La tormenta
Se asustó
cuando llegaron los primeros truenos.
Su madre se acercó para arroparla:
ya no eres una niña pequeña,
no deberías tener miedo,
es sólo el cielo, amor,
la lluvia, la tormenta.
Y ya no pudo decir nada más.
Su mano firme
también temblaba.
Se asustó
cuando llegaron los primeros truenos.
Su madre se acercó para arroparla:
ya no eres una niña pequeña,
no deberías tener miedo,
es sólo el cielo, amor,
la lluvia, la tormenta.
Y ya no pudo decir nada más.
Su mano firme
también temblaba.
de José María Gómez Valero,
en Once poetas críticos en la poesía española reciente (Enrique Falcón, coord.), Baile del sol, 2007.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario