A los combatientes en los campos de concentración
¡Hombres a duras penas alcanzables!
¡Enterrados en los campos de concentración
aislados de toda palabra humana
sometidos a los peores tratos
derribados a garrotazos pero nunca
refutados:
¡Desaparecidos pero
no olvidados!
Aun cuando oímos poco de ustedes, oímos que son incorregibles:
fanáticos, los llaman, entregados a la causa proletaria.
Obstinados en la idea de que sigue habiendo en Alemania
dos clases de gente: explotadores y explotados
y que sólo la lucha de clases
puede liberar de la miseria a las masas humanas del campo y de
las ciudades.
Nos cuentan que ni a golpes de vara, ni ahorcándolos
se los puede hacer admitir que
ahora dos más dos es igual a cinco.
De modo que están
desaparecidos, pero
no olvidados.
Derribados a golpes, pero
no refutados.
Unidos a todos los combatientes incorregibles
que perseveran fanáticamente en la verdad
hoy como ayer los auténticos
líderes de Alemania.
¡Hombres a duras penas alcanzables!
¡Enterrados en los campos de concentración
aislados de toda palabra humana
sometidos a los peores tratos
derribados a garrotazos pero nunca
refutados:
¡Desaparecidos pero
no olvidados!
Aun cuando oímos poco de ustedes, oímos que son incorregibles:
fanáticos, los llaman, entregados a la causa proletaria.
Obstinados en la idea de que sigue habiendo en Alemania
dos clases de gente: explotadores y explotados
y que sólo la lucha de clases
puede liberar de la miseria a las masas humanas del campo y de
las ciudades.
Nos cuentan que ni a golpes de vara, ni ahorcándolos
se los puede hacer admitir que
ahora dos más dos es igual a cinco.
De modo que están
desaparecidos, pero
no olvidados.
Derribados a golpes, pero
no refutados.
Unidos a todos los combatientes incorregibles
que perseveran fanáticamente en la verdad
hoy como ayer los auténticos
líderes de Alemania.
De Bertolt Brecht
en 80 poemas y canciones, Adriana Hidalgo Editora, 2008.
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