FATALIDAD
¡Calles arboladas, me ponéis romántica
y me hacéis soñar
con una casita blanca a vuestra vera
y un buen compañero y una vida en paz!
En las claras noches de Verano, sillas
a la puerta y charlas con la vecindad,
o debajo un árbol, sola, saboreando
un libro de versos bueno como el pan.
Pasarán los días de la Primavera,
me dará el Otoño su serenidad
y un día el arrullo de una voz muy blanda
que diga: “mamá”.
Y estará de fiesta la casita aquella,
la calle arbolada de fiesta estará,
vibrará en mi boca la canción más tierna
y batirá palmas la felicidad.
Sueños, sueños, sueños, que se lleva el viento
implacable y frío de la realidad;
— ¿tendré hogar, cariño, sosiego algún día?
y una voz recóndita responde: “jamás”.
de César Tiempo,
en Clara Beter - Versos de una..., Editorial Rescate, 1977.
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