UN REGALO
La buena doña Rosa,
la menos lenguaraz de las vecinas,
la que tiene prestigios de buena y de piadosa;
para obsequiarla con alguna cosa,
hoy envió a mi madre dos yuntas de gallinas.
La excelente mujer
habrá creído hacer
una demostración de simpatía,
y adiestró sus plebeyas diplomacias...
—Mamá, es muy natural, le dio las gracias —
Y yo —¡naturalmente!— le diría:
Rechazo su regalo, doña Rosa,
a pesar del cariño que va en él:
de mi madre que es débil como una mariposa,
su maldito regalo hizo un monstruo cruel.
Usté tiñó de sangre sus bondadosas manos,
usté llenó la casa de gritos de dolor,
por usté se durmieron sus deseos cristianos
y dio la muerte a cuatro criaturas del Señor...
Y luego añadiría mi corazón poeta:
¡Y usté pudo haber puesto sus deseos mejores
en la cordialidad de una maceta
alborotada de sencillas flores!...
de Gustavo Riccio,
en http://literaturarioplatense.blogspot.com/2009/06/gustavo-angel-ricci-de-un-poeta-en-la.html (10/1/21).
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