Los pájaros ciegos
(Poema 3)
Fue una tarde, en octubre.
La primavera entonces lucía entre los árboles
sus primeros fulgores.
Los gorriones, tan díscolos, llegaban a la fuente,
se mojaban el pico, sacudían las alas
y luego recortaban el aire con su vuelo.
El cielo estaba azul sobre la plaza,
se paseaba, inocente, en los canteros
y soñaba después entre las hojas.
Alguien gritó
¡viva la libertad!
Junto a un charco de sangre estaba yo,
Juan Pérez, asturiano, profesión panadero,
veinte años de Argentina, con tres hijos,
un río de esperanza entre mis manos,
el corazón del mundo en mi garganta
y una copla en mi pecho.
La primavera, ciega, se amontonó en mi sangre.
Desde entonces mi copla perdura entre los pájaros.
de José Portogalo,
en Poesía social y revolucionaria del siglo XX (selección de Jorge Brega), Editorial Agora, 2012.
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