino de la victoria?

Las sierras del Guadarrama
cortan la luz y sombra
un horizonte mojado
de agua turbia y sangre heroica.
Y a tus espaldas Madrid,
con el ojo atento a tu bota,
mordido por los incendios,
con jadeos de leona,
tus pasos iba midiendo
prietos el puño y la boca.

¡Atardecer de noviembre,
borrón negro de la historia!

Buenaventura Durruti,
¿Quién conoció otra congoja
más amarga que tu muerte
sobre tierra española?

Acaso estabas soñando
las calles de Zaragoza
y el agua espesa del Ebro
caminos de laurel rosa
cuando el grito de Madrid
cortó tu sueño en mal hora...

Gigante de las montañas
donde tallabas tu gloria,
hasta Castilla desnuda
bajaste como una tromba
para raer de las tierras
pardas la negra carroña,
y detrás de ti, en alud,
tu gente, como tu sombra.

Hasta los cielos de Iberia
te dispararon las bocas.
El aire agitó tu nombre
entre banderas de gloria
‐canto sonoro de guerra
y dura función de forja‐

Y una tarde de noviembre
mojada de sangre heroica,
en cenizas de crepúsculo
caía tu vida rota.

Sólo hablaste estas palabras
al filo ya de tu hora:
Unidad y firmeza, amigos;
¡para vencer hais de sobra!

Durruti, hermano Durruti,
jamás se vio otra congoja
más amarga que tu muerte
sobre la tierra española.

Rostros curtidos del cierzo
quiebran su durez de roca;
como tallos quebradizos
hasta la tierra se doblan
hércules del mismo acero
¡Hombres de hierro, sollozan!

Fúnebres tambores baten
apisonando la fosa.
¡Durruti es muerto, soldados,
que nadie mengüe su obra!

Se buscan manos tendidas,
los odios se desmoronan,
y en las trincheras profundas
cuajan realidades hondas
porque a la faz de la muerte
los imposibles se agotan.

‐Aquí está mi diestra, hermano,
calma tu sed en mi boca,
mezcla tu sangre a la mía
y tu aliento a mi voz ronca.
Parte conmigo tu pan
y tus lágrimas si lloras.
Durruti bajo la tierra
en esto espera su honra.

Rugen los pechos hermanos.
Las armas al aire chocan.
Sobre las rudas cabezas
sólo una enseña tremola.

Durruti es muerto. ¡Malhaya
aquel que mengüe su obra!

de Lucía Sánchez Saornil,
en Poemas - Mujeres Libres, starm1919/el SetA producciones, S/F. 

sábado, 19 de noviembre de 2022

CONFIDENCIA EN ALTA VOZ

CONFIDENCIA EN ALTA VOZ

Pertenezco a una raza sentimental,
a una patria fatiga da por sus penas,
a una tierra cuyas flores culminan al anochecer,
pero amo mis desventuras,
tengo mi orgullo, doy vivas a la vida bajo este cielo mortal
y soy como una nave que avanza hacia una isla de fuego.
Pertenezco a muchas gentes y soy libre,
me levanto como el alba desde las últimas tinieblas,
doy luz a un vasto campo de silencio y oros,
sol nuevo, nueva dicha, aparición imperiosa
que cae horas después en un lecho de pesadillas.
Escribo, como ven, y corro por las calles,
protesto y arrastro los grillos del descontento
que a veces son alas en los pies,
plumas al viento que surcan un azul oscuro,
pero puedo quedarme quieto, puedo renunciar,
puedo tener como cualquiera un miedo terrible,
porque cometo errores y el aire me falta
como me faltan el pecado, el pan, la risa, tantas cosas.
El tiempo es implacable como un número creciente
y comprendo que se suma en mi frente, en mis manos,
en mis hombros, como un fardo,
o ante mis ojos como una película cada vez más triste,
y pertenezco al tiempo, a los documentos, a mi raza y mi país,
y cuando lo digo en el papel, cuando lo confieso,
tengo ganas de que todos lo sepan y lloren conmigo.

de Sebastián Salazar Bondy,
en Eco Contemporáneo, n°1, 1961.
http://americalee.cedinci.org/wp-content/uploads/2021/04/EcoContemporaneo_n1.pdf (26/7/21).

viernes, 18 de noviembre de 2022

INVITACION

INVITACION

No mueras niño
vindica tu silencio
no crucifiques tanto amor entre estos hierros
anda
sé que ignoras hacia qué o quién
no importa
anda aunque el mundo siga vomitando penumbras
y las caras de lápida se oculten tras los diarios
en el subte
 
Conozco el cansancio con lágrima que apresura
tu derrumbe
no caigas niño
usa el puño
grita
estalla en canto
aunque no sepas que existen
otros caminantes que entre mudez
y llanto cavan el resquicio donde sus fuegos
resisten
 
Criatura
han levantado esta noche un muro de pólvora
lo he visto:
ametralladoras en el cielo y dagas entre sombras
mundo cae
uniformes
tengo fusiles de los árboles esperando un momento

Nadie supone ahora el acontecer de mañana
puede que nada
puede que todo
suceda
o mueran
para siempre los niños o para siempre renazcan

Nutren con temblor sus catapultas de misterio
nadie adivina sus sueños
no mueras niño
hay un gruñir de victorias
en este desierto

de Miguel Grinberg,
en "Ciénagas", Eco Contemporáneo - Cuadernos de la Neva Solidaridad, n°2, 1974.

jueves, 17 de noviembre de 2022

HITLER MAZZINI: COMPARACIÓN ENTRE CHILE EN 1974 Y EL SALVADOR EN 1932

HITLER MAZZINI: COMPARACIÓN ENTRE
CHILE EN 1974 Y EL SALVADOR EN 1932

“No me extraña que calumnien
a la Honorable Junta Militar de Chile.
Los comunistas son así.

Dicen que en unos cuatro meses
los militares han matado
a más de ochenta mil chilenos.

Eso es una exageración
pues las pruebas concretas
dicen que los muertos no pasan
de unos cuarenta mil.

Así fue con lo de El Salvador en 1932.
Los comunistas dicen que el General Martínez
mató en menos de un mes
a más de treinta mil guanacos.

Eso es una exageración:
los muertos comprobados no pasaron de veinte mil.
Los demás
fueron considerados desaparecidos.”

de Roque Dalton,
en Daltónica-Poemas escogidos, El Sudamericano, S/F.

miércoles, 16 de noviembre de 2022

aprenderemos...

aprenderemos
a apreciar el horizonte a través del concreto
aprenderemos
a respirar dióxido de carbono y humo
y transformarlo en oxígeno
aprenderemos
a beber el agua de las cloacas y de los ríos de cianuro
aprenderemos
a alimentarnos de basura procesada y plástico
aprenderemos
a bañarnos con glifosato
aprenderemos
o pereceremos
intentando...

Por Félix Sánchez Durán.

martes, 15 de noviembre de 2022

SOPLA, VIENTO BIENHECHOR...

SOPLA, VIENTO BIENHECHOR...  

Sopla, viento bienhechor, 
sopla y ahuyenta a la lluvia, 
tengo que ganarme el pan, 
el pan de las prostitutas. 

Debo salir a la calle 
para tentar a la bestia, 
debo vagar por la urbe 
que es como yo una ramera. 

Con la faz enjalbegada 
y una sonrisa ficticia 
debo ofrecerme a los hombres 
como una mercadería. 

Y si llueve, qué será 
de mi vestido de seda, 
imán de los transeúntes 
y escucho de mi laceria? 

¿Qué serán de mis ahorros 
y de mi hermana, mi buena 
hermanita que no sabe 
de mi vida “deshonesta’ ? 

Sopla, viento bienhechor, 
sopla y ahuyenta a la lluvia 
tengo que ganarme el pan, 
el pan de las prostitutas.

de César Tiempo,
en Clara Beter - Versos de una..., Editorial Rescate, 1977.

lunes, 14 de noviembre de 2022

EL ÚLTIMO CEMENTERIO

EL ÚLTIMO CEMENTERIO

Incluso la máquina va adormilándose.

Talleres sellados almacenan el metal defectuoso.

El salario a escondidas tras la cortina.

Los jóvenes obreros entierran el amor en el fondo de sus
corazones.

Sin tiempo para expresarla, la emoción se desvanece en el
polvo.

Tienen estómagos de hierro.

Llenos de denso ácido sulfúrico y ácido nítrico.

La industria atrapa sus lágrimas antes de que puedan
derramarlas.

El tiempo pasa, sus mentes se desperdician.

Rinden menos cada vez, duele trabajar horas extras día y
noche.

No son aún viejos, pero sufren mareos habitualmente

La piel se desprende por la fuerza de las láminas.

Cubiertos con capas de aleación de aluminio.

Algunos aún resisten y otros caen enfermos.

Yo me adormezco entre ellos, mientras aguardo

el último cementerio de nuestra juventud

(21 de diciembre de 2011)

de Xu Lizhi,
en Un tornillo cayó al suelo, Mariposas del Caos, 2016.

domingo, 13 de noviembre de 2022

Tal vez lo conocemos...

Tal vez lo conocemos:
el del sol de sur a norte,
el de los árboles que andan,
el del mar que vela por nosotros,
el de los ríos que cantan,
el del sabor en cada pensamiento,
el del pan y la felicidad.
Te digo que ese país lo conocemos,
que está a la vuelta de cada sueño;
y si en él crees, existe:
y si existe, es para ti,
para mí, para todos.
Y nos sonríe largamente.

de Javier Sologuren,
en Eco Contemporáneo, n°1, 1961.
http://americalee.cedinci.org/wp-content/uploads/2021/04/EcoContemporaneo_n1.pdf (26/7/21).

sábado, 12 de noviembre de 2022

Ser y estar

Ser y estar

Oh marine
oh boy
una de tus dificultades consiste en que no sabes
distinguir el ser del estar
para ti todo es to be

así que probemos a aclarar las cosas

por ejemplo
una mujer es buena
cuando entona desafinadamente los salmos
y cada dos años cambia el refrigerador
y envía mensualmente su perro al analista
y sólo enfrenta el sexo los sábados de noche

en cambio una mujer está buena
cuando la miras y pones los perplejos ojos en blanco
y la imaginas y la imaginas y la imaginas
y hasta crees que tomando un martini te vendrá el coraje
pero ni así

por ejemplo
un hombre es listo
cuando obtiene millones por teléfono
y evade la conciencia y los impuestos
y abre una buena póliza de seguros
a cobrar cuando llegue a sus setenta
y sea el momento de viajar en excursión a capri y a parís
y consiga violar a la gioconda en pleno louvre
con la vertiginosa polaroid

en cambio
un hombre está listo
cuando ustedes
oh marine
oh boy
aparecen en el horizonte
para inyectarle democracia.

de Mario Benedetti,
en Antología poética, Editorial Sudamericana, 2000.

viernes, 11 de noviembre de 2022

me levanté sintiéndome raro...

me levanté sintiéndome raro
mis orejas crecieron
pelos por todos lados
mi nariz y mi boca se fundieron
colmillos largos, blancos
y mi voz, un aullido violento
y un hambre voraz
que hizo que me fuera comiendo
lo que quedaba en mí de humano

Por Félix Sánchez Durán.

jueves, 10 de noviembre de 2022

ESTA VOZ QUE NOS CONVOCA

ESTA VOZ QUE NOS CONVOCA

OIGO esta voz que nos convoca
por hondos precipicios de gangrena
mientras nadan los peces homicidas
y la espuma se vuelve cómplice del crimen.

Sólo el viento que se bebe esa espuma,
sólo aires que congelan los trigos,
sólo estepas que calcinan las plantas,
sólo nieblas que aniquilan los sueños,
sólo tumbas que impacientes esperan
no escuchan esa voz
que entre presagios de espanto
insistentemente nos convoca.

(Madrid, junio de 1936)

de Adolfo Sánchez Vázquez,
en Poesía, Fondo de Cultura Económica, 2013.

miércoles, 9 de noviembre de 2022

EN LA PLAZA (Fragmento)

EN LA PLAZA (Fragmento)

Hermoso es, hermosamente humilde y confiante, vivificador y profundo,
sentirse bajo el sol, entre los demás, impelido,
llevado, conducido, mezclado, rumorosamente arrastrado.

No es bueno
quedarse en la orilla
como el malecón o como el molusco que quiere
calcáreamente imitar a la roca.
Sino que es puro y sereno arrasarse en la dicha del fluir y perderse,
encontrándose en el movimiento con que el gran corazón
de los hombres palpita extendido.

Como ése que vive ahí, ignoro en qué piso,
y le he visto bajar por unas escaleras
y adentrarse valientemente entre la multitud y perderse.
La gran masa pasaba. Pero era reconocible el diminuto corazón afluido.
Allí, ¿quién lo reconocería? Allí con esperanza, con resolución o con fe,
con temeroso denuedo,
con silenciosa humildad, allí él también
transcurría.

Era una gran plaza abierta, y había olor de existencia.
Un olor a gran sol descubierto, a viento rizándolo,
un gran viento que sobre las cabezas pasaba su mano,
su gran mano que rozaba las frentes unidas y las reconfortaba.

Y era el serpear que se movía
como un único ser, no sé si desvalido, no sé si poderoso,
pero existente y perceptible, pero cubridor de la tierra.

Allí cada uno puede mirarse y puede alegrarse y puede reconocerse.
Cuando, en la tarde caldeada, solo en tu gabinete,
con los ojos extraños y la interrogación en la boca,
quisieras algo preguntar a tu imagen,
no te busques en el espejo,
en un extinto diálogo en que no te oyes.
Baja, baja despacio y búscate entre los otros.
Allí están todos, y tú entre ellos.
Oh, desnúdate y fúndete, y reconócete. [...]

de Vicente Aleixandre,
en Una mano tomó la otra - Poemas para construir sueños (selección de Pedro Hilario Silva y otros), Comunidad de Madrid, 2004.

martes, 8 de noviembre de 2022

SUEÑO CON CARLOS FONSECA

SUEÑO CON CARLOS FONSECA

Vive
en un barrio de tejas
A salvo de navajazos
por la espalda
Dispuesto
al encuentro
con los pobres
y a la gratitud
de los cenzontles

A mí me quiere no por poeta
sino porque soy llorón
y no me da miedo la muerte

Anoche volvió
vivo y fugaz
en la montaña

Saltaba desde lo alto
como jaguar de terciopelo
y llegaba a darme
el esperado abrazo

Me decía algo
que no recuerdo
y me dejaba en el alma
lágrimas y flores
la certidumbre de un puño
una encomienda de miel
y un derrotero seguro
para las nuevas
victorias

de Tomás Borge Martínez,
en Tomás Borge - Poesía Clandestina Reunida, Marcela Pérez Silva Ed., 2014.

lunes, 7 de noviembre de 2022

ME DUERMO, INCLUSO ESTANDO DE PIE

ME DUERMO, INCLUSO ESTANDO DE PIE

El papel delante de mis ojos destiñe amarillo,

con una pluma de acero esculpo un negro irregular
palabras de trabajo.

Taller, línea de ensamblaje, máquina, tarjeta de fichar,
horas extra, salario...

Ellos me han entrenado para volverme dócil.

No sé gritar o rebelarme,
cómo quejarme o denunciar.

Sólo cómo sufrir silenciosamente el agotamiento.

Cuando pisé este lugar por primera vez

sólo deseaba aquella nómina gris del día diez.

Para concederme algún consuelo tardío

Para ello me encadeno a mi esquina y a mis palabras.

Renuncio a faltar, renuncio a enfermar, renuncio a las
faltas por asuntos personales.

Renuncio a llegar tarde, renuncio a irme temprano.

Por la línea de ensamblaje me mantengo firme como el
hierro y mis manos vuelan.

Cuántos días, cuántas noches habré estado - así - dormido
de pie?

(20 de agosto de 2011)

de Xu Lizhi,
en Un tornillo cayó al suelo, Mariposas del Caos, 2016.