Los perseguidores
Alguien había soñado y debíamos huir.
Mi padre me despertó alborotado;
Alguien había soñado y debíamos partir
Antes que llegaran los perseguidores
En sus carros lúgubres de verde frenesí,
Investidos de orden alfabético sin che,
Desaparecida entre la ce y el silencio
De un lápiz que dejó de escribir.
Habíamos soñado y debíamos huir
Antes que el perro comenzara a chillar.
Dos centellas callaron un rugir
Que se nos hacía familiar. ¡Adiós, Tití!
“¡Corran hacia la puerta de atrás!”, gritó
Mi padre enloquecido, y no lo vi más.
Tres bufonadas a la espalda nos hicieron
Erizar la piel, detenernos, y llorar.
No fue hasta entonces que desperté,
Un poco por la pesadilla, otro poco al escuchar
A mi padre que ingresó gritando a mi cuarto:
“Alguien ha soñado y debemos escapar”.
Por Félix Sánchez Durán
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