Beodo
El otro día
en un bar
un borracho se enojó
porque estaba en un estado crítico
y no le vendían más cerveza.
Entonces él
rompió todas las copas,
las botellas
los platos
y también
dio vuelta las mesas.
Arrojó sillas hacia la calle
frenó el tránsito
empezó a caminar
sobre los coches
pateando los parabrisas
y las astillas de los vidrios
volaron como cometas
hacia el otro lado de la cordura.
Yo me quedé atónita
mirando,
admirando
semejante espectáculo de descontento,
la exhibición ostentosa de furia,
el despliegue de destrucción expansiva.
Recordé cuando la vida me negó todo:
yo me quedé calladita
quietita,
sin dar trabajo,
aguanté la procesión
bien adentro
sonriendo,
como una señorita,
como le habían enseñado
a todas
las mujeres
de mi familia.
de Nina Ferrari,
en Sustancia, Editorial Sudestada, 2020.
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