Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

sábado, 7 de septiembre de 2024

Fusil contra fusil (canción)

Fusil contra fusil

El silencio de monte va
Preparando su adiós
La palabra que se dirá
In memoriam será, la explosión

Se perdió el hombre de este siglo allí
Su nombre y su apellido son
¡Fusil contra fusil!

Se quebró la cáscara del viento al sur
Y sobre la primera cruz
Despierta la verdad

Todo el mundo tercero va
A enterrar su dolor
Con granizo de plomo harán
Su agujero de honor, su canción

Dejarán el cuerpo de la vida allí
Su nombre y su apellido son
¡Fusil contra fusil!

Cantarán su luto de hombre y animal
Y en vez de lágrimas echar
Con plomo llorarán

Alzarán al hombre
De la tumba al sol
Y en nombre se repartirán
¡Fusil contra fusil!
¡Fusil contra fusil!
¡Fusil contra fusil!

de Silvio Rodríguez,
en Antología, Vinyl, 1978.

jueves, 5 de septiembre de 2024

miércoles, 4 de septiembre de 2024

RENCOR

RENCOR

Más que la rosa viven sus espinos.

de Álvaro Yunque,
en Ondulante y Diverso, Tallón, 1967.

martes, 3 de septiembre de 2024

Brujo

Brujo

El poeta, como el brujo,
invoca a las palabras
para dibujar imágenes en tu cabeza
para contagiarte de su enfermedad
para atravesar tu piel
agarrar tus entrañas y apretar.
Apretar fuerte.
Hasta que sangres.
Apretar hasta que os una
el mismo dolor.

de Eric Luna,
en Poesía de guerrilla, Groenlandia, 2012.

lunes, 2 de septiembre de 2024

Señor juez

Señor juez

Podrá prosperar
en mi contra
la causa de piromanía
pero jamás
nunca
la de tibieza.

de Nina Ferrari,
en Sustancia, Editorial Sudestada, 2020.




domingo, 1 de septiembre de 2024

Palabras para El Hadi

Palabras para El Hadi

Es quince de septiembre
y seguimos muriendo.

Quiero decir

(tal vez
alguien atiende mis palabras)

que nos siguen matando.
Ya treinta y cuatro hemos caído
en este duro año del noventa
y siete,

fructuoso
                                            campo de batalla,

según los últimos ajustes
que nos han asestado en el libre
mercado del trabajo.

Hemos sido hechos trizas
por reglas que suponen
ganancia para quien nos ejecuta,

más muertes para nuestra
memoria desangrada.

                                            Treinta

y cuatro obreros hemos
muerto a la fuerza aquí en Madrid.

Cuando con nuestras manos
edificábamos viviendas
que no
iban a ser para nosotros.

El Hadi
El Háder

se llamaba este cuerpo
que aquí enterramos.

Había conseguido abandonar
el hambre de Marruecos
sin perecer en esa empresa.

Murió de golpe.

                                                Contra el sueño.

Su cabeza vencida
                                                entre las piernas.

Me parece que nunca
llegó a sospechar quiénes
habrían de matarlo.

No sé de sus latidos
sino un recuerdo que me invento
para que no se nos olvide.

Acaso
alguien lo llora desde alguna
habitación sin esperanza.

De Salustiano Martín González,
en Pasa la voz, hermano, Bartleby Editores, 2000.

sábado, 31 de agosto de 2024

Parte de bajas

Parte de bajas

Anoten esta cifra:
                                once.

Recuérdenla hasta el próximo
parte de bajas de la guerra.

Son esos
los mineros que han caído
aquí en León en los primeros
ocho meses del año.

Antonio
Maria
Carvalho

se llamaba el undécimo.

Nadie sabe si el luto encenderá
su oscuro sufrimiento
en el país que abandonó
en mala hora.

De Salustiano Martín González,
en Pasa la voz, hermano, Bartleby Editores, 2000.

viernes, 30 de agosto de 2024

CARIDAD

CARIDAD

Le brindas agua a quien te pide pan.

de Álvaro Yunque,
en Ondulante y Diverso, Tallón, 1967.

jueves, 29 de agosto de 2024

Una historia

Una historia

Y aquí me tienen,
mis hijos,
de madre
que peina canas
como niña
enamorada,
tejiendo sueños,
callada.
En la vida,
hijitos míos,
el amor
es lo que vale.
Hay gente
que anduvo
años
buscando siempre
al amor
y que,
cuando lo encontró,
ni Lucifer
se interpuso.
El tiempo
lo volvió puro
y lleno
de eternidad.
Al que la distancia
agranda
y la vida
le hace cancha
para que pueda pasar.
Y ustedes, hijitos míos,
que del jardín
son las flores,
perdonen
a esta mujer
que, en vez de hacer
la comida,
escribe
cartas de amor.
Qué se le va a hacer,
si en la vida
lo que vale
es encontrarse
el hombre
con la mujer.
Una vez que se encontraron,
nadie los puede parar.
Y los curiosos se van
espantados
como moscas
porque el dulce
está encerrado
en un frasco bien tapado
con forma de corazón.
Cuando me llegue la hora
y me vaya
de este mundo,
sobre la tumba
y las flores
me ponen
este cartel:
“a nuestra vieja
querida,
que se fue
a vivir otra vida
con el amor
que encontró”.
Y si la gente
se atreve
a decir
que estaba loca,
tápenle pronto la boca
con la historia de mi amor.

París, 29 de agosto del 83.

de Celina Amalia Galeano,
en Los versos salvados, Concejo Deliberante de General Pico/EdUNLPam, 2022.

miércoles, 28 de agosto de 2024

SER UN DIOS

SER UN DIOS

Ser justo y fuerte es ser un dios, no un hombre.

de Álvaro Yunque,
en Ondulante y Diverso, Tallón, 1967.

martes, 27 de agosto de 2024

España, aparta de mí este cáliz

España, aparta de mí este cáliz

Niños del mundo,
si cae España —digo, es un decir—
si cae
del cielo abajo su antebrazo que asen,
en cabestro, dos láminas terrestres;
niños, ¡qué edad la de las sienes cóncavas!
¡qué temprano en el sol lo que os decía!
¡qué pronto en vuestro pecho el ruido anciano!
¡qué viejo vuestro 2 en el cuaderno!

¡Niños del mundo, está
la madre España con su vientre a cuestas;
está nuestra madre con sus férulas,
está madre y maestra,
cruz y madera, porque os dio la altura,
vértigo y división y suma, niños;
está con ella, padres procesales!

Si cae —digo, es un decir— si cae
España, de la tierra para abajo,
niños ¡cómo vais a cesar de crecer!
¡cómo va a castigar el año al mes!
¡cómo van a quedarse en diez los dientes,
en palote el diptongo, la medalla en llanto!
¡Cómo va el corderillo a continuar
atado por la pata al gran tintero!
¡Cómo vais a bajar las gradas del alfabeto
hasta la letra en que nació la pena!

Niños,
hijos de los guerreros, entre tanto,
bajad la voz que España está ahora mismo repartiendo
la energía entre el reino animal,
las florecillas, los cometas y los hombres.
¡Bajad la voz, que está
en su rigor, que es grande, sin saber
qué hacer, y está en su mano
la calavera, aquella de la trenza;
la calavera, aquella de la vida!

¡Bajad la voz, os digo;
bajad la voz, el canto de las sílabas, el llanto
de la materia y el rumor menos de las pirámides, y aun
el de las sienes que andan con dos piedras!
¡Bajad el aliento, y si
el antebrazo baja,
si las férulas suenan, si es la noche,
si el cielo cabe en dos limbos terrestres,
si hay ruido en el sonido de las puertas,
si tardo,
si no veis a nadie, si os asustan
los lápices sin punta, si la madre
España cae —digo, es un decir—,
salid, niños, del mundo; id a buscarla!...

De César Vallejo,
en Entre los poetas míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.27, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

domingo, 25 de agosto de 2024

Informativo de la noche

Informativo de la noche

Prefieren metálico.
Felicidad no se refleja
en cuentas bancarias.

de Eric Luna,
en Poesía de guerrilla, Groenlandia, 2012.

jueves, 22 de agosto de 2024

dios está en todos lados...

dios está en todos lados
está en abraham e isaac
en un plato de comida
                                   y una barriguita
en una bomba de nepalm
                                       y una niña vietnamita
pero cristo
cristo
no puede estar en todos lados
carga con un cuerpo
un cuerpo herido
un cuerpo cansado
y una cruz
y debe decidir bien
dónde estar parado

Por Félix Sánchez Durán.

miércoles, 21 de agosto de 2024

Muerte por fuego

Muerte por fuego

Francisca la de Cádiz,
muerta

sin días para el gozo de la tarde
del descanso tranquilo,

va olvidando los gritos de los hombres

y el golpeteo de la sangre
que fluye desde el pozo
amargo de su vida
sin ganancia posible,
perdedora
desde el principio de su llanto.

Los brazos de sus hijas
recogen en susurros las pavesas
que deja su esqueleto.

Al ir a caminar,
fue atravesada

por el redoble de las horas
que vivió en la agonía,

por el silencio de aquellas amables
que nunca acariciaron
la angustia de su pecho.

Oh tú,
mujer,
trabajadora
o bien burguesa,
que respiras con tus palabras

o que vives uncida al yugo
y tiras del arado hacia poniente,

ten en cuenta a esta flor:

en otro tiempo
hubiera brillado con gotas
de rocío, gallarda
bajo la luz de las auroras

y hermosa como tú.

Recuerda

que su muerte no está en este poema
sino en la historia que te trajo
hasta estas líneas
y puede

llevarte por caminos semejantes.

Recuerda el desenlace triste
de su estéril agobio.

Recuérdala en la hoguera.

Y recuérdasela a las otras
hermanas.

De Salustiano Martín González,
en Entre los poetas míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.26, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.