Evangélicas
15.—Los correctos y los inofensivos, son
los que no quieren poner nada de lo suyo,
ni siquiera un minuto de cavilación, en la
brega humana; los que se ríen por dentro de
lo mismo que aplauden y fingen respetar
ostensiblemente: los que explotan el sudor
de los demás, como los malos clérigos el sacrificio
de Jesús.
16.—Ellos, los correctos y los inofensivos,
son los que viven a la sombra de un orden de
cosas establecido, sin tener siquiera la nobleza
de defenderlo; los que aguardan en silencio
la implantación definitiva de cualquier reforma,
para presentarse después, con el plato
en la mano, a recibir su parte de pitanza;
los que han descubierto que la vida de pasividad
es la más cómoda, aunque se desobedezca
al Nerón más atrabiliario: los canfinfleros
del dolor eterno.
en Nuevas Poesías y Evangélicas, Claudio García Editor, 1918.
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