Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

jueves, 10 de agosto de 2023

CONFESIÓN PRIMERA

CONFESIÓN PRIMERA

Me confieso
en el acogedor silencio
de las cosas quietas
y entre las fragancias del pino
y del eucalipto tierno
entre fríos capotes
de enredos tristes
de frailejón y helechos.

Me confieso
con la certeza del corazón
sembrado de dignidad y valentía.
Me confieso con el alma preñada
por las promisorias banderas del amor
que avivan el fulgor
del pueblo sublevado.

Me confieso y digo,
que en mi mente habitan
las manos indias
y las manos negras,
las manos blancas
y las mestizas manos...;
las cósmicas humanas manos
de mis cavilaciones
como eslabones musculados de fe
en el más puro presentimiento
del desvanecimiento pronto
del desconsuelo.

Confieso mi visión confiada
de yacentes penas derrotadas,
abatidas por la pura comunión
de los rebeldes sublevados
con audacia levantados,
decididos,
arrojados,
contra el cruel explotador
que los tuvo subyugados.

Confieso mi dicha
de soñarme escuchando
los acordes del bien,
las sublimes notas y silencios
de la paz sin desgarraduras,
al compás de la idea promisoria
del compartido pan multiplicado,
del pan del trigo colectivo
con calor de pueblo purificado...

Hago mi narración sincera
de modesta devoción
y confieso que mi evocación,
es también,
una provinciana cantata justiciera
que quisiera que no marchiten
las raíces primeras del yaraví
y el lumbalú...,
el abrazo integral de changó
y de Pacha Mama...,
que se avivan junto a los leños
del fuego
racial del universo.

Mi confesión es la convidación
a hacer la marcha de la hermandad,
la caminata de la humildad,
en pos de la verdad
y del anhelo común de la libertad.
Con el fuego del acero
que apunta contra el tirano,
acepta mi llamado, compañero;
construyamos la nueva alborada,
camarada...

Mi confesión es decirte:
camina hermano,
quebremos con la luz del optimismo,
la borrasca de dolores
del campesino huérfano de la tierra
fulminando los grilletes
de la explotación acumulada;
colmemos los odios abismales
que deshollejan el alma...,
colmemos esos odios con aire de paz
y alados sueños de libertad
que desarraiguen el amargor
de las palabras falsas
y la acritud de los silencios
que callan frente al oprobio.

Vamos, vamos de prisa hermano,
con pasión rebelde, camarada,
con el tesoro de la pura verdad
del hombre nuevo en la palabra.
Vamos, vamos a redimir
las flores del amor
y que no nos derrote
el falso esplendor
de la riqueza mezquina.
Vamos a derrotar los desconsuelos
con la honda de David
en la batalla...,
con la persignación de la bondad
en cada pétalo de la humanidad,
ya sin la tentación banal
del maldito capital
en las conciencias.

de Jesús Santrich,
en Versos Insurgentes - Poesía Guerrillera, 2007.

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