LA HUIDA - II
Huimos de madrugada
cuando prostitutas y travestis
aún dormían el sueño lascivo
-pero divino-
de sus noches desbocadas
La ciudad era otra entonces
¿Recuerdas?
Aunque siguió siendo la empalizada de siempre
con su identidad de siempre
con sus espectros de siempre
de Franco Ibáñez Zumel,
en Sobrevidas, Casa Litterae, 1987.
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