¡Aquí van!...
Aquí van... son un salterio
De vibraciones vividas;
De flores estremecidas
En cuna y en cementerio.
Son dolor y son pasiones,
Ansia férvida de alturas,
Y grietas de sepulturas
Y escombros de corazones.
Un ave que a veces canta
Y al cantar cierra los ojos,
Porque un puñado de abrojos
Se entreanuda en su garganta.
Lamentos que son protesta;
Que gimen, gritan e imploran
Al sentir que muchos lloran
Y que nadie les contesta.
Alientos, luchas, pendones.
Ecos de clarín remotos,
Espadas y escudos rotos,
Banderas hechas girones.
Astros que no tienen cielo
Como fondo a su existencia;
Flores cargadas de esencia
Que agonizan entre el hielo.
Aljófares que caen suaves
En la esmeralda de fronda,
Como gemas de Golconda
Salpicando plumas de aves.
Y mucho cariño hermano,
Y mucho de unción divina
Y mucha patria argentina
Y mucho amor de cristiano.
De Alfonso Durán,
en Flores de un Otoño, Antonio Molinari Casa Editora, 1922.
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