Evangélicas
No te preocupe la murmuración, nada más
que en la parte de verdad y de razón que ella
tenga.
2.—Refiere todos tus actos al bien ajeno;
pero, muy pocos do ellos al juicio ajeno.
3.—Sé discreto, prudente y conciliador; pero,
no tanto, que reniegues de ti mismo.
4.—El que tiene un concepto humano de
las cosas, no se debe al que dirán, sino a sus
propias ideas.
en Nuevas Poesías y Evangélicas, Claudio García Editor, 1918.
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