Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

jueves, 25 de mayo de 2023

UNA NOCHE EN EL CEMENTERIO VIEJO - POEMA Á MAYO (fragmento)

UNA NOCHE EN EL CEMENTERIO VIEJO

POEMA Á MAYO (fragmento)

Hundió el sol su corona en occidente,
Y en carro de zafir, la blanca luna
Del mísero aliviaba la fortuna,
Vertiendo olvido en su afligida mente.

De Mayo era una noche: esplendorosa
La vio en su patria el pobre desterrado,
Mas hoy errante, en penas abismado,
La mira triste, lóbrega, enojosa.

Y la bella ciudad, nítido espejo
Era de luz y de gracioso encanto,
Pero á él los ojos embargaba el llanto.
Junto á la cruz del cementerio viejo.

Cuando la angustia le carcome el pecho.
Sin que temor ó religión le asombre,
Siempre á las tumbas se encamina el hombre.
Cual si allí se ocultase el que lo ha hecho.

Apoyóse á una piedra el desterrado,
Y clavando la vista en aquel suelo,
Sintió en sus venas circular consuelo,
Y de espíritu heroico arrebatado:

Sepulcros—exclamó—vuestro hondo seno
De la raza es mansión que supo en Mayo
De los tiranos afrontar el rayo
Con faz altiva y corazón sereno.

En este campo con furor lidiando,
Más de un héroe rindió su noble vida,
Y del déspota aquí cayó abatida
Bandera odiosa de poder nefando.

¡Más de un héroe murió, desconocido!...
Alma formada para excelsa gloria,
Para asombrar al mundo con su historia
Que hoy es polvo del viento combatido:

Bajó con ellos al sepulcro frío
La dulce unión, la plácida esperanza,
Y en la tierra quedó cruda venganza,
La rabia de Caín al pecho mío.

¡Porqué más antes yo no fui nacido!
Y ¡oh mi madre! tu parto bendijera:
Yo en ese Mayo del honor viviera.
Héroe tal vez como ellos habría sido.

No mezclaré mi voz á los conciertos
Que de Mayo saludan el gran día.
Y siguiendo á mí otra melancolía
Lección de gloria pediré á estos muertos.

O sea que la voz del que gemía
Con poder en las tumbas resonara,
O que el triste en su mente se forjara
De otra voz la ardorosa fantasía;

La luna entre celages se ostentaba,
Y turbando la noche silenciosa
De guerreros caterva estrepitosa,
En el aire fantástica giraba.

Y bélica sonando una armonía
De trompetas clarines y tambores.
De la lid se escuchaban los clamores,
Y el canto de batalla que decía:

Suena el clarín, de América campeones;
La que es colonia quiere ser nación;
Relinchan de la guerra los bridones;
¡Gloria al azul y blanco pabellón!

Entre Europa y América lindero
De mar profundo puso el Hacedor,
Salvolo el genio de la España fiero,
Y la cruz en los Andes enclavó.

Y bajo el soplo de ambición cruenta
Cayó el imperio idólatra del sol.
Sobre él cristiana una nación se ostenta:
Ya terminó de España la misión.

Suena el clarín, de América campeones,
El campo labra nuestro corvo arado,
Vencido el toro á nuestra fuerza es buey,
Y el inglés en batallas avesado
Sus armas ha rendido á nuestros pies.
Doctores, vates, proceres tenemos.
Las de la ciencia, del Estado honor,
Ciudades, puertos, minas poseemos,
Y un varonil y altivo corazón.

Suena el clarín, de América campeones,

Un pueblo somos de otro pueblo esclavo,
Entre los ciervos abatida grey,
¡Tal afrenta borremos! el que es bravo,
No consiente en su casa extraño rey.
Bellas, como los ángeles del cielo.
De nuestra patria las mujeres son,
Pero al mirar á un español, al suelo
Bajan los ojos con servil temor.

Suena el clarín, de América campeones,

Grandes, obispos, jueces, generales,
A nuestras playas nos arroja el mar.
Nobles son y señores principales;
Nosotros, un rebaño que les dan.
¡Indio! ¿porqué derramas triste lloro?:
Me envían al horrendo socavon
A do murió mi padre, á sacar oro,
Oro que á España llevará el galeón.

Suena el clarín, de América campeones,

Sangrienta ha sido por demás la historia
Del indio, presa del hispano audaz;
Olvidemos tan hórrida memoria,
Que á nuestros padres Dios ha de juzgar.
De verdugos y víctimas nacidos,
De la paloma y gavilán voraz,
¿Porqué encerramos en obscuros nidos
Si á los vientos podemos desafiar?

Suena el clarín, de América campeones,

Mísero negro, al África robado,
Encara firme el matador fusil;
De tu esposa en el vientre condenado
Estaba tu hijo á servidumbre vil.
Doble falange de tus amos viene.
Hiérela asado, venga tu baldón;
Sobre su esclavo un déspota no tiene
Sino de orgullo y crimen la ilusión.

Suena el clarín, de América campeones,

Vuestros harapos, gauchos del Oriente,
Trocareis por la gala carmesí.
Recamada de plata reluciente
Que ostentan esos sátrapas allí.
¡Sus! á la carga, con la lanza fija;
Nada detenga el rápido corcel.
Entre el montón nuestro rencor elija
La sangre odiosa que ella ha de verter.

Suena el clarín, de América campeones,

Esa servil mesnada que se avanza,
A vuestro intento apoda de traición;
Mostrad que quien combate lanza á lanza
Es un leal adversario, no un traidor.
¡No os apiadéis! que caigan esos cuellos
Bajo del sable, al filo del puñal:
Ved que cuelgan en trenzas sus cabellos,
Son asideros que la muerte os da.

Suena el clarín, de América campeones,

Cadalzo en esos muros, ominoso.
Para el vencido preparado está,
Y laurel al que en ellos animoso
Logre el patrio estandarte tremolar.
¡Ea! á la carga; rotas sus legiones
De la llanura en la tremenda lid,
En salva estrepitosa esos cañones
De anuncio á nuestra gloria han de servir.

Suena el clarín, de América campeones,

Y después, de esta guerra, vencedores,
Alzaremos el templo de igualdad:
Habrá pueblo, no plebe, ni señores,
Y ara el trono será de libertad,
Y tú, ¡oh mi patria entre los pueblos bella!
De dicha y virtud serás mansión,
Cual del opaco cielo nueva estrella
De misterioso y plácido esplendor.

de José Rivera Indarte,
en Antología de poetas argentinos - Tomo IV - El clamor de los bardos, Martín Biedma e Hijo Editores, 1910.

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