Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

domingo, 14 de noviembre de 2021

QUÉ ALMA ERA MI MADRE

QUÉ ALMA ERA MI MADRE

Se diga lo que se diga, el alma
es una cualidad de la materia
con múltiples posibilidades.
Hay almas ricas en proteínas
y las hay famélicas.
Las primeras se bastan a sí mismas
para existir
y al final se esfuman como un humillo
sin dejar huellas.
Las otras, en cambio, necesitan
a los demás para sobrevivir
a duras penas
y acaban engendrando
un volcán.

El alma de mi madre
estaba compuesta de esta
materia.
No pude asistir a su entierro
y no lo lamento porque
seguramente no habría podido sufrir
que los guardias me vieran
llorar.
La recuerdo inclinada
sobre la tabla de lavar
cantando su canción preferida:
                    “que razón tenía
                        la pena traidora”.
Afanosa
o sentada con una taza de café
entre sus manos
¡qué alma era mi madre!

Se diría que estaba poblada
de terrenales lejanías, como
una paloma.
Fue anarka a su manera,
magnífica paridora y como
casi todas las mujeres del pueblo,
analfabeta.
Ignoraba a los dioses
y a sus profetas.
Cuando me sorprendía
en alguna travesura, solía decir:
                                    “no hagas eso, Manolillo,
                            que está muy feo”.
De manera tan natural y sencilla procuraba
inculcarme toda la bondad
y la belleza
que caben en una vida entera.

Abril 1996

de Manuel Pérez Martínez (Arenas),
en Libertad, no escribiré tu nombre en vano, Edición de autor, 2016.

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