CON DISTINTOS COLLARES
Una vez que ha cesado la tormenta,
el rebaño se aquieta
y los perros
reagrupan a los corderos rezagados.
Lejos de las cañadas,
en las hondas pedrizas,
queda un cordero blanco,
que come en la maleza.
Prefiere magullarse
andar sobre los riscos
–abriendo nuevas sendas–,
antes que diluirse entre el ganado.
Sus guardianes vigilan la distancia.
Cuando rompa la noche
soltarán a los perros.
Hurgarán las heridas.
Someterán su cuerpo a los alambres.
Su áspero balido
rasgará cada cielo
de la aldea global.
Vertedero de ángeles:
diréis que no escarmienta todavía.
Tropas del exterminio
con distintos collares.
de Rosana Acquaroni,
en Insumisas - Poesía Crítica Contemporánea de Mujeres, Baile del Sol, 2019.
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