DESNUDA
Frente al espejo admiro como un Narciso hembra
mi cuerpo blanco y joven de líneas armoniosas
y pienso mientras palpo mi vientre “hecho de rosas”
que en mí fecunda pudo ser la máscula siembra.
Que estos pechos que soban las manos temblorosas
de los viejos ahitos de lujuria, pudieron
amamantar a un hijo, ¡pero no me lo dieron!
¡la vida nunca supo de acciones generosas!
Mas en tanto desnuda frente al espejo admiro
mi cuerpo y voy palpando mis curvas promisoras
hay algo que me anuncia: ¡tendrás mejores horas!
y, confiada en la íntima vocecilla, suspiro.
de César Tiempo,
en Clara Beter - Versos de una..., Editorial Rescate, 1977.
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