Atraco frustrado
El miércoles.
Todos sabían cuántos escalones subir,
qué timbre apretar,
la segunda puerta de la izquierda.
Reventaron la caja.
Pero era domingo
y el dinero estaba en la iglesia.
Todos sabían cuántos escalones subir,
qué timbre apretar,
la segunda puerta de la izquierda.
Reventaron la caja.
Pero era domingo
y el dinero estaba en la iglesia.
de Günter Grass,
en Poemas, Visor, 1994.
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