Cuando la justicia se sentía en casa
Algo ha cambiado.
Solo los viejos amigos,
aquellos que compartían los chícharos
y el arroz blanco
en las noches sofocantes de La Habana
me dicen todavía compañera:
designación dulce
que significa camarada o amigo
amante o familia
en esos días luminosos
cuando la justicia se sentía en casa
con nuestro deseo.
Ahora, no pocas veces,
es señora:
regresión a la prehistoria
cuando casada o soltera
joven o vieja
era de mayor importancia.
De todos modos, compañera y compañero
están labrados indelebles
en los troncos oscilantes de las palmas
en el granito de la Sierra Maestra
y a lo largo de la costa oculta
de una Isla que todavía grita libertad
en los vientos huracanados.
De Margaret Randall,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.120, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2018.
Traducción de Víctor Rodríguez Núñez y Katherine M. Hedeen.
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