Hay un lugar entre la impotencia
y el heroísmo.
Entre el pozo y la cera derretida
por la cercanía del sol.
Entre el desengaño y la otra mejilla.
Hay un lugar. Cada día lo bautizo
con mi nombre.
de Ana Pérez Cañamares,
en Viento Sur, n°140, junio, 2015.
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