Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

sábado, 31 de agosto de 2024

Parte de bajas

Parte de bajas

Anoten esta cifra:
                                once.

Recuérdenla hasta el próximo
parte de bajas de la guerra.

Son esos
los mineros que han caído
aquí en León en los primeros
ocho meses del año.

Antonio
Maria
Carvalho

se llamaba el undécimo.

Nadie sabe si el luto encenderá
su oscuro sufrimiento
en el país que abandonó
en mala hora.

De Salustiano Martín González,
en Pasa la voz, hermano, Bartleby Editores, 2000.

viernes, 30 de agosto de 2024

CARIDAD

CARIDAD

Le brindas agua a quien te pide pan.

de Álvaro Yunque,
en Ondulante y Diverso, Tallón, 1967.

jueves, 29 de agosto de 2024

Una historia

Una historia

Y aquí me tienen,
mis hijos,
de madre
que peina canas
como niña
enamorada,
tejiendo sueños,
callada.
En la vida,
hijitos míos,
el amor
es lo que vale.
Hay gente
que anduvo
años
buscando siempre
al amor
y que,
cuando lo encontró,
ni Lucifer
se interpuso.
El tiempo
lo volvió puro
y lleno
de eternidad.
Al que la distancia
agranda
y la vida
le hace cancha
para que pueda pasar.
Y ustedes, hijitos míos,
que del jardín
son las flores,
perdonen
a esta mujer
que, en vez de hacer
la comida,
escribe
cartas de amor.
Qué se le va a hacer,
si en la vida
lo que vale
es encontrarse
el hombre
con la mujer.
Una vez que se encontraron,
nadie los puede parar.
Y los curiosos se van
espantados
como moscas
porque el dulce
está encerrado
en un frasco bien tapado
con forma de corazón.
Cuando me llegue la hora
y me vaya
de este mundo,
sobre la tumba
y las flores
me ponen
este cartel:
“a nuestra vieja
querida,
que se fue
a vivir otra vida
con el amor
que encontró”.
Y si la gente
se atreve
a decir
que estaba loca,
tápenle pronto la boca
con la historia de mi amor.

París, 29 de agosto del 83.

de Celina Amalia Galeano,
en Los versos salvados, Concejo Deliberante de General Pico/EdUNLPam, 2022.

miércoles, 28 de agosto de 2024

SER UN DIOS

SER UN DIOS

Ser justo y fuerte es ser un dios, no un hombre.

de Álvaro Yunque,
en Ondulante y Diverso, Tallón, 1967.

martes, 27 de agosto de 2024

España, aparta de mí este cáliz

España, aparta de mí este cáliz

Niños del mundo,
si cae España —digo, es un decir—
si cae
del cielo abajo su antebrazo que asen,
en cabestro, dos láminas terrestres;
niños, ¡qué edad la de las sienes cóncavas!
¡qué temprano en el sol lo que os decía!
¡qué pronto en vuestro pecho el ruido anciano!
¡qué viejo vuestro 2 en el cuaderno!

¡Niños del mundo, está
la madre España con su vientre a cuestas;
está nuestra madre con sus férulas,
está madre y maestra,
cruz y madera, porque os dio la altura,
vértigo y división y suma, niños;
está con ella, padres procesales!

Si cae —digo, es un decir— si cae
España, de la tierra para abajo,
niños ¡cómo vais a cesar de crecer!
¡cómo va a castigar el año al mes!
¡cómo van a quedarse en diez los dientes,
en palote el diptongo, la medalla en llanto!
¡Cómo va el corderillo a continuar
atado por la pata al gran tintero!
¡Cómo vais a bajar las gradas del alfabeto
hasta la letra en que nació la pena!

Niños,
hijos de los guerreros, entre tanto,
bajad la voz que España está ahora mismo repartiendo
la energía entre el reino animal,
las florecillas, los cometas y los hombres.
¡Bajad la voz, que está
en su rigor, que es grande, sin saber
qué hacer, y está en su mano
la calavera, aquella de la trenza;
la calavera, aquella de la vida!

¡Bajad la voz, os digo;
bajad la voz, el canto de las sílabas, el llanto
de la materia y el rumor menos de las pirámides, y aun
el de las sienes que andan con dos piedras!
¡Bajad el aliento, y si
el antebrazo baja,
si las férulas suenan, si es la noche,
si el cielo cabe en dos limbos terrestres,
si hay ruido en el sonido de las puertas,
si tardo,
si no veis a nadie, si os asustan
los lápices sin punta, si la madre
España cae —digo, es un decir—,
salid, niños, del mundo; id a buscarla!...

De César Vallejo,
en Entre los poetas míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.27, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

domingo, 25 de agosto de 2024

Informativo de la noche

Informativo de la noche

Prefieren metálico.
Felicidad no se refleja
en cuentas bancarias.

de Eric Luna,
en Poesía de guerrilla, Groenlandia, 2012.

jueves, 22 de agosto de 2024

dios está en todos lados...

dios está en todos lados
está en abraham e isaac
en un plato de comida
                                   y una barriguita
en una bomba de nepalm
                                       y una niña vietnamita
pero cristo
cristo
no puede estar en todos lados
carga con un cuerpo
un cuerpo herido
un cuerpo cansado
y una cruz
y debe decidir bien
dónde estar parado

Por Félix Sánchez Durán.

miércoles, 21 de agosto de 2024

Muerte por fuego

Muerte por fuego

Francisca la de Cádiz,
muerta

sin días para el gozo de la tarde
del descanso tranquilo,

va olvidando los gritos de los hombres

y el golpeteo de la sangre
que fluye desde el pozo
amargo de su vida
sin ganancia posible,
perdedora
desde el principio de su llanto.

Los brazos de sus hijas
recogen en susurros las pavesas
que deja su esqueleto.

Al ir a caminar,
fue atravesada

por el redoble de las horas
que vivió en la agonía,

por el silencio de aquellas amables
que nunca acariciaron
la angustia de su pecho.

Oh tú,
mujer,
trabajadora
o bien burguesa,
que respiras con tus palabras

o que vives uncida al yugo
y tiras del arado hacia poniente,

ten en cuenta a esta flor:

en otro tiempo
hubiera brillado con gotas
de rocío, gallarda
bajo la luz de las auroras

y hermosa como tú.

Recuerda

que su muerte no está en este poema
sino en la historia que te trajo
hasta estas líneas
y puede

llevarte por caminos semejantes.

Recuerda el desenlace triste
de su estéril agobio.

Recuérdala en la hoguera.

Y recuérdasela a las otras
hermanas.

De Salustiano Martín González,
en Entre los poetas míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.26, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

lunes, 19 de agosto de 2024

A UN POETA MUERTO

A UN POETA MUERTO

(F.G.L.)

Así como en la roca nunca vemos
La clara flor abrirse,
Entre un pueblo hosco y duro
No brilla hermosamente
El fresco y alto ornato de la vida.
Por esto te mataron, porque eras
Verdor en nuestra tierra árida
Y azul en nuestro oscuro aire.

Leve es la parte de la vida
Que como dioses rescatan los poetas.
El odio y destrucción perduran siempre
Sordamente en la entraña
Toda hiel sempiterna del español terrible,
Que acecha lo cimero
Con su piedra en la mano.

Triste sino nacer
Con algún don ilustre
Aquí, donde los hombres
En su miseria solo saben
El insulto, la mofa, el recelo profundo
Ante aquel que ilumina las palabras opacas
Por el oculto fuego originario.

La sal de nuestro mundo eras,
Vivo estabas como un rayo de sol,
Y ya es tan solo tu recuerdo
Quien yerra y pasa, acariciando
El muro de los cuerpos
Con el dejo de las adormideras
Que nuestros predecesores ingirieron
A orillas del olvido.

Si tu ángel acude a la memoria,
Sombras son estos hombres
Que aún palpitan tras las malezas de la tierra;
La muerte se diría
Más viva que la vida
Porque tú estás con ella,
Pasado el arco de tu vasto imperio,
Poblándola de pájaros y hojas
Con tu gracia y tu juventud incomparables.

Aquí la primavera luce ahora.
Mira los radiantes mancebos
Que vivo tanto amaste
Efímeros pasar junto al fulgor del mar.
Desnudos cuerpos bellos que se llevan
Tras de sí los deseos
Con su exquisita forma, y solo encierran
Amargo zumo, que no alberga su espíritu
Un destello de amor ni de alto pensamiento.

Igual todo prosigue,
Como entonces, tan mágico,
Que parece imposible
La sombra en que has caído.
Mas un inmenso afán oculto advierte
Que su ignoto aguijón tan solo puede
Aplacarse en nosotros con la muerte,
Como el afán del agua,
A quien no basta esculpirse en las olas,
Sino perderse anónima
En los limbos del mar.

Pero antes no sabías
La realidad más honda de este mundo:
El odio, el triste odio de los hombres,
Que en ti señalar quiso
Por el acero horrible su victoria,
Con tu angustia postrera
Bajo la luz tranquila de Granada,
Distante entre cipreses y laureles,
Y entre tus propias gentes
Y por las mismas manos
Que un día servilmente te halagaran.

Para el poeta la muerte es la victoria;
Un viento demoníaco le impulsa por la vida,
Y si una fuerza ciega
Sin comprensión de amor
Transforma por un crimen
A ti, cantor, en héroe,
Contempla en cambio, hermano,
Cómo entre la tristeza y el desdén
Un poder más magnánimo permite a tus amigos
En un rincón pudrirse libremente.

Tenga tu sombra paz,
Busque otros valles,
Un río donde del viento
Se lleve los sonidos entre juncos
Y lirios y el encanto
Tan viejo de las aguas elocuentes,
En donde el eco como la gloria humana ruede,
Como ella de remoto,
Ajeno como ella y tan estéril.

Halle tu gran afán enajenado
El puro amor de un dios adolescente
Entre el verdor de las rosas eternas;
Porque este ansia divina, perdida aquí en la tierra,
Tras de tanto dolor y dejamiento,
Con su propia grandeza nos advierte
De alguna mente creadora inmensa,
Que concibe al poeta cual lengua de su gloria
Y luego le consuela a través de la muerte.

(Hora de España)

de Luis Cernuda,
en Poesía como un arma (Mariano Garrido Selección), Ocean Sur, 2008.

sábado, 17 de agosto de 2024

AL QUE NUNCA SEMBRÓ...

AL QUE NUNCA SEMBRÓ...

Al que nunca sembró
lo maldice la tierra.
El que nunca sembró
será polvo, no tierra.
... Mi mano no sembró.

26 de agosto de 1918

de Marina Tsvetáeva,
en Antología de la Poesía Soviética (Alexander Nakarov), Biblioteca Jucar, 1974.
Versión de Carlos Álvarez

viernes, 16 de agosto de 2024

Epifanía por sobredosis de lejía

Epifanía por sobredosis de lejía

Llegué a la conclusión
mientras limpiaba la cocina
con los dedos empapados de verdad
de que, debajo de toda la mugre,
debía haber algo realmente resplandeciente
que mereciese la pena ver.

de Eric Luna,
en Poesía de guerrilla, Groenlandia, 2012.

miércoles, 14 de agosto de 2024

El pan nuestro

El pan nuestro

Para Alejandro Gamboa

Se bebe el desayuno... Húmeda tierra
de cementerio huele a sangre amada.
Ciudad de invierno... La mordaz cruzada
de una carreta que arrastrar parece
una emoción de ayuno encadenada!

Se quisiera tocar todas las puertas,
y preguntar por no sé quién; y luego
ver a los pobres, y, llorando quedos,
dar pedacitos de pan fresco a todos.
Y saquear a los ricos sus viñedos
con las dos manos santas
que a un golpe de luz
volaron desclavadas de la Cruz!

Pestaña matinal, no os levantéis!
¡El pan nuestro de cada día dánoslo,
Señor...!

Todos mis huesos son ajenos;
yo tal vez los robé!
Yo vine a darme lo que acaso estuvo
asignado para otro;
y pienso que, si no hubiera nacido,
otro pobre tomara este café!
Yo soy un mal ladrón... A dónde iré!

Y en esta hora fría, en que la tierra
trasciende a polvo humano y es tan triste,
quisiera yo tocar todas las puertas,
y suplicar a no sé quién, perdón,
y hacerle pedacitos de pan fresco
aquí, en el horno de mi corazón...!

De César Vallejo,
en Entre los poetas míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.27, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

lunes, 12 de agosto de 2024

A mi hermano Julio, desaparecido en el 77

A mi hermano Julio, desaparecido en el 77

Julio Eduardo Galeano: estudiante de Escribanía en la Universidad
de San Miguel de Tucumán. Desapareció en Zárate, Buenos Aires, cuando
su hija tenía dos años.

Tenías, como las palomas,
unas ganas locas
de cielo azul
y nido.
Para impedirlo,
te pusieron cadenas,
encapucharon el cielo azul,
derribaron el nido.
Sin embargo,
las palomas
se quedaron
en PLAZA DE MAYO.

de Celina Amalia Galeano,
en Los versos salvados, Concejo Deliberante de General Pico/EdUNLPam, 2022.

sábado, 10 de agosto de 2024

Mis paisanos

Mis paisanos

Cada español de a pie se siente
superior a los otros españoles
de a pie.

Y qué decir
de los españoles de a caballo:
con sus patas nos pisotean
la cabeza
hasta hacernos odiar a los otros
españoles de a pie.

De Salustiano Martín González,
en Entre los poetas míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.26, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

jueves, 8 de agosto de 2024

UN DECEMBRISTA

UN DECEMBRISTA

— Así lo atestigua el senado:
¡experiencias como éstas nunca pueden morir!
Encendió la pipa y se envolvió en su abrigo
mientras jugaban al ajedrez en la penumbra.
Cambió su atónita ambición por una humilde
cabaña entre los bosques de Siberia,
la quebrantada pipa en los enfermos labios
que urdieron la verdad frente a un mundo caduco.
Se despertaba entonces la voz de los quejigos
y gemía sin tregua la ensombrecida Europa.
Negras cuadrigas desbocadas
corrían sobre los arcos de triunfo.
A veces, mientras ardía la llama azul del ponche,
entre el rumoroso vaho del samovar,
dialogaba en silencio con la amiga renana,
esa guitarra fiel para cantar la libertad.
— ¡Todavía estremecen tantos vivos clamores
la entraña pura de la civilización!
Pero las víctimas no buscan esperanzas ciegas:
sólo el trabajo y el tesón las guía.
Todo se confunde y, sin embargo, nadie
puede decir que todo, en una gradual indiferencia,
se confunde, mientras es dulce repetir:
Rusia, Leteo, Loreléi.

1917

de Opis Mandelshtam,
en Antología de la Poesía Soviética (Alexander Nakarov), Biblioteca Jucar, 1974.
Versión de J. M. Caballero Bonald

martes, 6 de agosto de 2024

HABLAN LOS REOS

HABLAN LOS REOS

Robé un pan –No tenía hogar,
ni lecho, –ni jergón…
¿quién va allí de uniforme, con
una gran cruz en el pecho?
–Un ladrón.

Soy criminal. –Con un golpe de
maza quitóme la razón destino
fiero:
¿Quién pasa allá, arrastrado por
dos potros de raza?
–Un ratero.

La crápula maldita me puso
en la miseria y me ha vendido.
¡Qué espléndido palacio radiante!
¿Quién lo habita?
–Un bandido.

Viola, seduce, roba y asesina
y miradle ¡es un rey!
¿Qué prostituta canta rúbrica
en la esquina?
–La ley.

de Guerra Junqueiro,
en versos de rebeldía y combate, Editorial Eleuterio, 2021.

domingo, 4 de agosto de 2024

ESCUCHÉ ESTA CANCIÓN...

ESCUCHÉ ESTA CANCIÓN...

Escuché esta canción de cercanos
y dichosos siglos
en las grandes ciudades de loco ejetreo
y rostro encendido.

Escuché esta canción de felices
días venideros
en el ruido fabril, el rumor de poleas
y gritos de acero.

Vi forjar el acero de oro
a mi camarada
y en ese instante adiviné los bellos
rasgos de la Aurora Cercana.

Supe que la sabiduría del mundo
estaba concentrada en el martillo,
en la mano segura, tenaz
y hábil de mi amigo.

Cuanto más fuerte el golpe del martillo
forjando el metal,
tanto más brillará en las tinieblas
la felicidad.

Van millones de voces en la canción
que para mí suena,
millones de herreros audaces la cantan
con ropa azul-marino de faena.

Reto altivo lanzado al amargo destino
de esta canción,
poderosa llamada a la lucha, a la vida
y al sol.

1917

de Vladímir Kiríllov,
en Antología de la Poesía Soviética (Alexander Nakarov), Biblioteca Jucar, 1974.
Traducción de María Cánovas

viernes, 2 de agosto de 2024

¡Cuídate, España, de tu propia España!

¡Cuídate, España, de tu propia España!

¡Cuídate de la hoz sin el martillo,
cuídate del martillo sin la hoz!
¡Cuídate de la víctima a pesar suyo,
del verdugo a pesar suyo
y del indiferente a pesar suyo!
¡Cuídate del que, antes de que cante el gallo,
negárate tres veces,
y del que te negó, después, tres veces!
¡Cuídate de las calaveras sin las tibias,
y de las tibias sin las calaveras!
¡Cuídate de los nuevos poderosos!
¡Cuídate del que come tus cadáveres,
del que devora muertos a tus vivos!
¡Cuídate del leal ciento por ciento!
¡Cuídate del cielo más acá del aire
y cuídate del aire más allá del cielo!
¡Cuídate de los que te aman!
¡Cuídate de tus héroes!
¡Cuídate de tus muertos!
¡Cuídate de la República!
¡Cuídate del futuro!

De César Vallejo,
en Entre los poetas míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.27, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.